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Debate
en el PSOL
De
un rasguño al peligro de gangrena
Por
Márcio Barbio, de Praxis
En
las últimas semanas, dos hechos encendieron luces amarillas
entre los militantes del PSOL. El primero fue la entrevista
a César Benjamim, en la que plantea una serie de propuestas
ajenas al ya lavado programa del Frente de Izquierda, y el
segundo, la declaración de apoyo a la candidatura de
Heloisa Helena por parte del ex gobernador del estado de Río
de Janeiro, Anthony Garotinho.
Ambos
hechos constituyen un rasguño que, de no ser tratado
debidamente, puede llevar a la gangrena y a la amputación
de un miembro. Y en este caso el miembro en riesgo es la
independencia política de nuestro partido y su carácter
clasista.
En
una entrevista publicada por el diario Folha de São
Paulo el 23 de julio, “nuestro” candidato a
vicepresidente, César Benjamim, planteó un conjunto de
propuestas que, para nosotros, son un retroceso total
respecto del ya insuficiente programa del Frente de
Izquierda. El debate sobre el programa que debe levantar la
compañera Heloisa Helena es de fundamental importancia, y
mucho más ahora, cuando las encuestas electorales muestran
claramente el crecimiento de su intención de voto. Si quisiéramos
consolidar la legitimidad junto a la vanguardia que está
rompiendo con Lula y el PT, no podemos dudar un segundo.
Vale recordar que el nombre de César Benjamin tuvo gran
resistencia en las filas del partido.
Estamos
ante dos posibilidades: avanzar rumbo a un programa de
transición o retroceder hacia un programa de tipo
nacional-desarrollista como quiere César Benjamim y
sectores de la derecha del partido como APS y Enlace.
Desgraciadamente, la criminal cancelación de nuestro
congreso por parte de la dirección nacional del PSOL impidió
que el conjunto de los militantes opinase sobre el programa
y sobre la mejor táctica a implementar por el partido. De
este modo, la dirección es co-responsable por las
posiciones que defiende César Benjamim.
Entre
otros temas planteados por César Benjamim, uno de los más
serios es el de la deuda externa. Dentro del PSOL existe un
debate que creemos de fundamental importancia respecto de
esta cuestión. La posición de realizar una auditoría, sin
una inmediata interrupción de pagos de la deuda, es una
vergüenza total. Esa propuesta es mucho más lavada que la
que aprobó la “conferencia” del PSOL, que defendía la
suspensión del pago. Por nuestro lado, desde Praxis dijimos
bien fuerte y claramente que la única consigna posible es
el no pago de la deuda externa con control del flujo de
capitales por parte de las grandes empresas. Cualquier otra
formulación es un engaño para incautos, una capitulación
al capital financiero internacional y a sus lacayos
nacionales.
Todo
trabajador sabe que el salario mínimo actual de 300 reales
es un salario de hambre. Pues bien, para “nuestro” vice,
el objetivo debe ser duplicar el poder de compra del salario
mínimo en ocho o diez años. Hasta entonces, los
trabajadores seguirán pasando hambre, mientras la burguesía
se llena cada vez más los bolsillos. Al revés que César
Benjamim, sostenemos que debemos presentar como uno de los
ejes de la campaña la propuesta de salario mínimo según
el DIEESE [organismo similar al INDEC de Argentina. Red.],
que hoy equivale a 1.447 reales. Si se mantiene la propuesta
de César, posiblemente quedemos con una consigna peor que
la de Lula.
Reestatizar
las empresas privatizadas bajo control social
Al
preguntársele qué hacer con las empresas privatizadas, César
respondió: “Me encantaría reestatizar Vale do Rio Doce,
pero no puedo prometer lo que no puedo cumplir. No sé cómo
hacer”. Una vez más, su posición es un retroceso
respecto del ya limitado manifiesto del Frente, que dice:
“Queremos la revocación inmediata de las privatizaciones
de empresas estatales, empezando por Vale do Rio Doce”.
Desde Praxis hemos insistido en que la única posibilidad de
desarrollar el país desde un punto de vista de los
trabajadores es reestatizar todas las empresas privatizadas
bajo control social. No podemos dejar que una empresa como
Vale Do Rio Doce, que fue “vendida” por 3.000 millones
de reales y que sólo en 2005 dejó una ganancia neta de
12.000 millones de reales, continúe en manos de la burguesía.
Por
último, pero no menos importante, está la perspectiva de
clase asumida por César. O mejor dicho, la falta de
perspectiva de clase. Para “nuestro” vice, en un futuro
gobierno de Heloisa Helena “serán rápidamente alejados
del poder dos grupos que comandan el Estado brasileño desde
hace muchos años. El primero son los especuladores ligados
al mundo financiero, que controlan el Ministerio de Hacienda
y el Banco Central (...) El segundo son los grupos políticos
que viven de lotear y parasitar las instituciones”.
Camarada
César, estamos a favor de que estos sectores queden fuera
de un hipotético gobierno de Heloisa Helena, pero
entretanto no podemos conformarnos con eso. La historia de
la lucha de clases del siglo XX está repleta de ejemplos de
que la convivencia pacífica entre trabajadores y patrones
es imposible, simplemente porque en una sociedad
capitalista, la contradicción fundamental no es entre
capital productivo versus capital especulativo. El proceso
que constituye la sociedad capitalista es la contradicción
capital versus trabajo. Siendo así, o la candidatura de
Heloisa Helena se asume como representante de las
aspiraciones de la clase trabajadora en su lucha contra el
capitalismo o recreará la ilusión reaccionaria del PT y su
falacia de conquista de la “ciudadanía”.
Por
otro lado, no podemos caer en el canto de sirena de
Garotinho: su objetivo al declarar voto y apoyo a Heloisa
Helena no es otro que montarse sobre el 19% de intención de
voto que ella tiene en Río de Janeiro, el estado de
Garotinho. Tenemos que decir bien fuerte que Garotinho no es
nuestro aliado: al contrario, es nuestro enemigo,
representante de los sectores más atrasados de la política
brasileña. Basta preguntar a cualquier trabajador del
estado de Río de Janeiro y veremos de qué madera está
hecho ese político. Decimos esto porque probablemente
Garotinho no será el único caso durante la campaña. Pedro
Simon se deshizo en elogios a Heloisa Helena, así como
otros políticos burgueses. Necesitamos afirmar una vez más
el carácter clasista de nuestro partido. Sólo y únicamente
la clase trabajadora, en alianza con los explotados y
oprimidos, será capaz de llevar a cabo la lucha por el
socialismo. Aliarse a sectores de la burguesía con el
objeto de conseguir un atajo nos llevará al callejón sin
salida de la conciliación de clase, tal como llevó al PT.
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