Guerra
EEUU-Israel
contra el Líbano
El tiro por
la culata
Si alguna vez
la expresión fue apropiada, éste es el caso de la guerra
de EEUU-Israel contra el Líbano con el objetivo de acabar
con Hezbollah, como prólogo a la agresión contra Irán y
Siria. El siguiente relato del periodista inglés Robert
Fisk pinta bien los resultados (extractos tomados de
“Desert of trapped corpses testifies to Israel’s failure”,
The
Independent, Londres, 5-8-06). Escribió este informe en
la ciudad de Sfria, donde se produjo uno de los principales
combates de la guerra. Las tropas sionistas que intentaron
tomarla, recibieron la gran paliza y se retiraron con el
rabo entre las piernas. Pero lo más importante es el saldo
político de todo esto.
Sfria –o lo
que alguna vez fue el poblado de ese nombre– es un lugar
de casas aplastadas, muros derruidos, escombros, gatos
hambrientos y cadáveres atrapados. Pero es también un
lugar de victoria para Hezbollah, cuyos combatientes caminan
este lunes entre la destrucción con aire de héroes. [...]
Para Hussei
Kamelel-Din –el mukhtar (alcalde) de la ciudad–,
no hay duda alguna. Cuando tres hombres de Hezbollah –uno
herido en un brazo, el otro llevando dos magazines de
municiones y un radiocomunicador– pasaron junto a nosotros
entre los montones de fragmentos de concreto, Hussei Kamelel-Din
les gritó: “¡Adiós,héroes!” [...]
Había que
estar allí con los milicianos de Hezbollah, entre esta
aterradora destrucción –muy al sur del río Litani, en el
territorio de donde Israel juró que los expulsaría– para
percatarse de la naturaleza del pasado mes de guerra y de su
enorme significación política para Medio Oriente.
El poderoso ejército israelí se ha retirado de la aldea
vecina de Ghandouriyeh después de perder 40 hombres en poco
más de 36 horas de combate. Ni siquiera ha logrado penetrar
en la devastada ciudad de Khiam, donde Hezbollah celebraba
la victoria en la tarde de este lunes. [...]
Lejos de
humillar a Irán y Siria, como era el plan de Tel Aviv y
Washington, esos dos llamados estados parias han quedado
intactos y la fama de Hezbollah adquirió
proporciones grandiosas en todo el mundo árabe. La
“oportunidad” que en apariencia Bush y su secretaria de
Estado, Condoleezza Rice, entrevieron en la guerra en el Líbano,
se volvió una oportunidad... pero para que los enemigos
de EEUU exhibieran la debilidad del ejército israelí.
[...]
En tanto, por
la carretera que va a Beirut desde la costa, regresaba una
caravana de decenas de miles de familias, apiladas en los
toldos de sus vehículos, que portaban en el parabrisas
banderas de Hezbollah y retratos de Nasrallah, el líder
de la guerrilla. En los gigantescos embotellamientos de tránsito
en torno a los derruidos puentes de la autopista y a los cráteres
que tapizan el paisaje, militantes de Hezbollah repartía
banderas verdes y amarillas con la palabra “Victoria”,
junto con avisos oficiales en los que se llama a los padres
a no dejar que los niños jueguen con los miles de bombas
sin explotar que ahora yacen por todas partes.
Pero, ¿qué
encontrará esta gente a su regreso? Haj Ali Dakroub, de 42
años, gerente de una constructora, perdió parte de su
hogar en el bombardeo israelí de Srifa, en 1996. Ahora,
otra vez, toda su casa quedó aplastada. [...]
“Mis dos
hijos y yo vamos a reconstruir la casa”, comentó.
“Israel puede volver dentro de 10 años y destruirla de
nuevo, y entonces tendré que reconstruirla otra vez. La
victoria fue de Hezbollah. Los israelíes pudieron vencer a
todos los países árabes en seis días en 1967, pero aquí
no pudieron vencer a la resistencia en un mes. Los hombres
de la resistencia salieron de la tierra para devolver los
disparos. Y aquí están todavía”.
“Salir del
suelo” es una expresión que he escuchado varias veces en
estas semanas... muchos de los miles de guerrilleros se
refugiaron en cavernas, sótanos y túneles, y sólo salían
para lanzar sus misiles o utilizar sus cohetes infrarrojos
contra el ejército israelí...
¿Alguien
cree que Hezbollah va a someterse a ser desarmado por una
nueva fuerza internacional de la ONU y del ejército libanés,
cuando llegue... si es que llega? Este lunes hubo un momento
simbólico, cuando soldados libaneses asignados al sur del
país se unieron a los milicianos de Hezbollah en Srifa para
remover los escombros de una casa, en la que se creía que
estaban enterrados los cuerpos de toda una familia. A la búsqueda
se sumaron la Cruz Roja libanesa y personal de defensa
civil, representantes del poder civil que supuestamente
recobrará su “soberanía” de manos de Hezbollah. El mukhtar,
que con tanto entusiasmo catalogó como héroes a los
guerrilleros, también es representante del gobierno. Y a la
entrada de esta aldea destrozada aún se ve un cartel de
Nasrallah con el presidente iraní Alí Jamenei.
Lejos de
empujar a Hezbollah al norte, más allá del río Litani,
Israel lo ha arraigado en sus poblados como jamás lo había
estado.
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