Guillermo Pessoa
La noche en el asentamiento hacía más tétrico aún el panorama de pobreza. La lluvia del día anterior había convertido en lodo los irregulares senderos interiores y en más de una ocasión Conde y Manolo estuvieron a punto de caer a tierra. Unas pocas luces, salidas de alguna de las casas improvisadas, daban alguna iluminación a unos caminos que ni siquiera habían soñado con el beneficio del asfalto o el...