Toda la solidaridad con sus trabajadores

Los trabajadores de Tiempo Argentino y Radio América fueron víctimas de una violenta provocación. En medio de una disputa empresarial, entre vaciadores (Sergio Szpolski y Matías Garfunkel) que dejaron a los trabajadores con sus salarios impagos, y nuevos saqueadores, ellos y sus lugares de trabajo fueron atacados. Los que no se situaron en el medio fueron los funcionarios PRO, que respaldaron la acción policial que, sin ningún disimulo, dejó actuar e irse como panchos por su casa a la patota que irrumpió destrozando las instalaciones.

Ante la firme actitud de los trabajadores, la difusión pública, la solidaridad recibida de trabajadores y organizaciones políticas y la edición especial del 5 de julio denunciando los hechos, la fiscal interviniente, Verónica Andrade, haciendo gala de un gran cinismo, tuvo que “dar explicaciones”, en las cuales puso en un pie de igualdad a los agresores con los trabajadores que defendían su lugar de trabajo (“ ‘Ayer tuve dos momentos. Primero, irrumpió el señor Martínez Rojas con una serie de personas que lo acompañaban. Y por otro lado, casi inmediatamente, irrumpieron unos 40 trabajadores del diario. La pregunta es: ¿llevo a todos detenidos o trato de descomprimir el conflicto y que después tramite por vía judicial? Soy partidaria de que, cuando la Justicia interviene, hay que tratar de evitar que las cosas pasen a mayores’, señaló.” Diario registrado, 4/7/16) Su duda existencial la resolvió dejando actuar a los que rompían las instalaciones y golpeaban a mansalva a sus legítimos ocupantes.

Asimismo, se vio obligada a citar a declarar al agresor enmascarado supuesto dueño, Mariano Martínez Rojas, y sus patovicas y amenazó con que, si no concurren, los irá a buscar con la fuerza pública. ¿Cuál, la misma que los acompañó en los destrozos?

La ex presidenta Cristina salió de su ostracismo para manifestar su repudio y expresó que no recordaba desde la vuelta de la democracia hechos similares (» ‘Es inédito porque no recuerdo desde la venida de la democracia la irrupción de patotas de esas características, nada más ni nada menos que en la redacción de un diario’, afirmó.” (eldestapeweb.com, 4/7/16). Nosotros nos acordamos de la que, en manos de patovicas mandados por la patronal (que lograron la efectivización como trabajadores regulares luego de esa acción “ejemplar”), dejó a 10 trabajadores hospitalizados, 2 de ellos en terapia intensiva, durante la toma de 3 días del diario Crónica el 5 de octubre de 2005, que logró la reincorporación de 75 compañeros. Pero de patotas en la década ganada podemos hacer un cuadro de honor de aquellas que atacaron a los trabajadores tercerizados del ferrocarril que asesinaron a Mariano Ferreyra, de las que atacaron a los docentes en huelga en Santa Cruz, las del SMATA al mando de Pignanelli. Patotas de lo más rancio de la burocracia sindical peronista.

Con distinto collar, esta salvaje patota empresarial, con el guiño de la policía y la justicia, exige que redoblemos no sólo la defensa de los trabajadores de Tiempo Argentino, sino la más amplia unidad de acción en su reclamo de pago de los salarios adeudados, restitución de la fuente de trabajo y garantías para su funcionamiento. A la UTPBA, las CGTs, las CTAs, que hasta ahora miraron para otro lado, debemos exigirles su pronunciamiento y medidas para parar los atropellos contra los trabajadores.

¡Fuera las patotas que agreden a los trabajadores!

¡investigación y castigo! ¡Que el gobierno y su Ministerio de Seguridad se hagan cargo!

¡Todo el apoyo a los reclamos de los trabajadores de Tiempo Argentino!

 

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