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Enfrentar las amenazas K y las maniobras de la CGT y la CTA
Por un básico de $2400
Avanzar
contra la esclavitud laboral
La
respuesta del gobierno y las patronales frente a las
paritarias y la amenaza de conflictos se está mostrando
dura: están jugados a mantener el atraso salarial y las
condiciones de trabajo de esclavitud laboral que han
permitido que, bajo el gobierno K, las ganancias empresarias
superen incluso los picos de la década del 90.
Pero si en ningún caso se trata de peleas fáciles,
no quiere decir que no se puedan ganar.
Como
casos emblemáticos tenemos los que venimos desarrollando de
los docentes de Santa Cruz y el neumático. En el caso de
Santa Cruz, son conocidas las declaraciones de Kirchner:
“no voy a aceptar extorsiones de nadie”. También, se ha
literalmente “militarizado” la provincia y Río Gallegos
mismo, con la presencia de la Gendarmería y la requisa de
micros docentes del interior provincial enviados a la
capital para las movilizaciones.
Como
se sabe, en Santa Cruz no se trata del primer caso: ya
estuvo –a comienzos del 2006– el ejemplo de la durísima
lucha petrolera en Las Heras, por la cual todavía hoy, un año
después, hay varios compañeros detenidos.
Y
sin embargo, esto no ha amilanado a docentes y estatales,
que están llevando a cabo una de las huelgas provinciales
mas importantes en años y años con duras consignas y
cantos contra el gobernador Sancho y la propia familia K.
En
el caso del neumático y sobre todo de la empresa Fate, hay
que esperar que su durísima patronal –que viene cebada
por la derrota que le impuso a sus trabajadores en 1991–, pretenda
repetir la historia de los despidos masivos en defensa de
las favorables condiciones de explotación y miseria
salarial con la que se ha venido beneficiando en esta década
y media. En la paritaria, ya formalmente en curso, hasta
ahora sólo han ofrecido un vergonzoso 8% de aumento, cuando
la base fabril (sobre todo, básicamente la de Fate) ha
votado en asamblea no aceptar nada menor a $2400 al básico,
lo que en porcentajes ronda el 100% de aumento) y muestra
una enorme disposición de salir ahora a la pelea.
Acuerdos
vergonzosos de espaldas a la base y desborde
Para
colmo, está también –y no puede ser de otra manera– la
mediación de la propia dirección sindical oficialista en
sus dos versiones, CGT y CTA, que busca cerrar acuerdos de
espaldas a las bases. Pero a las que, sin embargo, no se
les hace fácil salir anunciando sólo chirolas. Varios
gremios ya habrían acordado por montos irrisorios: es el
caso del Tabaco, que habría firmado por la miseria de un
aumento en cuotas del 15%, fraccionado en tres pagos, y que
iría al básico sólo a comienzos del 2008... Y está en
curso la paritaria de la UOM, donde nadie sabe realmente a
ciencia cierta qué está pasando. Sin embargo, prácticamente
ninguno de estos acuerdos se ha anunciado oficialmente,
porque nadie quiere pagar el costo político de marcar
primero el techo salarial miserable que pretende K.
Son
precisamente estas mismas condiciones las que pueden
plantear, y comienzan a hacerlo, situaciones de desborde
de la burocracia. Es que las duras condiciones de
trabajo y la eventualidad de aumentos irrisorios se hacen insoportables.
No sólo por el elevado grado de explotación a la que esta
sometida la clase obrera: también porque el llamado
“mercado de trabajo” (con la recuperación de la economía
que viene desde 2002) ha cambiado, aun parcialmente. Hay
entre los trabajadores calificados situaciones de virtual
“pleno empleo”. Y la visible mayor demanda laboral hace
que muchas veces los compañeros, hartos de un empleo,
salgan a buscar otro trabajo. Para colmo, lo que rebalsa
realmente el vaso es que al ser los aumentos totalmente ridículos
(contra la inflación real que ronda el 25% anual y los
atrasos que vienen de lejos), la inflación se los devota en
un santiamén. Los trabajadores lo saben y lo sienten en sus
bolsillos, en condiciones donde, al mismo tiempo, ha
mejorado sustancialmente la disposición de pelea.
$2400
al básico y avanzar en la liquidación de las condiciones
de esclavitud laboral
Los reclamos que se vienen expresando desde las bases están
claros: se exige
aumentos al básico y mejoras en las condiciones de trabajo
y de contratación, vía la recuperación de viejas
conquistas.
Nos detendremos primero en la cuestión de los aumentos al básico.
Se trata de una de las más sucias maniobras del
“progresista” gobierno de Kirchner para mantener barata
y explotada la mano de obra argentina en relación al
mercado internacional.
La trampa K en el terreno salarial es sencilla: las sumas
fijas o “no remunerativas”, que muchas veces se utilizan
para los aumentos “conformados”, son pan para hoy y
hambre para mañana.
¿Por qué? Por la sencilla razón de que achatan la escala
salarial, al no reconocer los diferenciales por antigüedad
(algo muy sentido entre los docentes), porque no devengan
para el cálculo del aguinaldo (que entonces queda
devorado), ni para los despidos, ni para las futuras
jubilaciones, reduciéndose
así sustancialmente lo que se llama “masa salarial”; es
decir, lo que debe ser utilizado para pagar salarios por
empresarios y estado.
Esto es lo que explica tanta resistencia K y patronal a los
aumentos al básico: montan toda una “ingeniería” de
datos que sólo terminan confundiendo a los trabajadores,
pero que a la hora del cobro, las más de las veces,
terminan siendo chauchas.
Este mismo mecanismo hace tramposa la discusión sobre la
base de “porcentajes” (y no sólo por la manera en que
se vienen truchando los índices desde el INDEK). Porque a
la hora de los mismos, nunca
se sabe realmente sobre qué base se habla. Es
decir, si sobre el básico o el famoso “conformado”, lo
que da lugar, evidentemente, a aumentos de magnitud muy
distinta. Un aumento
porcentual real al básico luego se traslada a todo el
salario; el aumento al “conformado” puede ser hecho bajo
la forma de un engañosamente alto porcentaje, pero que a la
hora del cobro no significa mucho. Y todo esto por no hablar del problema de que casi la mitad de los
trabajadores están en negro (y formalmente, fuera de las
paritarias). Y de que los docentes y estatales están estadísticamente
muy por detrás todavía de los sueldos del 2001 por
lo que requerirían aumentos reales del salario largamente
por encima de la inflación real.
Por último, ya hemos señalado en estas páginas que hay un
tema del que prácticamente
no se habla en paritarias.
Éstas abarcan, formalmente, sólo a los trabajadores en
blanco. Pero prácticamente la mitad de la población activa
con trabajo está en negro. Y, además, desde
abajo esta emergiendo el justo reclamo y presión por la
recuperación de conquistas perdidas entre la dictadura
militar y los 90 y que hoy, en otras condiciones políticas,
no son soportables.
La
pelea por los $2400 al básico (valor de la canasta
familiar), el pase a planta permanente y efectivización de
los contratados, más la recuperación de conquistas (como
la reducción de jornada laboral) es lo que debe ser puesto
a la orden del día en esta coyuntura emergente de duras
luchas.
Sólo en 2006 las ganancias de las multinacionales en el
país alcanzaron la friolera de 5.000 millones de dólares.
Es decir, para que sus grandes empresarios aliados como
Techint, el propio Madanes (dueño de Fate y Aluar), la
Repsol y las automotrices, puedan seguir exportando y
haciendo jugosas ganancias en el mercado internacional.
Es que muchas veces se pierde de vista que la
verdadera base social del gobierno K son precisamente
estos sectores concentrados de grandes empresarios
exportadores. No es casual que en los últimos días
Kirchner haya asegurado frente al presidente de Repsol
que sus inversiones en la Argentina “no peligran”.
Justamente, este es el núcleo del conflicto en Santa
Cruz, donde el básico esta congelado ¡desde 1991!
Aquí tampoco nos estamos refiriendo a otra de las
trampas en curso en la industria: los aumentos de
productividad, que significan el abaratamiento de los
productos a partir del aumento en la explotación de los
obreros logrado en los últimos 15 años.
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