Esto era lo que comentaban los delegados y activistas en el acampe, frente a la entrada de la textil Tipoiti de la Ciudad de Corrientes. El mismo había comenzado un par de semanas antes, con el objetivo de que la empresa discutiera el convenio de empresa, ya que como ellos dicen “el costo de vida, desde noviembre se comió nuestro sueldo”.
Durante esos días la empresa no ofreció nada y al contrario una noche una patota los agredió y les robó los víveres que habían juntado para los compañeros que hacían los relevos del acampe. Una compañera de más de 30 años en la fábrica nos contó que los conocían que eran de la barra brava de Mandiyú.
Es por eso que el 8 realizaron una multitudinaria asamblea frente a la puerta de la fábrica y decidieron que la huelga comenzaría al entrar el turno noche el 9 de julio a las 22 hs. (los turnos anteriores no trabajaron por el feriado).
Ese día desde antes de las 21 los obreros comenzaron a llegar y organizar el piquete, en el portón principal y otro que pertenece a un sector recreativo, que esa noche estaba abierto y custodiado por la infantería de la policía provincial. Como ellos mismo aclararon, no se trataba de impedir la entrada, sino de convencer a todos de la necesaria unidad para luchar por la recomposición salarial.
Y esto tuvo sus frutos, ya que esa noche sólo entraron unas 4 personas, con lo que la empresa no pudo poner en marcha la producción; es más, un rato después la empresa que realiza la limpieza de la fábrica les dijo a sus empleados que se regresaran a su casa.
Y el mismo piquete se repitió a las 06:00, a las 14:00 y así hasta que el lunes 11 de julio, el Ministerio de Trabajo decretó la conciliación obligatoria. Como nos contaron algunos delegados la masividad de la medida fue por el salario, pero también por las condiciones laborales que se viven dentro de la fábrica: “Primero es la necesidad, el costo de vida el año de vida, en noviembre se comió nuestro sueldo, se redujo casi a la mitad. Y la presión, el modo de trabajar adentro son realmente muy jodidas, hay gente que tiene 30/35 años de trabajo y nunca vivió en esas condiciones, ahora hay sanciones por pavadas. Y al suspenderte ya es un perjuicio económico.”
Un delegado nos cuenta su experiencia: “Cuando ingresé a trabajar hace 12 años era distinto, te decían lo que tenías que hacer, lo que tenías que producir y si vos en tus 8 horas tenías tu termo de mate o tereré nadie te decía nada, ahora te ven recostado o conversando al regresar del baño y palazo. Las condiciones laborales adentro se volvieron muy exigentes.”
Sobre el alcance de la huelga nos manifestaron que: “Esto es histórico, primera vez que pasó esto, acá siempre hubo reclamos, pero nunca se llegó a nada, hasta cierto punto y después se terminaba arreglando así como estaba. Pero ahora sí la gente se cansó, aparte todo se hizo por asamblea, todo esto es consensuado con la gente, porque eso es lo que tiene que ser. Ellos (la empresa) se estaban jugando a que la gente nueva no entre, pero sin embargo se quedaron afuera, a pesar de que los estaban apretando, pero sin embargo la gente igual la gente se plegó y se quedó afuera,así que hasta en eso perdieron, ya que nuestro piquete no impedía a nadie entrar, pero solamente que vos llegás y ves que tus compañeros están allí, peleando por algo que a vos también te va a beneficiar. Y la gente estaba convencida.”
Ese fin de semana el acampe recibió muchas muestras de solidaridad, que se acercaron para traer víveres para el acampe, algunos delegados y dirigentes gremiales, pero por sobre todo mucha solidaridad de la gente que ve en esa fábrica y sus obreros todo un símbolo de la ciudad, que muchas veces se quejan de la falta de fuentes de trabajo y de industrias. Entre los que se acercaron a los piquetes estuvieron los miembros de la Corriente Sindical Carlos Fuentealba.
Comienzan las negociaciones
Una vez aceptada la conciliación obligatoria, los obreros regresaron al trabajo, pero se decidió no levantar el acampe en la puerta de la fábrica. Y se preparaban a establecer la negociación con la patronal. La primera audiencia fue el miércoles 13 de julio, a la que concurrieron los delegados y un grupo de obreros, algunos del turno noche y otros del turno tarde. Allí recién comenzaron a aparecer distintos medios de prensa, ya que las semanas anteriores el reclamo de los obreros fue silenciado de los mismos, y sólo unas pocas menciones salieron publicadas.
Pero la empresa está aprovechando estos días de la conciliación para reunir a grupos de obreros y “hablarles” de lo que perderían por los días de huelga. Pero los delegados dicen que la gente está perdiendo el miedo y muchos les responden.
Ellos apuestan a la fortaleza de las asambleas: “Logramos por primera vez que la gente se una, el hacer asamblea, los convenció, porque decidieron ellos. Porque esto no es decisión nuestra, nosotros planteamos pero la gente decidió. Eso de levantar la mano, que hablen, que propongan, que escuchamos todas las campanas, que cada uno dé su opinión, yo creo que se transformó en algo que prendió la mecha. Todo el mundo está de acuerdo porque fue una decisión de ellos. Ahora ellos lo que están haciendo es reunir a la gente para dividir, pero la gente hoy les responde, no se queda callada.”
Sobre su relación con el sindicato ellos hacen hincapié que es la lucha de los obreros de Tipoiti y que:“Estamos acá 17-18 días y de allá de Buenos Aires no vino nadie, los compañeros están aportando y no vino nadie, a pesar que “el aporte al sindicato suma $ 300.000 mensuales, ¿dónde están ellos?”.
Sobre los que acompañan el acampe manifiestan: “Los compañeros están comprometidos, sacaron un volante y lo financiaron y ahora lo están repartiendo”.
Y finalmente,sobre las negociaciones que el Ministerio estableció, llamando a una primer audiencia en Corrientes, pero la segunda el 19 de julio en Buenos Aires, lo que obliga a los obreros a trasladarse, pero con mucha incertidumbre, ya que al domingo 17 que realizamos esta charla, todavía no les habían comunicado oficialmente, ya que ellos hicieron el pedido al sindicato de los pasajes de 6 delegados y el abogado para la misma. Pero: “Si no hay acuerdo seguimos con la medida de fuerza, vamos a hacer una asamblea obviamente”.
¡SOLIDARIDAD CON LOS OBREROS DE TIPOITI!
¡TODO EL APOYO PARA QUE TRIUNFEN!
Desde el sábado 9 de julio, los 700 obreros de la fábrica Tipoiti, han iniciado un paro por tiempo indeterminado por aumento salarial, ante la intransigencia de la empresa de atender el justo reclamo de los trabajadores.
Los trabajadores reclaman: 40% de aumento a la hora básica; 1,2% por cada año de antigüedad (lo mismo que la empresa paga en la desmotadora de Pinedo Chaco); 100% adicional por cada hora trabajada en sábado y domingo; monto fijo para el premio a la productividad, que se actualice proporcionalmente la hora básica. Todo esto sólo significa para la empresa el 0,1% de su recaudación.
Pero la empresa no quiere atender ningún reclamo a pesar de que tiene ganancias fabulosas produciendo 70.000 kg. (70 toneladas) de hilado por día. El precio de estos hilados va de $ 30 a $ 150 el kg., vendido al mercado interno, pero vendido al exterior, y cotizándose en dólares, las ganancias aumentan mucho más. Esto se produce gracias a la superexplotacion del trabajo obrero, con ritmos infernales de trabajo durante las 24 horas del día, por un salario promedio de $11.000, que está muy lejos del costo de la canasta familiar que hoy supera los $18.000 al mes.
Es inadmisible que la empresa Tipoiti no atienda el justo reclamo de sus trabajadores, cuando es una de las hilanderías más grandes del país; Tipoiti tiene plantas en General Pinedo Chaco, El Talar Bs. As., y oficinas exportadoras en Capital Federal y está próximamente a abrir otra planta en Margarita Belén Chaco. Exporta Hilos a Brasil, Inglaterra y España.
Tipoiti propagandiza en su página disponer de alta tecnología de última generación, japonesa, alemana y suiza. Pero esta tecnología, en vez de estar al servicio de mejorar las condiciones de trabajo, está al servicio de la superexplotacion obrera y de la maximización de las ganancias empresarias.
Pero en esta fiesta de éxitos empresarios, los obreros son convidados de piedra, y sólo les espera seguir siendo explotados, por míseros salarios, en condiciones de superexplotación con ritmos infernales de trabajo.
Ante esta situación desde la Corriente Sindical Carlos Fuentealba nos solidarizamos con los trabajadores de Tipoiti. Esta es la justa respuesta que todos los trabajadores tenemos que dar ante este plan económico de ajuste contra los trabajadores, que sólo está trayendo más pobreza y penuria al conjunto del pueblo argentino.
La devaluación del peso implementada por el Gobierno Nacional y los tarifazos de luz, gas, agua, etc., han licuado el poder adquisitivo de los trabajadores y hoy el salario perdió su poder de compra en más de un 60%.
Por esto tenemos que rodear de solidaridad esta justa lucha de los trabajadores de Ttipoiti, y apoyarla desde todos los gremios, centros de estudiantes, movimientos sociales, trabajadores y pueblo en general para que triunfe.
CORRIENTE SINDICAL CARLOS FUENTEALBA
Corrientes, 10 de julio de 2016