La
Plata: sigue la pelea por la aparición de López
Acciones
sí, definiciones políticas también
Por
Ariel Orbuch
El
martes 28 de noviembre la policía bonaerense impidió con
balazos de goma y gases lacrimógenos que desde la
multisectorial de La Plata escracháramos a González Conti,
director de Seguridad de la Policía de Buenos Aires entre
1977 y 1978, bajo la jefatura de Camps junto a Etchecolatz y
hoy bajo “prisión domiciliaria”. En aquellos tiempos
cumplía tareas en la comisaría 5ª, donde torturaban a López.
La
represión a la manifestación fue a los pocos días de que
plantaran las llaves en el jardín de la casa de López, en
una demostración más de impunidad. Pese a la evidencia de
que López está nuevamente desaparecido como en los 70,
tanto Kirchner como Solá, se niegan a admitirlo y nos
reprimen a los que sostenemos la lucha.
La
multisectorial de La Plata, con HIJOS a la cabeza, está a
la vanguardia de la lucha por la aparición con vida del
compañero López. El espacio, que fue una palanca para
hacer un acto independiente del gobierno de Kirchner por el
24 de marzo y que continuó activo en la lucha por condenar
y encarcelar a Etchecolatz, organizó a toda la vanguardia
de la ciudad y pone en pie múltiples iniciativas a ritmo
semanal para instalar la pelea en las calles. El movimiento
estudiantil es el que llena de vida las manifestaciones, que
ganan en calidad con los paros de Astilleros y el Suteba La
Plata. A su vez, la multisectorial se puso a la cabeza de
coordinar con los espacios de todo el país donde se lucha
por la aparición con vida de López.
En
el marco de la unidad en la acción que sostenemos a diario,
se empieza a procesar una discusión sobre cómo masificar
la lucha por la aparición con vida de López. Recalcamos
que la multisectorial es independiente del gobierno de
Kirchner y rechazó las posiciones del MST, que sostenía
que la vía para avanzar era ir a los pies del kirchnerismo.
El silencio cómplice de Carlotto y los demás organismos
cooptados por Kirchner, que desde el 6 de octubre no
llaman a ninguna acción seria y se dedican a
sembrar confusión, confirmó el desastre de ese tipo de
posiciones, que nos hubiesen liquidado.
Sin
embargo, esa independencia respecto del gobierno no se
convierte en planteos políticos que ayuden a hacer
la experiencia con el gobierno, lo que impide avanzar.
HIJOS, el PCR e inclusive el PTS, entre otras organizaciones
políticas y sociales, se niegan a pedir la renuncia de Aníbal
Fernández y Arslanián, los responsables de las áreas políticas
del gobierno que tendrían que dar respuestas. En una
concepción sindicalista, consideran que pegarle al
gobierno “es sectario” porque dejaría afuera a sectores
ligados al gobierno que levantan aparición con vida.
En
realidad, su argumento es equivocado, porque como ya hemos
señalado, su negativa a subrayar la responsabilidad política
de K en la desaparición de López no ha servido para que
la CTA, Abuelas y Madres convocaran a las acciones de masas
que podrían haber convocado y hasta ahora se han negado a
hacer, a las cuales, desde ya, nos sumaríamos sin duda
alguna.
Lo
que pierden de vista estas organizaciones es que en la
medida en que Carlotto, Bonafini y varios referentes más de
la lucha democrática siguen hasta hoy cooptados por el
gobierno, la negativa a sacarle la careta a K sólo puede
hacer las veces de seguidismo a estos laderos del gobierno,
y no la necesaria orientación de masificación de la lucha
democrática que se necesita.
Esta
es una tarea para nada sencilla, pero para la que no hay
atajos. Para cada actividad que hicimos, desde la
multisectorial empapelamos y pintamos toda la ciudad. El
conjunto de la población está al tanto y sin duda no es
indiferente. Pero mientras la gente le crea al gobierno o al
menos tenga alguna mínima expectativa, queda atrapada en la
gran cortina de humo de K y sus cómplices y se queda en su
casa.
Ahí
está el ejemplo de la lucha de Cromañón, en la que los
familiares sostuvieron la consigna de cárcel a Ibarra, más
allá de que a muchos del “campo popular” como la CTA y
el PC los “dejara afuera”. Pero, pese a ser menos
organizaciones las que impulsamos la lucha, apuntar con
decisión a los verdaderos responsables consiguió
encarcelar a Chabán y destituir a Ibarra.
A
esta altura está claro que limitarse a exigirle al
gobierno, sin apuntar directamente la movilización contra
él, tampoco consiguió sumar. Un ejemplo gráfico fue la
marcha de estatales del día siguiente a la represión, el
29 de noviembre, en la que la dirección de ATE y la CTA
provincial se negó a darle la palabra a HIJOS en el acto,
pese a que desde la base cantaban con nosotros contra la
represión y por la aparición con vida de López. También
en la expresa negativa de Yasky a llamar al paro, para no
“desestabilizar” a Kirchner y “hacerle el juego a la
derecha”.
La
definición de no confrontar abiertamente con K, además, no
toma en cuenta que empezó una experiencia de sectores de
trabajadores y populares con el gobierno, que empieza a
sentir los golpes. En la situación política no sólo hay
elementos a derecha –como el zarpazo fascista del
secuestro de López– sino otros a “izquierda”, a los
que el gobierno les tiene que ceder. Entonces, pone una
intervención “progre” en el Francés, no reprime en
Gualeguaychú –lo que genera serios problemas con el
Mercosur– y gira fondos al Clínicas, por poner algunos
ejemplos.
Pero
esa definición que no se toma en política se pretende
sustituir con medidas más duras, que tienden a aislarnos.
Entonces, el debate se centra en cómo “endurecer” más
la lucha, si sacar o no las vallas que nos pone la policía
y cuestiones por el estilo. Se pretende reemplazar con
ultraizquierdismo una política conciliadora con la CTA y
los organismos pro K que ya tocó sus límites.
A
casi tres meses de la desaparición de López, es decisivo
avanzar en esta discusión en el marco de fortalecer a la
multisectorial.
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