Tras
la absolución de Eli Díaz
Sólo
la movilización va a liberar a Romina
Las
Rojas
Dos
días después de la marcha del Día Internacional de la No
Violencia Contra la Mujer, el 27 de noviembre, se conoció
el fallo de la Cámara Criminal de Villa Dolores, Córdoba,
que absolvió a María Elizabeth Díaz, juzgada por la
muerte del bebé producto de una violación. Eli, ahora de
19 años, fue sistemáticamente violada durante 10 años por
Alberto Benavídez, el empresario para el que trabajaba como
empleada doméstica. La
situación de abuso reiterado desde su infancia y su estado
al momento del parto fueron los justificativos del fallo.
El
mismo 27 llegó a Jujuy el dictamen de la Corte Suprema que
le solicita al Superior Tribunal de Justicia de Jujuy rever
los fundamentos por los cuales le niega la excarcelación a
Romina Tejerina. Esto podría dar lugar a la liberación (no
definitiva) de Romina, que cumple una condena de 14 años de
prisión, también por la muerte del bebé producto de una
violación. Pero el pedido de la Corte recién llegó a
manos de los jueces el 28 de noviembre. Inexplicablemente, el
Correo argentino, “nacionalizado” por el gobierno de
Kirchner, tardó 21 días en hacer llegar el pedido a
manos de los jueces jujeños.
El
presidente del Tribunal jujeño es el escritor Héctor Tizón,
que entre otras vergonzosas declaraciones ha señalado que
Romina nunca fue violada y que por lo tanto cometió un
asesinato.
Los
casos de Romina, Eli y las chicas embarazadas producto de
violación en Guernica y Mendoza reflejan que la violencia y
violación de mujeres es muy extendida y es sistemática. El
estado y el gobierno son responsables de apañar esta
situación, por la impunidad con la que cuentan golpeadores
y violadores, que saben de la complicidad de la policía.
Kirchner hace ademanes progresistas, por ejemplo, al hacer
votar la Ley nacional de salud reproductiva. Pero esa ley
está sujeta a que los contenidos los pueda definir la
Iglesia y los estados provinciales. No hay verdadera educación
sexual en las escuelas para que las mujeres podamos decidir
con información cómo evitar, por ejemplo, embarazos que no
queremos.
Mientras
tanto, el gobierno mantiene presa a Romina y no da un paso
concreto fundamental: la legalización del derecho al
aborto. Por eso, es el principal responsable de que todavía
las mujeres en Argentina no podamos decidir sobre nuestro
propio cuerpo.
Tanto
el fallo a favor de Eli como la revisión de la libertad de
Romina son producto de la lucha de las mujeres. El
movimiento ha logrado hacerse oír fuerte en Jujuy y viene
creciendo, como se demostró en la masiva marcha del Día de
la no violencia.
A
pesar de los intentos de algunos sectores, como el PCR o la
CTA, de separar la pelea por Romina de la pelea por el
derecho al aborto, para no hacer enojar a “aliados” como
la Iglesia; a pesar de algunas feministas “históricas”
que ven el caso de Romina como una traba para conseguir la
legalización del aborto, la mayoría de las mujeres que
estuvimos en el Encuentro Nacional de Mujeres de Jujuy y en
las calles en el Día de la no violencia, así como las
mujeres de Córdoba que se movilizaron por Eli, demostramos
que el camino es la movilización por la libertad de Romina
y Eli y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
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