Un
hecho crucial para el futuro de la región y la situación
mundial
Triunfo
en Medio Oriente
Por
Roberto Ramírez
Es
así de simple. Las máquinas de mentir de la televisión y
la prensa de EEUU y sus lenguaraces repetidores de América
Latina tratan de desdibujar y empequeñecer este hecho
inmenso. Incluso, hasta existen en el planeta dos personajes
que proclaman lo contrario; dicen: “¡ganamos!” Pero
como se trata del presidente Bush y del primer ministro de
Israel, Olmert, pocos los toman en serio. El fiasco de EEUU
e Israel en Líbano va a tener serias consecuencias,
tanto a escala mundial como del mundo árabe e islámico.
Veamos algunas de ellas.
En
el análisis que hicimos al iniciarse la guerra, decíamos
que “para entender lo que sucede en Medio Oriente era
necesario ubicarlo en el marco de la «crisis de hegemonía»
por la que está pasando EEUU, cuyo punto nodal es el fracaso
del proyecto «super–imperialista» intentado por la
administración Bush. El sueño de hacer del siglo
XXI el «nuevo siglo norteamericano» –así fue
bautizado ese delirio por sus autores– se ha transformado
en pocos años en una pesadilla [...]
“[Pero]
hay que distinguir cuidadosamente entre este fracaso
rotundo de la administración Bush y el poderío «estructural»,
económico y militar, que aún conserva indudablemente
el imperialismo yanqui. El desastre de Bush ha abierto una
situación política mundial de «crisis de dominación»
de EEUU, pero no todavía una debacle «estructural»
de este imperialismo.
“Esta
«crisis de hegemonía» de EEUU que marca la coyuntura
mundial va también acompañada de una «crisis de
legitimidad», tanto del imperialismo yanqui como de sus
acompañantes, entre ellos el Estado de Israel. La
impopularidad mundial de Bush y de EEUU ahora es también
acompañada por la de Israel” (SoB 83, 20-7-06).
El
centro geopolítico de este proyecto de dominación mundial
era la estructuración del “nuevo Medio Oriente”.
Condolezza Rice salió a recordarlo, diciendo que la guerra
del Líbano eran los dolores de parto de ese “nuevo Medio
Oriente”. En verdad, se trata de un Medio Oriente
desconocido por los geógrafos, ya que, en los mapas de los
teóricos neoconservadores, el “nuevo Medio Oriente” o
el “amplio Medio Oriente”, es una franja del planeta
que va desde Marruecos (al oeste) hasta Pakistán (al este)
y desde Arabia Saudita (al sur) hasta las ex repúblicas
soviéticas de Asia central (al norte). Y
“casualmente”, en el centro de este soñado imperio
colonial del siglo XXI se encuentra Israel, el estado Nº 51
de EEUU.
Se
trata de un plan de recolonización, que tiene que
ver con dos hechos: que el Medio Oriente es un centro
geopolítico imprescindible para aspirar al dominio mundial,
y que tiene además las mayores reservas de energía del
planeta. La ocupación de Afganistán y sobre todo la
aventura de Iraq eran puntos centrales de ese plan,
justificado con la fábula de la “guerra contra el
terrorismo”. Pero las cosas le están yendo mal a Bush en
esos dos primeros casos.
La
guerra del Líbano iba a ser –según palabras del propio
Bush– el “tercer frente de la guerra contra el
terrorismo”. ¡Allí, al fin, iban a tener una
victoria categórica! Y, si lo lograban, el cuarto y quinto
frentes serían los ataques a Irán y Siria. (Ver “Una
guerra barata con muchos beneficios”).
Se
extenderá y profundizará la crisis de hegemonía yanqui
Semejantes
fracasos nunca salen gratis. A escala mundial, el resultado
más previsible es que se profundice la crisis de dominación
de EEUU.
¿Qué
significa esto? La crisis de “crisis de hegemonía” o de
“dominación” de EEUU se expresa mundialmente en el
hecho de hay un número creciente de estados y también
de otros “actores” políticos y sociales, nacionales e
internacionales, que actúan sin pedirle permiso a
Bush; es decir, independientemente (en mayor o menor
grado) de Washington.
Estados
Unidos aparecía hasta hace pocos años (sobre todo después
de la caída del Muro de Berlín) como la gran superpotencia,
a la que obligatoriamente todos debían prestar obediencia y
no hacer nada sin su aprobación o participación. Hoy la
tendencia mundial predominante es otra: los
“desobedientes” se multiplican. Pasan montones de
cosas que están fuera de su control y emergen
centros de poder que contrarían el predominio
estadounidense. Después de este fracaso, lo más
probable es que esta tendencia se fortalezca.
Estas
fuerzas independientes a veces actúan abiertamente en
contra, como por ejemplo aquí, en el caso de Venezuela.
Más ampliamente, América Latina se ha convertido, aunque muy
desigualmente, en otro “espacio de desobediencia”
hacia EEUU, cuando hasta hace poco imperaban las
“relaciones carnales” estilo Menem.
En
otros casos, no hay un enfrentamiento “directo”, pero sí
“movidas” en que EEUU simplemente es dejado de lado.
Un ejemplo son los “reacomodamientos” que tienen lugar
en Asia con la ASEAN y la Organización de Cooperación de
Shanghai (OCS), encabezada por China y Rusia, que ha abierto
sus puertas a Irán, ignorando los clamores de Bush.
Posiblemente
una consecuencia de este complejo ajedrez geopolítico ha
sido que, en la guerra del Líbano, un arma decisiva en la
derrota de EEUU-Israel fue la bazuka rusa RPG-29, que acabó
con una de sus siete divisiones blindadas y con el mito del
“invulnerable” tanque Markaba.[1] ¿Estas armas llegaron
masivamente a Líbano sin algún visto bueno del Kremlin?
Sin
embargo, lo más importante no es el juego entre
estados sino los posibles reflejos en las masas
trabajadoras y populares, especialmente del Tercer
Mundo. Está siendo sepultado el mito de la
“omnipotencia” de Estados Unidos (y de sus perros de
presa, como Israel). Sobre todo en los años 90, esta fábula
de la “superpotencia” imposible de desafiar fue el gran
argumento para convencer a todo el mundo de que no quedaba
otra que “agachar el lomo”. Esto se está acabando, al
ritmo de los fracasos de Bush.
Las
consecuencias en Medio Oriente
Pero
las secuelas seguramente van a ser más graves y directas
en Medio Oriente, que fue precisamente el centro de las
aventuras imperialistas norteamericanas bajo la administración
Bush.
Un
ex embajador de la Liga Árabe en Londres, Ghayth Armanazi, hace un análisis muy exacto del cambio que implica esta
guerra y sus efectos:
“Los árabes de las anteriores
generaciones –dice–, vivieron bajo una sombra de efectos
acumulativos: durante años y años se les dijo que nada
se podía hacer contra la fuerza de Israel. Ahora todos
los árabes están despertando a nueva realidad.
Algunos miles de combatientes irregulares, la mayoría
ligeramente armados, pero con voluntad de lucha, pudieron
enfrentar al monstruo que tanto temían. Con tanta fuerza
que posee, pudieron pararlo, y lograron matar al dragón de
sus pesadillas.
“Esta
es la idea que crecerá con fuerza inevitable, no sólo
en la lucha de cada día, sino también en las memorias, las
leyendas y los mitos. [...]
“El
efecto de la resistencia firme de los combatientes de
Hezbollah al ejército omniconquistador de Israel, será de
enorme alcance, sin importar los detalles del arreglo
inmediato del conflicto libanés, que será tan inestable
como los arreglos anteriores. Cada fuerza extranjera que ha
venido al Líbano a «guardar la paz» se ha ido con su cola
entre sus piernas, y no hay razón para creer que va a ser
distinto con la nueva «fuerza multinacional»... [...]
“Más allá de Líbano, esa sensación
está corriendo como el fuego en un campo seco a través de
todo el mundo árabe y musulmán. Es la sensación de poderío
creada por la leyenda de Bint Jbeil y otros campos de
batalla, que se han incorporado ya al folklore popular.
“Es
una sensación de poderío que podría eventualmente sellar
la suerte no sólo de Israel, sino también de esos
gobiernos árabes, que son vistos por su gente
como los «vendedores» de la falsa idea de la impotencia árabe
para ocultar su propia impotencia y corrupción...” [2]
El autor termina coincidiendo
con Condoleeza Rice: efectivamente, lo del Líbano han sido
las contracciones del nacimiento de un “nuevo Medio
Oriente”... pero completamente distinto al de “la agenda
de fantasía del País de las Maravillas que soñaban en
Washington”.
Las consecuencias al interior
de EEUU
Tampoco
al interior de EEUU este fracaso va a dejar de tener
secuelas. Sin embargo, es difícil hacer pronósticos más
concretos.
La
caída en picada del apoyo a Bush (especialmente en relación
con el desastre de Iraq), los problemas internos como el de
los inmigrantes (que ahora vuelve a reanimarse con la
convocatoria de una marcha de un millón de personas a
Washington), junto con otros elementos de crisis y
descontento, no terminan sin embargo de cuajar en
movimientos de masas que tengan continuidad, ni programas
que vayan más allá de las demandas inmediatas.
Podríamos
decir que en EEUU los elementos de crisis y la impopularidad
de Bush todavía van mucho más adelante que la
respuestas de las masas.
Otra
crisis política que asoma en el horizonte son las
elecciones legislativas de noviembre próximo. Es muy
probable que sean una catástrofe para el Partido
Republicano y Bush pierda su control del Congreso. Pero, al
mismo tiempo, los demócratas no presentan una alternativa
política creíble ni muy distinta (incluso en términos
burgueses) a la de los neoconservadores en crisis.
De
todos modos, comienza a plantearse el interrogante de si
Bush podrá aguantar en la presidencia dos años más. Ha
nacido un movimiento por su destitución, que aún es
minoritario. Sin embargo, en la burguesía norteamericana
muchos deben estar pensando cuántos otros desastres va a
perpetrar en los casi dos años y medio que le faltan para
terminar su mandato.
Un
riesgo: EEUU-Israel pueden tratar de “huir hacia
delante”
Dijimos
inicialmente que “se ha abierto una situación política
mundial de «crisis de dominación» de EEUU, pero no
todavía una debacle «estructural» de este
imperialismo”.
Esto
hay que tenerlo muy en cuenta, porque el imperialismo
yanqui no ha quedado reducido a la impotencia ni se va
quedar de brazos cruzados. Lo más grave es que algunos
sectores del imperialismo, especialmente en el campo afín
al Estado de Israel, siguen insistiendo en la línea de
“huir hacia delante”.
La
reciente guerra fue una ilustración de esta política:
“ante la catástrofe de Iraq (que se perfila también en
Afganistán), huyamos hacia la guerra con Irán, pasando
primero por el Líbano”.
Después
de este fracaso, estos mismos sectores comienzan proponer
algo peor: un ataque con armas nucleares. Así, en el
Jerusalem Post del 7-8-06, una solicitada de un “New
Right Movement” inicia la campaña por un bombardeo
atómico a Irán.
Si
esto fuese un hecho aislado, podría pasar como una
chifladura. Pero es sólo otra expresión de una campaña más
generalizada. Así, el 20 de julio pasado, el CRIF
(consejo de instituciones sionistas de Francia) y su par
europeo publicaron solicitadas en los principales diarios
franceses, alemanes y holandeses llamando a la acción
militar contra Irán, incluyendo armas atómicas.[3]
Es para inquietarse, considerando además la facilidad con
que Israel vende en Washington sus proyectos de “guerras
baratas con con muchos beneficios”.
Por
otra parte, en Estados Unidos estas propuestas que vienen de
Israel tienen un terreno abonado. Ya en la primera
presidencia de Bush comenzó la propaganda acerca de una
“nueva generación de armas nucleares”, maravillas de la
técnica que tendrían la bondad de no causar mayores daños
a al población civil. Es un hecho que, bajo Bush y el
criminal de guerra Rumsfeld que dirige el Pentágono, fue
dejada de lado la antigua doctrina que pone aparte a las
armas atómicas como “armas estratégicas”. Ahora ya se
empieza a considerar su uso “táctico”, como un arma más.
Asimismo, la eventualidad de un bombardeo nuclear a Irán
está desde hace un año en estudio en el gabinete del
vicepresidente Dick Cheney, gestor clave del ataque al Líbano.[4]
No
decimos, por supuesto, que esto sea lo más probable.
Señalamos estos hechos para subrayar la necesidad de
redoblar la lucha contra un imperialismo que, en su
progresiva decadencia, está siendo en estos momentos
peligrosamente dirigido por una pandilla tan imbécil como
criminal.
Notas :
1.
Viktor Litovkine, “Israël accuse les lance-roquettes
russes de ses revers au Liban”, agencia rusa Novosti,
11-8-06.
2. Ghayth Armanazi
, “Israel has already lost this
war”, The Independent, 11-8-06.
3.
“Des
organisations sionistes appellent au bombardement atomique
de l’Iran”, Red Voltaire, 7-8-06.
4.
The American Conservative, 1-8-05, citado por Red
Voltaire, 3-8-05.
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