El
Frente Amplio de Uruguay
“Un
cadáver hediondo”
Por
Claudio Testa
Con este diagnóstico –“un cadáver
hediondo”– Rosa Luxemburgo caracterizaba el siglo pasado
la muerte de la socialdemocracia alemana como corriente
socialista y anticapitalista. Hoy podemos decir algo
parecido del Frente Amplio y de sus principales componentes,
los ex tupamaros del MPP, el Partido Comunista, el PS, etc.
Hace ya tiempo que había que extenderle el certificado de
defunción como supuesta coalición “antiimperialista” y
de “izquierda”. Y eso, mucho antes de que el FA, con
Tabaré Vázquez, asumiera el gobierno garantizando una
continuidad prácticamente total de las administraciones
neoliberales de los partidos Colorado y Blanco,
caracterizadas no sólo por gobernar al servicio de la
burguesía uruguaya y del capitalismo en general, sino también
por su obediencia perruna a Washington. Tabaré y el Frente
Amplio han demostrado que tampoco difieren en ese aspecto.
En
efecto, la historia del Frente Amplio desde su reorganización
al finalizar la dictadura en Uruguay fue marcada por el
abandono de toda medida antiimperialista concreta en su
programa; por ejemplo, en relación a la deuda externa, el
FMI, etc. Sin embargo, el FA conservaba el
“antiimperialismo” como parte fundamental del
“folklore” frenteamplista, eficaz para mantener el
apoyo obrero y popular. Fue algo así como la bandera roja
del PT de Brasil, cuando este partido ya no tenía nada que
ver con los trabajadores.
La
subida del Frente Amplio al gobierno empezó a poner las
cosas en claro. Medidas antes inconcebibles, como otorgar
a EEUU una base militar en el Cerro de Montevideo, ya
eran imposibles de conciliar con el viejo “folklore” del
¡Viva Cuba! y de la camiseta con la cara del Che.
Pero
lo de la base en el Cerro no fue un hecho aislado. Todos los
pasos de Tabaré han ido en el sentido de las “relaciones
carnales” con Washington, al estilo Menem. Esto llevó,
por ejemplo, a la firma del TIFA, que es de hecho un TLC
(Tratado de Libre Comercio) con EEUU.
Sin
embargo, más que una medida práctica, ha sido un hecho más
bien “simbólico” –el viaje de Bush–, el que ha
hecho estallar una
crisis política en el gobierno y el FA.
Al
anunciarse el viaje, se produce un llamamiento de la
Coordinadora Antiimperialista (un agrupamiento de
organizaciones políticas, movimientos sociales y sindicatos
que no están el FA o que siguen en él como críticos al
gobierno) para realizar el viernes 9 una marcha contra
Bush y también
contra el gobierno y los partidos que lo invitan.
El
sentimiento de repudio popular y la convocatoria a la
“Marcha Antiimperialista contra Bush y el gobierno” puso
en aprietos a los sectores que siguen con Tabaré y el FA, pero que, al mismo tiempo, todavía
viven de los discursos antiyanquis, como por ejemplo, el Partido
Comunista, y los burócratas del PC, PS y ex tupas que
dirigen la central obrera PIT-CNT.
Un
ejemplo de estos aprietos lo dio la dirigente del PC Marina
Arismendi, que salió a calificar a Bush de “execrable
asesino belicista”... pero que sigue tranquilamente de
ministra de Desarrollo Social del gobierno que no sólo lo
invita, sino que vive arrodillado ante Washington.
Las
mismas contorsiones intentaron ex tupamaros del MPP (la
mayor fuerza en el Frente Amplio): así, el diputado Juan
José Domínguez dijo que “no alcanzan los adjetivos del
diccionario para reprobar la política internacional de EEUU”,
pero que la visita de Bush “es algo que deberán aceptar
los ministros”. Los ex guerrilleros convertidos en
ministros y diputados suelen tener el espinazo muy
flexible... y no sólo en Uruguay.
La
salida que encontraron al problema fue encargar a los burócratas
del PIT-CNT la convocatoria a una marcha
paralela a la de la Coordinadora Antiimperialista, el
mismo día casi a la misma hora. Se trata de la manifestación
“con Artigas, por
la paz y la unidad latinoamericana; fuera Bush”. Esta
marcha dice “Fuera Bush”... ¡pero no critica al
gobierno que lo invita!
No
sabemos en qué medida esta maniobra confusionista y
divisionista tendrá éxito. Sea como sea, revela una
contradicción política seria: el mismo gobierno que trae a
Bush se ve obligado a encargar a sus agentes sindicales que
organicen una manifestación de repudio a Bush... para que
el rechazo popular no desemboque además en una gran
movilización opositora.
Un
factor importante de la facilidad con que la burguesía y el
imperialismo han logrado en Uruguay imponer sus medidas casi
sin resistencia, es el encuadramiento por el Frente Amplio
no sólo de las masas trabajadoras y populares, sino también
de la gran mayoría de la vanguardia. Si se profundizara la
crisis de este “cadáver hediondo” del FA, podría
abrirse al fin la posibilidad de construcción de una
alternativa independiente.
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