Habemus proyecto de Presupuesto 2017. Lamentamos informar que no augura nada bueno. No sólo porque es un émulo de los de la época kirchnerista en cuanto a contabilidad ficción y metas fantasiosas, sino porque esos números truchos, como el ¡15%! de inflación prevista para el año, sirven de coartada al ajuste. En efecto, se plantea que ninguna partida tendrá un aumento superior a ese 15%, con lo que el resultado está cantado: el tope presupuestario se intentará respetar aunque la meta de inflación sea un disparate. Los presupuestos del kirchnerismo eran un cuento de hadas. Los del macrismo son un cuento de hadas con ajuste brutal incluido.

Generó cierto escozor en el gobierno la detención en Nueva York del jefe global de negociación de divisas del HSBC, Mark Johnson. Es sabido que ese banco viene recibiendo en todas partes, y desde hace rato, palizas legales por infinidad de hechos de corrupción, además de delitos fiscales y financieros varios. Menos mal que acá el macrismo le pone la alfombra roja: el presidente de HSBC Argentina, además de amigote de MM, fue designado director del Merval, y otra ejecutiva de la entidad, María Eugenia Talarico, es ahora vicepresidenta de la Unidad de Información Financiera, que solía investigar delitos como… las 4.040 cuentas del HSBC en Suiza no declaradas, por más de 3.000 millones de dólares, que involucraban a la flor y nata de la clase capitalista argentina y sus agentes políticos (Prat Gay incluido).

Blanqueo mugriento I: parafraseando una vieja publicidad, digamos que el blanqueo macrista difícilmente pase el desafío de la blancura. Veamos esta chanchada: la promulgación de la ley de blanqueo se firmó lo más tarde posible, a fin de que la fecha de la “foto de activos” (declaración de lo que se va a blanquear) para las personas físicas fuera del 21 de julio. Es casi un favor personal, porque para las empresas la “foto de activos” válida es varios meses anterior. ¿Cuál es la chanchada? Simple: que los interesados, amiguitos de MM que “ahora no van a tener que esconderse”, tuvieron varios días para mover a refugios seguros los activos que no querían que figuraran en esa declaración. Asquerosito, ¿no?

Blanqueo mugriento II: la desesperación del macrismo por el éxito de la movida es tal que ya no saben qué más ofrecer a los lavadores. Al beneficio de no tener que repatriar los capitales se le agrega que el pago de la alícuota ni siquiera se hará en el país, sino en una cuenta especial del Banco Nación en Nueva York. Por dos razones: primera, para no atiborrar de dólares el mercado local y presionar el tipo de cambio a la baja, y segunda, para ahorrarle a los amigos el costo legal de la transferencia, del orden del 1-1,5%, costo que de otra manera se sumaría a la multa.

Blanqueo mugriento III: el dinero que ingrese a los fondos comunes de inversión (FCI) para ser blanqueado, que debía quedar “congelado” por cinco años, ahora tendrá un período “de gracia” de 12-18 meses para ser colocado “en títulos como Letras del Tesoro en dólares, para luego destinarlo al objetivo específico del fondo” (Ámbito Financiero, 27-7-16). Traducimos del financiero al castellano: el evasor que pone plata en un FCI para blanquear estaba obligado, por cinco años, a destinar la inversión a proyectos de infraestructura, de la economía real o inmobiliarios. Pero como nadie sabe de dónde van a salir tantos proyectos para tanta guita (el kirchnerismo tuvo un problema parecido con ciertos bonos), a modo de cebo para el blanqueador se le dice que ahora podrá invertir en bonos públicos seguros y rentables por al menos un año. Con lo que la “multa” del 10% se reduce en términos reales al 6-7%. Cuando Macri dijo “se acabó la joda”, se ve que no se refería a estos amigos suyos.

Blanqueo mugriento IV: los cálculos del macrismo son que, en concepto de las citadas multas, el Estado recaudaría entre 3.000 y 4.000 millones de dólares. Francamente, para los parámetros macroeconómicos argentinos, no es mucho. Comparemos: hasta el kirchnerismo reconoció que su propio intento de blanqueo vía los famosos CEDIN fue un fracaso total, ya que recaudó “apenas” unos 1.000 millones de dólares. ¿Y resulta que el blanqueo de capitales más escandaloso de la historia financiera argentina va a ser vendido aquí y en el mundo como éxito clamoroso si recauda tres veces lo del CEDIN? O cambiaron los criterios o no nos dan los números.

Frase PROtuda de la semana: como para descansar de tanta economía, volvamos a la política, en este caso en su relación con el fútbol. A propósito del anunciado fin del Fútbol para Todos, todavía no se sabe quién se queda con el negocio, si Clarín o Turner. Pero mientras eso se negocia y se resuelve, el gobierno no quiere dejar dudas sobre lo verdaderamente importante:

“Es importante aclarar que gratis, lo que se entiende por gratis, no es” (Fernando de Andreis, secretario general de la Presidencia). Los incautos que creyeron en declaraciones de campaña, ya saben: cuando Macri hace promesas, veraz, lo que se entiende por veraz, no es.

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