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Mujer, joven, y trabajadora precarizada que intenta organizar la defensa de sus derechos y de sus compañeros: demasiado peligro para el quinto Hospital más moderno de Latinoamérica.
SoB: ¿Desde cuándo trabajás en el Hospital?
CP: Hace dos años y medio, desde 2014, hasta que fui despedida el 29 de junio. Todo el tiempo con un contrato precarizado, como monotributista: no tenés aguinaldo, licencias, vacaciones, ART, y siempre pendiendo de la renovación del contrato.
SoB: ¿Hay muchos compañeros en esta condición laboral?
CP: Hay alrededor de 300. El total del personal del Hospital es cerca de 1.800 trabajadores, así que por cada 5 compañeros de planta hay 1 precarizado, que cuesta mucho menos para la «gestión económica».
SoB: ¿Cómo fue el proceso de organización dentro del Hospital?
CP: Como militante del Nuevo MAS y de la Corriente Carlos Fuentealba, desde que ingresé a trabajar empecé con un perfil súper bajo, reuniéndome fuera del hospital con los compañeros que veía que podíamos llegar a pelearla juntos. Después que me mandan a hacer todos los trámites para el pase a planta y que suspenden mi nombramiento sin que me dieran los motivos, nos dimos cuenta que ya tenían decidido echarme, así que empecé a activar públicamente. Organizamos un par de Asambleas para empezar a exigir el pase a planta, y cuando el 29 me dicen que no me renuevan el contrato por supuesto » mal desempeño» se hizo una nueva Asamblea que subió a exigirle al Director mi reincorporación.
SoB: ¿Cómo es la organización sindical en el Hospital?
CP: Están Salud Pública, la Asociación de Profesionales y ATE. El Hospital es nuevo, y muy particular, se crea por un convenio entre la entonces ministra Ocaña por Nación, y la Provincia de Buenos Aires, y también tiene injerencia el Municipio, ya que funciona en red con los Hospitales de la zona, como alta complejidad.
Chaparro, el presidente de la Asociación de Profesionales, por ejemplo, me agarró a los gritos en un pasillo por un volante que sacamos denunciando la precarización: es la clásica muestra del que quiere hacer carrera haciéndole de guardián a la patronal.
En ATE los dos delegados formaron parte de la Lista Gris Roja que impulsamos desde la Fuentealba en las últimas elecciones. Esto les significó todo tipo de presiones, que ahora se redoblan, porque la precarización se va a profundizar a pesar de las promesas del Director; mi despido es un intento de disciplinar al conjunto de los precarizados.
SoB: ¿Cómo te comunicaron el despido?
CP: Mi jefa me dice que no sabe nada y me manda a Recursos Humanos, ahí me dicen que tengo un informe negativo y que se lo pida a ella. Cuando vuelvo me dice que ella no hizo nada, sólo un «informe verbal» que yo tenía «mal desempeño». Cuando le digo que nunca me había comunicado ninguna falta ni hecho ninguna advertencia, ni en forma oral ni escrita, se puso en víctima… «que la estaba amenazando». Es la política de Mostajo, la Directora de Enfermería, más preocupada por vigilar qué dicen y hacen los trabajadores que por la salud de los pacientes.
SoB: ¿Cómo sigue la campaña por la reincorporación?
CP: La semana siguiente al despido hicimos un acto en la puerta del Hospital y con las organizaciones que se acercaron se cortó la Avenida Calchaquí. Estuvieron ATE Florencio Varela, el Nuevo MAS, el Movimiento Evita, la Rodolfo Walsh de Quilmes, con gran repercusión en los medios locales. Después tuve una reunión con el delegado del Hospital y ATE Varela, y se quedó en recorrer los servicios y hacer firmar un petitorio por mi reincorporación. Pienso que todo suma, pero desde la Fuentealba tenemos claro que sólo con la participación activa de los compañeros le podemos parar la mano a Macri y Mostajo, por eso vamos a impulsar un nuevo acto en el Hospital, también dando la pelea para que todo este proceso de persecuciones y despidos se visibilice en los medios nacionales.
Mi despido no es un capricho de un Director, es una política nacional de reventar a todos los que quieran organizar la lucha contra el ajuste.
Si en un Hospital de alta complejidad dicen y escriben que la gestión del hospital se basará en el “Punto de equilibrio” que surgirá del nivel de producción que permita igualar el ingreso marginal con el costo marginal (en criollo igualando los ingresos con los gastos por cada paciente nuevo) la atención de la salud se transforma en una mercancía. En eso quieren transformar todo lo público: una gran acumulación de mercancías.