UBA
¿Qué pasó en Sociales?
Por
Sergio
Revelli
El
lunes 19, cuando debían empezar las clases en la Facultad
de Sociales, el decanato decidió arbitrariamente cerrar las
puertas y llamar a una “jornada de reflexión” sobre
supuestos hechos de violencia entre agrupaciones políticas
el sábado anterior. Llama la atención que una gestión
tome una medida tan tajante como el
cierre de la facultad cuando no hizo siquiera algo
similar por la desaparición de Julio López, cuando nos
golpeó la patota de la burocracia no docente en Medicina o
cuando el imperialismo bombardeó Irak, Líbano o
Palestina. El cierre de todas las sedes de Sociales fue una
medida desproporcionada, incluso frente a los “hechos”
tal cual los relata la misma gestión, pero ¿qué pasó
efectivamente el sábado y qué hay por detrás del
“conflicto” entre agrupaciones?
La Vallese (PJ) no respeta
consensos y patotea por un lugar
Ese
día hicimos una reunión todas las fuerzas políticas,
desde la Franja Morada y todas sus vertientes hasta el
kirchnerismo, la derecha, la izquierda e inclusive La
Vallese. Ahí, tras horas de debate con la gestión y entre
las corrientes políticas, llegamos a un acuerdo de qué
lugar le tocaba a cada fuerza política. La Vallese se
negaba a pedir un lugar, ya que su intención era ocupar un
lugar sin discutir siquiera pautas de convivencia.
Cuando
todos ya habían consensuado su ubicación, inclusive
agrupaciones que están en la gestión, La Vallese ocupa por
la vía de la fuerza el lugar que había elegido otra fuerza
política. Se negaron a consensuar para luego imponerse por
sobre el resto de las corrientes y la gestión misma. ¡Un
estilo bien de la burocracia sindical!
Desde
todas las fuerzas políticas se le exige a La Vallese que se
retiren, a lo que respondieron que de ese lugar “no los
iba a sacar nadie, que no iban a consensuar con nadie dónde
iban a ponerse y que ellos hacían lo que querían”. Ante
esto los funcionarios de la gestión deciden retirarse,
dejando el terreno libre para que el PJ hiciera lo que
quisiese. Cabe destacar que La Vallese es una agrupación
que apoya a la gestión de la facultad, aunque todos
suponemos que hay alguna discusión sobre prebendas
alrededor de todo este lío.
Al
no retirarse La
Vallese-PJ del lugar usurpado, en una decisión avalada por
el conjunto del resto de las fuerzas políticas, no quedó
otra alternativa que sacarles la mesa del lugar, a lo que La
Vallese respondió patoteando, forzando una pequeña gresca
que no duró más que un par de minutos.
Frente
a esto la gestión tomó una medida como si hubiese pasado
algo de suma gravedad, cuando fue un hecho mínimo. El hecho
del cierre de las sedes fue contestado en un comunicado público
por un amplio espectro de fuerzas políticas, que incluye
tanto a Octubre, conducción del centro, como a un gran número
de fuerzas opositoras.
La
medida adoptada por el decano fue absolutamente fuera de
lugar e intentó empalmar con toda la política reaccionaria
del Consejo Superior de echarle la culpa de todos los males
de la UBA a las fuerzas políticas, cuando son sus
camarillas las que vacían día a día la Universidad. Y lo
que intentan ocultar es que el “nuevo edificio de
Sociales”, tan promocionado por la gestión y el gobierno
nacional, es un buzón grande como una casa. Sólo hay 16
aulas, no tiene instalación de gas, hay roturas de caños
de agua, no hay sala para los no docentes, la sala de
docentes está hecha con paneles improvisados y hay aulas
separadas con paredes de durlock.
La
lucha del estudiantado de Sociales debe seguir poniendo en
pie la reivindicación por un verdadero edificio único para
Sociales y denunciando a una gestión que miente y divide al
movimiento estudiantil.
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