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Polémica
con el PTS
“Giro reaccionario”… y seguidismo al PCR
Por
Ariel Orbuch
En La Plata, donde se enjuició a Etchecolatz y fue
secuestrado López, el nuevo MAS apuesta con todo al
desarrollo de la multisectorial que se convirtió en un
punto de referencia regional. Desde hace seis meses se da un
creciente proceso de movilización y debate al interior de
la multisectorial sobre cómo ordenar las tareas democráticas
y cómo se ligan con las luchas de los trabajadores, los
estudiantes y sectores populares en general. En este artículo,
resumimos la polémica que sostenemos con el PTS en ese ámbito.
El
Argentinazo del 2001 le dio impulso a la lucha democrática;
el gobierno de Kirchner intentó montarse en esta ola para
institucionalizarla, limitándola e incluso buscando que
sirva para relegitimar a la justicia burguesa y al conjunto
de las instituciones de la democracia de los ricos. Sin
embargo, el triunfo que significó la sentencia a
Etchecolatz y la posterior desaparición de López abrió un
proceso de movilización de una amplia vanguardia que instaló
la lucha contra la impunidad en el
único terreno en que se puede resolver: la calle.
Una
visión equivocada del momento político
Desde
hace varios meses, los compañeros plantean como principal
política la realización de una asamblea nacional democrática.
A la hora de la argumentación, en palabras de su dirigente
José Montes, tanto en reuniones de la multisectorial como
en los encuentros de sectores de la vanguardia obrera, se
vaticinaba que antes del 24 de marzo se "iban a
producir varias desapariciones mas". Desde el nuevo MAS, si
bien no descartábamos ni descartamos la posibilidad de
nuevos zarpazos fascistas, nos parecía una caracterización totalmente unilateral que desarmaba para las
tareas planteadas, que no eran sólo defensivas. En la misma
coyuntura política de la desaparición de López, los
trabajadores del Hospital Francés resistieron ser barridos
por el gobierno y consiguieron la estatización del
hospital, y ahora están peleando para que se efectivice en
las condiciones que quieren
los trabajadores.
Esa
caracterización del PTS tampoco recogía que la movilización
por la aparición con vida de López no le dejó margen al
gobierno para barrer bajo la alfombra la desaparición de
Gerez, al calor de la cual tuvo
que reconocer lo que había querido negar hasta ese
momento: el carácter
político de las desapariciones. El silencio de radio
del gobierno sobre los culpables del secuestro da pie a
pensar en una negociación con los captores, pero ya sobre
la base de que Gerez está libre. Es decir, la acción por López
achicó el margen para un nuevo desaparecido.
Tanto
la liberación de Gerez como el triunfo de algunas luchas
importantes como el Francés mostraban que estábamos en una
situación política con elementos de polarización
–aun cuando no se terminan de desarrollar– y no de un
escenario dominado por la multiplicación de las
desapariciones.
Consecuente
con esta caracterización, el PTS peleó por que las
multisectoriales democráticas fueran las organizadoras del
acto del 20 de diciembre. En cambio, desde nuestra visión,
defendimos que el aniversario del Argentinazo expresara la
lucha democrática en
un pie de igualdad con las luchas de trabajadores y
populares en curso. Y planteamos la necesidad de un
encuentro democrático y obrero. El PTS sostiene que da
pelea para politizar a los obreros, "que no se deben
limitar a las luchas corporativas", pero al darle a la
lucha un carácter centralmente democrático, más que unir
la lucha sindical con la política, la vuelve a separar, sólo
que en clave más "política" y menos
"sindicalista" (1). Nuevamente, los trabajadores
del Francés hicieron
una síntesis superadora al plantear como consigna que
el hospital "no sea un desaparecido más".
El
PTS continuó con su política de asamblea nacional democrática
"por dos o tres puntos y llamando a todo el mundo, a
todos los organismos de derechos humanos, a la CTA".
La
obligación que
significa la más amplia unidad de acción, por
ese entonces, no estaba planteada como tarea práctica,
porque tanto los organismos cooptados por el gobierno como
los que sin estarlo del todo no quieren hacer olas para no
desestabilizar a K, habían participado sólo
de una movilización, tanto en La Plata como en Buenos
Aires, tras lo cual nunca más salieron a la calle. Es
decir, la asamblea por dos o tres puntos, que hubiese sido correcta con una participación masiva
de todo el arco de organismos de derechos humanos resultó imposible. La asamblea nacional, en los términos planteados por el
PTS, se volvió propagandística.
Seguidismo
al PCR
A
esa altura, la tapa de los diarios consignaban el pedido de
extradición de Isabel Perón y ponían sobre el tapete el
rol de Perón e Isabel en los asesinatos de obreros antes
del golpe.
Fiel
a su caracterización, el PTS permitió que el PCR [2] los utilizara y trabajaran juntos por un encuentro nacional de
multisectoriales. Ya no por dos puntos –porque partían de
una ubicación opositora al gobierno– pero sí barriendo
bajo la alfombra la causa de la Triple A. La
convocatoria al encuentro, que tuvo alcance regional por la
participación activa de HIJOS y ex detenidos, ni siquiera
mencionaba a la Triple A. Cuando se informó sobre los
juicios que están por venir, Miriam Bregman, abogada del
CEPRODH, en ningún momento se refirió a los que conciernen
a la Triple A. El PCR, que durante meses ninguneó la
propuesta de asamblea nacional, la tomó con todo cuando el
punto Triple A se instaló en la escena política. Lejos de
reordenar las tareas democráticas, con López en el centro,
pero con un lugar de jerarquía para los juicios a la Triple
A, el PTS fue víctima
del abrazo del oso de la única
organización de
las que participamos en la multisectorial que, lejos de
pedir cárcel para Isabel, se dedica a hacer una
defensa del peronismo y de su gestión en los 70, en la
que reconocen que el propio Perón fundó la Triple A para
defenderse del "imperialismo ruso y yanqui".
En
el encuentro, el propio PCR debió admitir que entre las
consignas que se resolvieron, ante
nuestra pelea, figurara "cárcel a los responsables
políticos y materiales de la Triple A", aunque licuada
por el agregado de "y otras bandas fascistas", que
desdibuja el carácter
gubernamental y estatal de la represión peronista.
El
PTS fue más papista que el papa, porque oscila
entre romper espacios de frente único correctos –como
la lista contra el gobierno y antiburocrática en ATE,
criticando… al PCR– y hacer acuerdos bajando las banderas, lo que se transforman en
seguidismo... al PCR. ¡Una y otra política, en la misma
coyuntura!
Lejos
de ser rupturista, como nos acusa el PTS, nuestra intervención
fue correcta, porque reflejaba la relación de fuerzas que
existe sobre el tema Triple A entre las organizaciones que
hoy estamos en la calle en lucha por la aparición con vida
de López. El PCR, más coherente que el propio PTS, admitió
que se mencione a la Triple A, sin que nada se rompiera en
la unidad en la calle por López, precisamente porque sabe
de su aislamiento en ese punto.
¿Pelear
por la cárcel a los asesinos de la Triple A y sus cómplices
es propagandismo?
El
colmo es que, para el PTS, plantear en la multisectorial lo
de la Triple A "es propagandístico".
Efectivamente, tiene un elemento que se podría llamar
propagandístico: el
balance histórico sobre el peronismo, en particular, y la
democracia burguesa, en general. Eso, por sí solo, ya
amerita que se le dé un lugar destacado en nuestra lucha
política, si las palabras de independencia de clase no son
música sólo para los días de fiesta. Pero llamar
“propagandística” a la agitación por la causa de la
Triple A se vuelve directamente insostenible cuando la
posibilidad de encarcelar a Isabel es una chance práctica,
cuando el gobierno puso paños fríos tras la amenaza de la
burocracia sindical de romper si "joden con Perón"
y cuando la causa está trabada en la Cámara Federal y
corre el riesgo de caerse.
Ni
siquiera las enseñanzas del encuentro sirvieron para que el
PTS pase a hacer frente único, incluso sin bajar sus
propias posiciones. En el volante en el que invitaban al 24
de marzo, la consigna de la Triple A brillaba por su
ausencia. Y en la comisión de Sociología de Humanidades,
con hegemonía del frente Oktubre que integramos en común,
se negaron a desarrollar el punto Triple A en el volante
"en defensa del programa de la multisectorial".
Por
último, el PTS cedió a la maniobra del gobierno, a través
de la CTA, de licuar la convocatoria al acto por el
aniversario del golpe y consideró correcto ofrecerle a una
organización borrada
de la lucha por López realizar una convocatoria unitaria
con una base que no mencionaba la exigencia al gobierno de
la aparición con vida de López. La CTA, que obviamente
después hizo una columna lamentable, se salió con la suya
de licuar la convocatoria –no así el acto, que fue un
gran acto opositor– y de, a la vez, vestirse de luchador,
siendo co-convocante a la par de la prestigiada
multisectorial, en la que vamos a seguir trabajando
unitariamente y planteando con firmeza nuestras posiciones.
Notas:
1. Un obrero de Zanón del PTS señaló en el
encuentro de multisectoriales que no se podía pelear por la
expropiación de la fábrica hasta que no apareciera López,
cuando ya el gobierno había anunciado la estatización del
Francés.
2. El mismísimo Otto Vargas debió bajar a La Plata
a realizar una charla de carácter defensivo ante su
militancia juvenil alrededor del tema Triple A.
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