La
cruzada antiabortista del Gobierno y la Iglesia se ha
cobrado una nueva víctima: esta vez se trata de L.M.R,
una joven discapacitada mental de 19 años, violada
por un familiar, y a quien luego de idas y venidas con la
Justicia y los médicos se le impidió abortar.
La
violación y la formación “cristiana”, de
la Justicia
(laica)
Por
César Rojas
Agrupación
Carne Clasista
Contra la Opresión Sexual y Social
Según
denunció la madre, L.M.R había sido violada por un tío de
unos 40 años y ella misma tuvo que explicarle lo que era
una relación sexual, ya que la chica no comprendía lo que
le había sucedido ni, por supuesto, sus consecuencias. A
pesar de esto la Jueza Siro había negado que la chica fuese
idiota o demente y sostuvo que la violación aún no había
sido probada, por lo cual en su momento ordenó la suspensión
de la operación. Según explicó a la prensa en un comienzo
la magistrada: “para mí es difícil dejar de lado
la formación jurídica y cristiana”, pero
días después aclaró: “Mi sentencia no
está basada en convicciones religiosas, sino actúo
conforme a la Constitución al proteger la vida de la
persona por nacer, por eso propuse a la familia de la joven
la posibilidad de la adopción, cosa que no fue
aceptada”. Por supuesto que aquí en su
“formación” parece haber olvidado algunos detalles: los
derechos de la única víctima, una joven discapacitada
mental que no pudo decidir ese embarazo es producto de
una violación, y se le escapan otros pequeños
detalles: el carácter laico de la Justicia y el Código
Penal.
Pero las
sorpresas no terminan aquí con Doña Inés Siro (*), ya
que el viernes 28/7 declaró a Pagina 12 “La
joven es débil mental pero anda con celular y se maneja por
la calle”, “la sociedad cree que a la chica la
agarraron en un baldío pero no hubo violencia física, fue
un abuso intrafamiliar, como ocurre en tantos casos.
¿Sabe la cantidad de chicas de 12, 13, incluso 9 años que
son abusadas por sus padres y quedan embarazadas? Veo un
montón en mi juzgado y ellas no pueden abortar”. Según
ella, todas estas barbaridades funcionan como atenuantes al
caso: que la chica tenga celular(¡), que sea un tío (quien
al ser un familiar directo puede ejercer amenazas y un
silenciamiento más efectivo sobre la víctima), que no hubo
“violencia” (un hombre adulto sobre una joven de una
edad mental de ¡8 años!, ¿cuál es el concepto de
violencia de esta bestia?) que no hubo desamparo porque no
fue en un ¡baldío!, que son “tantos casos de violación”
que uno más (éste) no importa…
Como
contraparte de estas “cristianas animaladas”, el fallo
de la Corte Suprema seguía el sentido de lo expuesto por la
Procuradora de la Pcia María del Carmen
Falbo, a favor de los derechos de la joven y la absoluta
legitimidad contemplada en el Código Penal, estableciendo
claramente este caso como “aborto no punible” y como
no punible es cualquier aborto producto de una violación,
independientemente que se trate de una mujer demente o no.
También quedó expresamente establecido que estos
abortos terapéuticos y no punibles contemplados en el
artículo 86, no necesitan autorización judicial.
Los
“cruzados” por la vida, los médicos y el
“progresismo”
Trascendió
que hubo presiones sobre los médicos, no sólo
de la Iglesia, sino del propio Poder Judicial para que no
realizaran el aborto.
Según
las últimas declaraciones de la madre y la hermana de L.M.R,
en ningún momento el Hospital informó del plazo de las
20 semanas, y hasta el propio 3 de agosto supuestamente
aún se estaba dentro del tiempo aceptable para la
intervención. La cantidad de semanas que venían
contabilizando no coinciden con las “sorpresivas” 20
semanas que informaron de pronto, lo cual da cuenta de los
estudios falseados para impedirlo.
Todo
esto hace más que evidente que los médicos cedieron a las
presiones del Gobierno, la Justicia y la Iglesia, y que el
desenlace de todo tendió a que esto no sentara precedentes,
dado lo emblemático del caso y el estado público que
adquirió (¡hasta Macri salió a respaldar el aborto para
la joven!). No vaya ser cosa que la sociedad se sensibilice
y comience a discutir masivamente el Derecho al Aborto.
Ante
estas dramáticas situaciones tanto el Ministro de Salud
como el gobernador Solá pasearon sus compungidas caras ante
los medios y nada más.
El
gobernador ofreció un magro subsidio de $800 a la madre,
con el cual él supone que Vicenta (quien obviamente ya no
podrá trabajar fuera puesto que debe cuidar de su hija
discapacitada y al bebé) podrá vivir, y todo eso por un año.
Después: “Dios dirá”.
Por su
parte Ginés, que denuncia las alarmantes cifras de los
abortos clandestinos (entre 500 y 800.000 anuales y
principal causa de mortalidad materna), no hace nada para
impulsar el Derecho al Aborto, ni interviene
efectivamente sobre un caso tan terrible como el de L.M.R.
A este
“progresismo”, que juega con las cartas marcadas del
“no me dejan hacer nada”, hay que decirle una vez más:
Señores, no necesitamos la limosna de su lástima, ni sus
palabras para la cámara. La verdad es concreta,
sus verdaderas posiciones son sus actos, y Uds. no hacen
sino dejar el terreno a la reacción, a la Justicia
patronal, patriarcal hasta la médula, que
culpabiliza y naturaliza la violencia hacia las mujeres y a
una Iglesia medieval que pretende decidir sobre su cuerpo y
su vida.
Por eso
como socialistas revolucionarios debemos acompañar las
movilizaciones y escraches que se están realizando sin
quedarnos en la compasión contemplativa que despierta este
drama social. Debemos poner toda esa legítima indignación
por la injusticia, nuestra rabia y nuestra conciencia para luchar
por el Derecho al aborto, Libre, seguro y gratuito; la
Educación sexual científica en los colegios;
exigir la Cárcel al violador y obligar al Estado
para que garantice la atención social necesaria para la
joven L.M.R y su familia.
(*)
Quien además se da tiempo para posar como “modelo” para
una publicidad de una marca de ropa de cuero (ver Pagina 12,
13/08/06).
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