XV
Marcha del Orgullo GLTTTBI
El
orgullo como tradición de lucha
Por
César Rojas
Agrupación Carne Clasista
Contra la Opresión Sexual y Social
Como
cierre de las actividades de la Semana del Orgullo que
incluyeron debates, discusiones y el encuentro con otros
grupos de minorías sexuales, Carne Clasista participó el
pasado 25 de noviembre de la XV Marcha del Orgullo
GLTTTBI (Gay, Lésbico, Travesti, Transgénero,
Transexual, Bisexual e Intersex).
Como todos
los años, Carne Clasista estuvo en la columna de la
izquierda de la Marcha, dentro del espacio denominado
habitualmente “Contra marcha” junto a otras agrupaciones
gltttbi (Alitt, Futuro transgenérico, etc.) y “Las
Rojas”, la agrupación de mujeres socialistas (MAS y FTC),
entre otras organizaciones políticas y sociales. Si bien la
marcha fue mas chica que otras veces “la contra marcha”
fue mucho más sólida y compacta políticamente, hecho que
se plasmó en la claridad de nuestras consignas y el
sostenido nivel de agitación y entusiasmo que animó el
recorrido desde la Plaza de Mayo al Congreso. Esta mayor
consistencia política empieza a reflejar los acuerdos y
luchas compartidos durante el año, por ejemplo con el
movimiento de mujeres con el cual confluimos en la marcha,
en el sentido de ir construyendo alianzas estratégicas con
otros sectores.
“Desigualdad”
y “diferencia” en el movimiento de minorías sexuales
Las Marchas
del Orgullo surgen en el mundo en los 70 como respuesta a
una situación de opresión, y discriminación que el
conjunto de las personas gltttbi viven en lo cotidiano, y
como acto de lucha y resistencia contra la represión
policial. En nuestro país en los 90 comienzan a realizarse
las Marchas del Orgullo, alrededor de reivindicaciones para
las minorías, en particular contra la discriminación y
luego progresivamente por derechos como la Unión Civil, la
adopción, etc.
Pero este
sentido asociado a la fiesta, la afirmación y celebración
de la “diferencia” ha devenido cada vez más
marcadamente en una lucha estrechamente sindical, como
si las minorías fuesen algo aparte del conjunto de la
sociedad y en esta celebración de la “diferencia” se
diluyeran las desigualdades existentes entre los
distintos grupos sociales. Las agrupaciones tradicionales
que organizan la Marcha han venido haciendo lobby con políticos,
partidos patronales y empresarios sponsors, negando la
existencia de los intereses económicos en juego que hacen
al “mercado rosa”. Es decir, el nuevo “nicho” de
mercado por explotar para el capitalismo al que muchas veces
se pretende presentar como la “comunidad”.
Así, la
Comisión Organizadora cuya consigna central este año fue
“Somos todas y todos maravillosamente diferentes”, se
queja de que esta democracia burguesa “a más de 200 años
de la revolución francesa, no haya dado todavía
(!!) una sociedad para
todos y todas”. Su discurso va en el sentido de que en el
marco del capitalismo con un rostro más humano haya salida
para los problemas de “los/las maravillosamente
diferentes” y el conjunto de la sociedad.
Agregan
algunas consignas más a la izquierda que otros años [1]
(todas sin ton ni son y en cualquier orden de jerarquía) y
se pronuncian por la aparición con vida de López,
pero en último lugar de una lista encabezada
por el pedido de “Unión Civil en todo el país” y sin
denunciar la responsabilidad del Gobierno, ni exigir la
disolución de los aparatos represivos. Lo mismo ocurre
cuando se pronuncian en contra de la violencia hacia las
mujeres, pero organizan la Marcha del Orgullo ese día histórico
para el Movimiento de Mujeres, o levantan el derecho al
aborto pero no exigen la libertad de Romina Tejerina.
Las
organizaciones que no creemos que dentro del marco
del capitalismo haya respuestas posibles para las minorías
sexuales, ni para el conjunto de los problemas de la
humanidad, es que seguimos marchando con nuestra propias
consignas y nuestras banderas. Por supuesto que abrazamos y
defendemos las reivindicaciones propias del movimiento
gltttbi, pero creemos que esta lucha se debe dar por fuera
de los partidos patronales y sin la connivencia con el
Estado burgués y sus iniciativas “progres” como la del
INADI.[2]
Para
nosotros el Orgullo es una tradición de lucha; por
eso no levantamos la “diversidad” sexual en sí misma,
en abstracto, sino que combatimos y luchamos contra un sistema
patriarcal y capitalista que oprime y reprime a la vida
humana, que en sí misma es “diversa” en todas sus
infinitas manifestaciones. Por eso marchamos exigiendo la aparición
con vida del compañero Jorge Julio López y denunciando
la responsabilidad política del Gobierno, exigiendo
la disolución de los aparatos represivos del Estado.
También
marchamos conmemorando el Día Contra la Violencia hacia
la Mujer, recordando el asesinato de las hermanas
Mirabal a manos de la dictadura de Trujillo en la República
Dominicana, exigiendo junto a nuestras compañeras
luchadoras el derecho al aborto libre, legal,
seguro y gratuito, y la inmediata libertad de Romina
Tejerina. Orgullosas/os de ser revolucionarias/os,
marchamos para refundar un movimiento de minorías
combativo e independiente para construir una sociedad
sin explotación ni opresión de ningún tipo.
Notas:
1.
Por ejemplo, este año aparece en el discurso oficial una y
otra vez la consigna “contra la opresión sexual”.
2.
Como parte de la ofensiva “progre” del gobierno y con
intenciones de cooptar a grupos y activistas gltttbi, el
Instituto Nacional Contra la Discriminación (que dirige la
ahora kirchnerista María José Libertino) realizó un
“Foro sobre Diversidad Sexual” en la Semana del Orgullo.
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