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Un
punto polémico
¿De
quién es el triunfo?
En las
elecciones del 3 de diciembre fue derrotado el candidato
a presidente de la mayoría de la burguesía venezolana y
del Departamento de Estado. Un candidato cuyo verdadero
programa, más de allá de ciertos maquillajes populistas,
era el neoliberalismo a rajatabla y la vuelta al
sometimiento a EEUU.
Pero esta
indudable derrota no significa automáticamente que haya
sido un triunfo de las masas obreras y populares, ni
menos del socialismo. El triunfador fue Chávez; es
decir, fue la victoria de un proyecto capitalista diferente,
que es minoritario en la burguesía y que sostiene una
cierta independencia de EEUU.
Hay una
cierta confusión en la izquierda (incluso la que se reclama
revolucionaria) acerca de esta simple realidad. Un ejemplo
de este embrollo podemos verlo en el siguiente “Comunicado
de la LCR” (Liga Comunista Revolucionaria) de Francia,
emitido a pocas horas del triunfo de Chávez.
“La LCR
se alegra de la victoria de Hugo Chávez, que marca, más
allá de su personalidad, la voluntad de todo un pueblo de
construir el socialismo del siglo XXI. Esta victoria
refuerza la posición de los que, en el seno de la Unión
Nacional de Trabajadores, el Partido Revolución y
Socialismo y el movimiento político Nuestra América,
esperan un salto cualitativo del proceso revolucionario”.
La
corriente internacional que encabeza la LCR –que pasó del
apoyo incondicional a Lula al apoyo no menos incondicional a
Chávez– suele suministrar las mejores muestras de este
tipo de confusiones. El ejemplo que exponemos no se aplica sólo
a estos compañeros. En Argentina, en los próximos días,
vamos a ver montones de declaraciones por el estilo.
Pero veámosla
más de cerca. “La LCR se alegra de la victoria de Hugo Chávez,
que marca, más allá de su personalidad, la voluntad de
todo un pueblo de construir el socialismo del siglo XXI”.
El pueblo venezolano puede tener “la voluntad” de
“construir el socialismo del siglo XXI”, pero la
victoria es de Chávez, cuya “personalidad” y
“voluntad” consiste en sostener un proyecto que no
es socialista, sino de un capitalismo diferente. El
socialismo está, efectivamente, “más allá de su
personalidad”.
Entonces,
con eso no se “refuerza la posición de los que, en
el seno de la Unión Nacional de Trabajadores, el Partido
Revolución y Socialismo y el movimiento político Nuestra
América, esperan un salto cualitativo del proceso
revolucionario”. Van a quedarse esperando, porque los
votos fueron para Chávez, no para la UNT, ni para el
PRS, ni para Nuestra América. Gracias a esos votos, Chávez
va a estar más “reforzado”, por ejemplo, para intentar
nuevamente el sometimiento de la UNT.
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