Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 87, 14/09/06
 

 

 

 

 

 

Romper las cadenas de la esclavitud laboral

El actual proceso de luchas contra la precariedad tiene una enorme importancia. Desde estas mismas páginas hemos señalado que las condiciones objetivas de recuperación de la producción en distintas ramas de la producción, es el trasfondo y base material del cambio que se ha venido operando en la “geografía” económica y social de la lucha. Es decir, desde el 2004 hemos asistido a un cambio de enormes proporciones que muestra una tendencia cada vez mayor a la centralidad en la lucha de parte de los trabajadores ocupados. Proceso que, más temprano que tarde, superada la actual coyuntura de “chatura”, volverán a irrumpir. Esto es así porque el posible deterioro a mediano plazo de la situación económica, se encontrará frente a una realidad de recomposición relativa de los planteles obreros respecto a cuando despuntó el proceso en el 2001. Y el actual proceso de pelea molecular contra la precariedad, puede ser como un “puente” hacia ese eventual futuro ascenso más de conjunto del proletariado industrial.

Vuelco a las luchas y estructuración de compañeros

Como ya hemos venido subrayando en estas páginas, es un hecho categórico, que al compás de esta recuperación “estructural”, está emergiendo una nueva generación obrera constituida por los jóvenes que han entrado a trabajar y que constituyen los nuevos planteles en las distintas fábricas en proporciones variables, pero crecientes, respecto de los viejos compañeros.

Decíamos en nuestro periódico N° 81: “En la década del ’90 el mundo de la clase obrera cambió imponiéndose una tremenda fragmentación. Pero ahora está ocurriendo un hecho revolucionario en las entrañas de nuestra clase: está en marcha una profunda tendencia en sentido inverso: emerge una nueva generación obrera que está dando sus primeros pasos y haciendo sus primeras experiencias. Este proceso comenzó hace un par de años y no se detiene: tiene características de un proceso orgánico, estructural. Hay un doble recambio en las filas obreras. Por un lado, generacional: decenas de miles de jóvenes están consiguiendo su primer trabajo. Y, por otro lado, también despuntan (o se recuperan) nuevas e importantes ramas de la producción. Esta nueva generación está haciendo sus primeras armas y esto es lo que señala que en algún momento el proceso de recomposición puede dar un salto en calidad. Es poco visible todavía; pero puede preanunciar para el futuro grandes luchas obreras, para lo cual hay que prepararse desde ahora”.

Y esta preparación plantea hoy a toda la izquierda en general (y a nuestro partido, en particular), ir tomando las medidas que hagan falta para ser parte, volcarse, reflejar y hacer la experiencia con cada una de estas luchas de los sectores más explotados de los trabajadores donde se enfrenta la precariedad K. Esto, al tiempo que se hacen ingentes esfuerzos para resolver lo que es más difícil y estratégico: “meter” compañeros a trabajar en las grandes fábricas automotrices, del neumático, de la alimentación, etc., que siguen tomando personal.