Presentamos con orgullo el primer producto político genuinamente made in Macrilandia: el acto express, microacto, acto relámpago, se aceptan nombres. Se trata de lo siguiente: Macri el lunes 13 se tomó el tren en Quilmes (territorio “amigo”) y se bajó en Berazategui (territorio “hostil”) para hacer un acto-foto con el intendente Mussi, la Vidal y el ministro Dietrich en la estación. El evento duró dos (2) minutos. Por reloj. Según dicen en el PRO, es para evitar escraches, incidentes y otras situaciones embarazosas que, parece, ya han ocurrido antes. Además, el “acto” se lo confirmaron al intendente 72 horas antes, con estricto pedido de no difundir el evento hasta el mismo lunes a la mañana. Así, el famoso “contacto con la gente” que tanto predicaba el PRO se traduce en esto: “Hola, vecinos, llegué. Foto, sonrían todos, chau, me voy antes que me puteen”. Delicias de la “nueva política” en épocas de malaria y tarifazos.
Como vimos y veremos en cadena televisiva por un buen tiempo (aflojaron un poco con Lázaro Báez cuando el primo-testaferro de Macri apareció entre los clientes), apasionante lo de José López y sus 8 millones de dólares mal habidos. El presidente, horrorizado. Y con razón: amigo López, estas cosas se hacen con más elegancia. Miren si no a Macri y sus súbitos 50 millones de pesos de patrimonio adicional (18 millones en las Bahamas incluidos). Hablando del patrimonio presidencial: ahora resulta que Macri compró hace un año un campito en Pluma de Pato, Salta, de apenas 373 hectáreas, por valor de apenas 334.000 pesos, a menos de 1.000 mangos la hectárea. Pero según el Registro General de Inmuebles de la provincia, la parte del predio propiedad del presidente es de 2.000 hectáreas (Ámbito Financiero, 13-6-16), y el valor de mercado de la hectárea en esa zona es de 250 dólares, es decir, 3.500 pesos (Página 12, 9-6-16), con lo que el terreno valdría medio millón de dólares, o 7 millones de pesos, casi 20 veces el valor declarado. Otros copropietarios del terreno (10.700 hectáreas en total) son el amigo Caputo y allegados al PRO o el grupo Socma, como los hermanos Torello y Carlos Taboada. ¿Será toda así de modesta la declaración jurada “reloaded” de Macri? Igual, ya sabemos que lo realmente importante es el monasterio del dólar y la ruta del dinero K…
Ah, ya que está en marcha el operativo “miren el afano de los K”, el gobierno podría continuar su cruzada de justicia y transparencia obligando a los jueces a pagar Impuesto a las Ganancias. El Centro de Economía Regional Experimental (CERX) estimó que sólo este año el Estado dejará de recaudar por esa exención a los jueces 5.150 millones de pesos, o 365 millones de dólares. En los últimos tres años la cifra excede los 12.000 millones de pesos. Comparemos: la plata que dejará de recaudar el fisco por poner un tope de 400% a la factura de gas es de 2.250 millones, menos de la mitad. Lo que se quedan los jueces es más que todo el Plan Progresar (4.700 millones de pesos) y equivale a varias veces la guita de Lázaro Báez, José López, Macri y Melconian juntos. ¡Éstos sí que se la llevan toda, y todos los años!
Es una pena que el espectáculo de los policías cavando como topos en el monasterio de General Rodríguez nos haga olvidar la generosidad del gobierno con nuestros abuelos. Bueno, aumento para la gran mayoría de los jubilados no va a haber, pero al menos les devolverán el 15% del IVA por sus compras con tarjeta de débito. ¡Qué alegría, qué acto de reparación histórica! Pero, pero… resulta que hay una pequeña cláusula que limita el tope mensual del reintegro a 300 (trescientos) pesos. Dos grandes de muzzarella, diría Prat Gay. Esto significa que si un jubilado gasta todo su haber de, digamos, 6.000 pesos en compras con tarjeta, no recibirá el 15% de eso (900 pesos), sino un máximo de 300. En realidad, la mayoría ni siquiera eso: la propia AFIP reconoce que hoy las compras con tarjeta de débito no llegan al 8%, porcentaje que es aún menor entre los jubilados, que suelen ser poco duchos con los plásticos. Eso sí, para sancionar esta verdadera burla los senadores votaron por unanimidad, derramando lágrimas de cocodrilo. Cinismo sin límites, como siempre.
A falta de datos generales del IMDEC (recién empezó con el índice de inflación), la AFIP toma la posta de la estadística-ficción. La nueva genialidad es que no sólo no hay despidos, sino que el empleo… ¡aumentó! El gracioso que dice eso argumenta que en mayo los aportes a la seguridad social aumentaron, respecto del año pasado, un 41,3%. Por empezar, esa cifra es inferior a la inflación mayo 2015-mayo 2016 que estiman la mayoría de las consultoras: Elypsis 42,6%, Bein 44%, CGT Moyano 43,6%. Además, los aportes que registra la AFIP dejan afuera al sector más golpeado por el desempleo hoy, los trabajadores en negro y de pymes. Y finalmente, el propio Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina registra una caída de la actividad en el primer cuatrimestre del 2,3%, y si se deja afuera el complejo de oleaginosas, del 4,7%. A ver, muchachos del PRO: hasta para mentir hay que tener un mínimo de criterio.
Frase PROtuda de la semana: en este caso, a decir verdad, más que PROtuda es un modelo de cinismo. Pero tal vez mostrar un desprecio tan olímpico por el resto del país sea una peligrosa PROtudez. Ahí va:
“Como muchos argentinos, tengo dinero guardado en el exterior. Creemos en el país, estamos haciendo todo para que crezca y creo que van a ir llegando los capitales de afuera” (Carlos Melconian, presidente del Banco Nación)
Este caradura tiene un patrimonio de 77 millones de pesos, el 85% en el exterior. Y allí va a seguir: a pesar de “creer en el país”, Melconian avisó que la mayor parte de su patrimonio va a quedar fuera de Argentina porque es un “reaseguro para sus hijos”. Señores, he aquí un representante cabal de la burguesía argentina (no así de “muchos argentinos” que no tienen un mango en el exterior, y tampoco en el interior de sus bolsillos).
M.Y.