El pasado jueves 14 se realizó el primer cacerolazo contra Macri. El motivo: la enormidad del aumento de las tarifas y el repudio que el ajuste brutal está causando entre sectores cada vez más bastos de la sociedad. Ante la borrada de la burocracia sindical en mayo pasado, la posta la tomaron los vecinos llevándose adelante un primer cacerolazo contra el gobierno que por ser tal, no dejó de tener importancia.
Desde el punto de vista de su amplitud y composición social, se puede decir que fue masivo en la medida que se extendió nacionalmente: en las localidades más disímiles del país se hizo sentir. Y si bien no fue multitudinario, con cientos de miles marchando por Avenida 9 de Julio, en los principales barrios de CABA y los municipios del Gran Buenos Aires se realizaron concentraciones, cortes de calles y rutas, movilizaciones que contaron en todos los casos con miles de personas.
Socialmente, la composición fue mayoritariamente de vecinos, de clase media y media baja, de personas en general de edad intermedia, de los que habitualmente tienen que hacerse cargo de la responsabilidad de pagar las boletas.
Políticamente es evidente que se trató de un llamado de atención. Lo concreto es que hoy por hoy el aumento del gas está «suspendido», que el propio secretario de la Presidencia, Marcos Peña, ha salido a decirle a la gente que «no se pague la boleta»…
La «tierra de nadie» en que quedaron los aumentos no es un dato menor, debido a que los aumentos de tarifas son uno de los postaestandartes del ajuste de Macri. Es verdad, en todo caso, que la Corte Suprema, con sus tiempos, ha dejado trascender que finalmente avalará los aumentos dispuestos por el oficialismo. Pero en todo caso, no deja de ser un elemento de crisis (un llamado de atención, insistimos), el hecho mismo de la masiva jornada cacerolera, así como que el aumento se encuentre en el limbo por el momento.
Por nuestra parte, tenemos que decir que nuestro partido tuvo rápidos reflejos, que salió a la calle a acompañar los cacerolazos a lo largo y ancho del país; que el Nuevo MAS no tiene dudas que la tarea principal es derrotar al gobierno reaccionario y ajustador en las calles.
De lo que se trata ahora es de mantener en alto la guardia; ante la inacción de la burocracia ver las vías para ir construyendo, desde abajo, una gran Jornada Nacional de lucha. Nuestro partido, nuestra joven militancia y nuestra principal figura, Manuela Castañeira, nos ponemos al servicio de esta tarea.