Este ataque es una muestra de que a estos sectores misóginos y enemigos del movimiento de mujeres, no les importan que cientos de mujeres sean asesinadas al año por violencia de género ni que se mueran por abortos clandestinos. Dicen ser pro-vida y escrachan un mural que busca justicia por víctimas de femicidio. Lo único que parece importarles es querer controlar el cuerpo de las mujeres y su destino, tal como hace la Iglesia, el Papa y el gobierno, que a través de Michetti...