Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 93, 07/12/06
 

 

 

 

 

 

XV Marcha del Orgullo GLTTTBI

El orgullo como tradición de lucha

Por César Rojas
Agrupación Carne Clasista
Contra la Opresión Sexual y Social

Como cierre de las actividades de la Semana del Orgullo que incluyeron debates, discusiones y el encuentro con otros grupos de minorías sexuales, Carne Clasista participó el pasado 25 de noviembre de la XV Marcha del Orgullo GLTTTBI (Gay, Lésbico, Travesti, Transgénero, Transexual, Bisexual e Intersex).

Como todos los años, Carne Clasista estuvo en la columna de la izquierda de la Marcha, dentro del espacio denominado habitualmente “Contra marcha” junto a otras agrupaciones gltttbi (Alitt, Futuro transgenérico, etc.) y “Las Rojas”, la agrupación de mujeres socialistas (MAS y FTC), entre otras organizaciones políticas y sociales. Si bien la marcha fue mas chica que otras veces “la contra marcha” fue mucho más sólida y compacta políticamente, hecho que se plasmó en la claridad de nuestras consignas y el sostenido nivel de agitación y entusiasmo que animó el recorrido desde la Plaza de Mayo al Congreso. Esta mayor consistencia política empieza a reflejar los acuerdos y luchas compartidos durante el año, por ejemplo con el movimiento de mujeres con el cual confluimos en la marcha, en el sentido de ir construyendo alianzas estratégicas con otros sectores.

“Desigualdad” y “diferencia” en el movimiento de minorías sexuales

Las Marchas del Orgullo surgen en el mundo en los 70 como respuesta a una situación de opresión, y discriminación que el conjunto de las personas gltttbi viven en lo cotidiano, y como acto de lucha y resistencia contra la represión policial. En nuestro país en los 90 comienzan a realizarse las Marchas del Orgullo, alrededor de reivindicaciones para las minorías, en particular contra la discriminación y luego progresivamente por derechos como la Unión Civil, la adopción, etc.

Pero este sentido asociado a la fiesta, la afirmación y celebración de la “diferencia” ha devenido cada vez más marcadamente en una lucha estrechamente sindical, como si las minorías fuesen algo aparte del conjunto de la sociedad y en esta celebración de la “diferencia” se diluyeran las desigualdades existentes entre los distintos grupos sociales. Las agrupaciones tradicionales que organizan la Marcha han venido haciendo lobby con políticos, partidos patronales y empresarios sponsors, negando la existencia de los intereses económicos en juego que hacen al “mercado rosa”. Es decir, el nuevo “nicho” de mercado por explotar para el capitalismo al que muchas veces se pretende presentar como la “comunidad”.

Así, la Comisión Organizadora cuya consigna central este año fue “Somos todas y todos maravillosamente diferentes”, se queja de que esta democracia burguesa “a más de 200 años de la revolución francesa, no haya dado todavía (!!) una sociedad  para todos y todas”. Su discurso va en el sentido de que en el marco del capitalismo con un rostro más humano haya salida para los problemas de “los/las maravillosamente diferentes” y el conjunto de la sociedad.

Agregan algunas consignas más a la izquierda que otros años [1] (todas sin ton ni son y en cualquier orden de jerarquía) y se pronuncian por la aparición con vida de López,  pero en último lugar de una lista encabezada por el pedido de “Unión Civil en todo el país” y sin denunciar la responsabilidad del Gobierno, ni exigir la disolución de los aparatos represivos. Lo mismo ocurre cuando se pronuncian en contra de la violencia hacia las mujeres, pero organizan la Marcha del Orgullo ese día histórico para el Movimiento de Mujeres, o levantan el derecho al aborto pero no exigen la libertad de Romina Tejerina.

Las organizaciones que no creemos que dentro del marco del capitalismo haya respuestas posibles para las minorías sexuales, ni para el conjunto de los problemas de la humanidad, es que seguimos marchando con nuestra propias consignas y nuestras banderas. Por supuesto que abrazamos y defendemos las reivindicaciones propias del movimiento gltttbi, pero creemos que esta lucha se debe dar por fuera de los partidos patronales y sin la connivencia con el Estado burgués y sus iniciativas “progres” como la del INADI.[2]

Para nosotros el Orgullo es una tradición de lucha; por eso no levantamos la “diversidad” sexual en sí misma, en abstracto, sino que combatimos y luchamos contra un sistema patriarcal y capitalista que oprime y reprime a la vida humana, que en sí misma es “diversa” en todas sus infinitas manifestaciones. Por eso marchamos exigiendo la aparición con vida del compañero Jorge Julio López y denunciando la responsabilidad política del Gobierno, exigiendo la disolución de los aparatos represivos del Estado.

También marchamos conmemorando el Día Contra la Violencia hacia la Mujer, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal a manos de la dictadura de Trujillo en la República Dominicana, exigiendo junto a nuestras compañeras luchadoras el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito, y la inmediata libertad de Romina Tejerina. Orgullosas/os de ser revolucionarias/os, marchamos para refundar un movimiento de minorías combativo e independiente para construir una sociedad sin explotación ni opresión de ningún tipo.


Notas:

1. Por ejemplo, este año aparece en el discurso oficial una y otra vez la consigna “contra la opresión sexual”.

2. Como parte de la ofensiva “progre” del gobierno y con intenciones de cooptar a grupos y activistas gltttbi, el Instituto Nacional Contra la Discriminación (que dirige la ahora kirchnerista María José Libertino) realizó un “Foro sobre Diversidad Sexual” en la Semana del Orgullo.