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Hospital
Francés
Retomar
la lucha con un programa claro
Trabajadores/as
independientes y del MAS de Sanidad
La
situación del hospital es crítica. Estamos en terapia
intensiva y el responsable hoy tiene nombre y apellido:
Gobierno Nacional. En primer lugar, recordemos que el
gobierno tuvo que intervenir el hospital porque así los
trabajadores lo exigieron con su movilización
independiente, con el legítimo reclamo de que del hospital
dependen más de 1.400 familias. Tanto el Ministerio de
Trabajo como otras dependencias del Estado hicieron oídos
sordos ante las denuncias permanentes de los trabajadores.
En
segundo lugar, a más de 90 días de que el Hospital Francés
esté intervenido por el Gobierno Nacional, la intervención,
lejos de solucionar los problemas del hospital y de los
trabajadores, vino, y de esto no quedan dudas, a imponer
un nefasto plan de achique para llevar a cabo una
reestructuración de personal, que incluye masivos
despidos, suspensiones, topes y reducción de salarios.
Hasta el momento, se nos debe a los trabajadores la mitad
del sueldo de junio, la totalidad de julio y el aguinaldo.
Como si esto fuese poco, y para cambiar el eje de la discusión,
echaron a la compañera Andrea Martínez, de medicina
laboral, de manera arbitraria e injustificada.
Quedó
demostrado que la reactivación que iba a hacer la
intervención era un verso para ganar tiempo y avanzar con
el plan de achique contra los trabajadores. Por eso nunca
reflotaron el plan de salud, que tenía 160.000 afiliados y
ahora no llega a 20.000; tampoco el resto de la Asociación.
Sin embargo, insistieron con PAMI porque es un negocio político
que les conviene, a costa del Hospital, ya que PAMI paga por
paciente 23 pesos y hay que cubrirles todo, desde el
ambulatorio, medicamentos costosos y la internación con
estudios complejos. Además, Salvatierra y Cía. hicieron
negocios personales en la compra de insumos, comprando
productos de menor calidad y pactando sobreprecios a puertas
cerradas con proveedores “amigos”.
El
Dr. González y Mingrone, los grandes “técnicos” de la
intervención que vinieron a salvar el hospital, recorren el
hospital con un escribano para vigilantear a los
trabajadores que se movilizan. Pero de los ataques de estos
burócratas depredadores que mandó el gobierno de Kirchner
no se salva nadie. Así fue como mandaron suspensiones hasta
a trabajadores que estaban de vacaciones. A eso se dedican
estos señores, mientras el hospital pende de un hilo, como
lo demuestra la difícil situación de enfermería (ver
aparte).
Los “gordos” de Sanidad miran para otro lado
Sabemos
que desde que la intervención K está en el hospital los
representantes del sindicato siempre han mantenido reuniones
con Salvatierra, por lo general a escondidas. Lógicamente,
nunca hicieron nada por la grave situación de los
trabajadores del hospital, y siempre quisieron meternos por
la ventana política acuerdos de paz social, mesas de
trabajo con los patrones –como si éstos no tuvieran claro
su plan–, y hasta en alguna oportunidad repartieron un
boletín con los grandes logros de la patronal.
Daer
y West Ocampo, conducción del sindicato, tuvieron que
rechazar en el Ministerio de Trabajo el acuerdo de crisis
que quiere firmar la intervención, presionados por la
votación unánime en asamblea general de los trabajadores
del Francés. La verdad es que no les quedaba otra, aunque
esto no cierra la posibilidad de que nos abrochen en una
“negociación” entre la patronal, el sindicato y el
Ministerio de Trabajo. Los gordos de Sanidad se siguen
haciendo los distraídos y miran para otro lado ante los
atropellos de la intervención K contra los trabajadores. Y
de movilizar el resto del gremio por el problema del Francés
ni hablan.
Hace
falta un programa claro
Para
realmente salvar la fuente de trabajo, es
necesario que los trabajadores retomemos un plan de lucha
y tomemos la solución del hospital en nuestras manos.
Para nosotros, la salida del hospital es la estatización
con control de los trabajadores, ya que, como quedó
demostrado, Salvatierra achica para entregar el hospital al
mejor postor. Por supuesto que tenemos que seguir reclamando
la falta de pago de los sueldos, el aguinaldo y denunciar
los despidos, pero lo que va a garantizar los puestos de
trabajo para todos y que cobremos los sueldos es que el
hospital se estatice. Y esta es una propuesta que se
enmarca en la actual crisis que tiene la salud a nivel
nacional y en la Ciudad de Buenos Aires. Sabemos, y los
propios compañeros que trabajan en los hospitales públicos
y apoyan nuestra lucha nos lo cuentan, de los problemas que
hay en los hospitales públicos, que en su gran mayoría están
relacionados con la falta de satisfacción a la demanda de
los pacientes. Así es que se dan turnos para cirugías a más
de 90 días o el caso del Hospital Ramos Mejía, que tiene
que derivar las resonancias al Hospital Fernández. Nuestro
hospital podría dar ese servicio a la comunidad y todo lo
que su capacidad instalada y la capacidad técnica permite.
Pero
decimos estatización con control de los trabajadores
porque somos los trabajadores los únicos realmente
interesados en que el hospital funcione. Así los
trabajadores evitamos el vaciamiento y el cierre del
hospital; también durante de la intervención evitamos con
nuestros controles por abajo nuevos vaciamientos. Si el
hospital se estatiza también va a ser necesaria nuestra
acción, unidos y organizados, como lo demostraron luchas
como la del Hospital Garrahan, donde queda claro que el
estado es un patrón más.
Por
esto, tenemos que dar este debate que está pendiente, en
todos los sectores y con todos los compañeros. Los
trabajadores del Hospital Francés tenemos que dar un
gran debate democrático sobre la solución de fondo para el
hospital. No nos podemos quedar solamente, aunque hay
que hacerlo, con el reclamo de que no nos pagan los sueldos
y la denuncia de las persecuciones sindicales, porque es
consolidar la política de desgaste que esta llevando a cabo
la intervención.
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