Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 100, 12/04/07
 

 

 

 

 

 

Después de la jornada nacional del lunes 9

Redoblar la pelea para quebrar el techo salarial K

Paro general provincial hasta que caiga Sobisch

En nuestra edición anterior señalábamos que se estaba abriendo una coyuntura de muy duras luchas. Que la misma expresaba dos “tendencias” contrapuestas: por un lado, un verdadero frente único que incluía al gobierno K, patronales y burocracia de la CGT y CTA jugados a la “racionalidad salarial” y a que –monedas mas monedas menos– se mantuviese a toda costa un promedio de techo salarial de alrededor del 15%... que este “frente único” venía envalentonado en medio de una coyuntura política chata del verano y el encaminamiento, a todo vapor, hacia la reelección K.

Sin embargo y al mismo tiempo, dábamos cuenta que desde abajo comenzaba a emerger una tendencia contrapuesta de crecientes y duras luchas de sectores de trabajadores que de ninguna manera estaban dispuestos a aceptar ser arreglados por chirolas. Esto era así sobre todo en las duras luchas docentes del interior del país como Santa Cruz (con las escuelas militarizadas por K), Salta y Neuquén; proceso al que se le sumaba la incipiente emergencia desde la base de luchas obreras potencialmente muy importantes como la de los compañeros de Fate (hoy en conciliación obligatoria, pero igualmente movilizados).

Pocos días después de escrito nuestro editorial la coyuntura pegaba un salto tremendo: el fusilamiento de nuestro compañero Carlos Fuentealba expresó el choque mas brutal de ambas tendencias  que respondió (y responde) no meramente al carácter reaccionario del gobierno de Sobisch, sino a una prácticamente idéntica actitud del gobierno “progresista” de K jugadísimo a aislar, escarmentar y derrotar las luchas para hacerle pagar a los trabajadores los costos de la incipiente crisis de las variables  económicas [1].     

Sin embargo, con el masivo repudio popular ante el asesinato de Carlos y la contundente jornada del lunes 9, Sobisch ha quedado pendiendo de un hilo y el gobierno de K ha recibido, por elevación, un llamado de atención. En estas condiciones, se ha entrado en esta nueva coyuntura donde lo que está planteado (para los sectores independientes y de la izquierda revolucionaria) es no aflojar,  jugarse el todo por el todo para que las actuales luchas sean triunfantes.

Pero para esto, hay que quebrar este frente único K, gobernadores, empresarios y burocracia sindical CGT-CTA apostando al desborde y a la pelea por la dirección de los conflictos mediante la imposición de plenarios de delegados de bases, asambleas y mandatos expresos, autoconvocatorias, elecciones de paritarios por la base, fondo de huelga, alerta ante las trampas de la conciliación obligatoria, la imposición del paro general y todo lo que esté a nuestro alcance para ganar.

Esa será la mejor manera de homenajear a nuestro compañero Carlos.

De un rasguño a peligro de gangrena

Casi nadie esperaba una semana santa así... De todas maneras no es de extrañar. Gobiernos provinciales, de provincias ricas, que no aflojan un peso y que juegan a la “mano dura”; y de la “mano dura”, juegan su proyección política nacional. Trabajadores hartos hasta el hartazgo de vivir en la miseria mientras todo el día, todos los días, nos muestran la bonanza económica pero nunca llega a los bolsillos y a la mesa del trabajador.

El asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba no fue un hecho aislado: se dio en medio de una coyuntura de muy duras luchas, una escalada de hechos represivos de la cual Kirchner no fue ajeno. Al contrario, la alentó cuando le espetó a las maestras cruceñas “no me voy a dejar extorsionar” y ordenó (gobernador Sancho de por medio) la quema del auto del sindicato, la militarización de las escuelas, el apriete a los activistas y no casualmente una molotov explotó durante un festival para recaudar fondos en la mismísima ciudad de Río Gallegos. El martes 3 de abril por la noche, la represión, palos y gases en Salta preanunciaron lo peorSobisch terminaba concretando el asesinato del docente Fuentealba el miércoles 3.

Pero el fusilamiento de Fuentealba desató una reacción “no querida” de igual o mayor magnitud: hasta el último trabajador del país se sintió conmovido generándose un repudio masivo que ha dejado pendiendo de un hilo a Sobisch y preocupado al gobierno K. Tan es así que en estas horas ninguno de los grandes gremios se atreve a hacer pública la miseria salarial que están discutiendo en paritarias; por lo menos hasta que las aguas se calmen. La discusión salarial se terminó instalando como el primer problema político nacional. En síntesis: con el asesinato de Carlos Fuentealba, la pelea salarial está adquiriendo ribetes de una lucha política que puede amenazar con rozar al gobierno K.

La jornada nacional del 9

El lunes 9, docentes y estatales de todo el país paralizaron las escuelas y la administración pública. El paro fue contundente en los gremios de la CTA. Por su lado, el paro de una hora decretado por la CGT, fue importante extendiéndose por más tiempo la situación de “anormalidad” en sectores como el transporte publico de pasajeros. La imagen del país al mediodía tuvo elementos de paro general. Que quede claro: no es que estos burócratas se sensibilizaran con la muerte de un trabajador, sino que la presión de las bases la que se hizo sentir. Colectivos, subterráneos, hospitales e importantes fábricas industriales fueron al paro que en muchos casos –como ya hemos señalado duró más de una hora y fue activo. En el frigorífico Ecocarnes se paralizó la faena por dos horas durante los cuales los trabajadores debatieron en asamblea. En la fábrica Fate se paró por una hora a pesar de la conciliación obligatoria, y así en muchísimos lugares de trabajo. En todo el país el ambiente era el mismo: indignación y repudio por el asesinato del compañero y apoyo al reclamo.

Precisamente: no fue sólo un paro en repudio por el asesinato del compañero, aunque éste fue el principal motivo. No fue solo “expresión del dolor” (como lo quieren presentar los burócratas de la CTA y la CGT): hasta cierto punto se puede decir que fue también una identificación con los reclamos de la lucha en momentos en que todo el mundo ve como se desbordan los precios y se hacen “papilla” los salarios.

Al mismo tiempo, la expresión más consecuente y clasista de la jornada se hizo visible en la importantísima columna que el lunes supo organizar la izquierda: igual o más grande que la de la burocracia sindical de Yasky y De Gennaro, con todo el aparato. Encabezada por los SUTEBAS opositores de la provincia de Buenos Aires y seguidos por los centros de estudiantes de izquierda de la FUBA, decenas de delegados e internas combativas, movimientos de trabajadores desocupados independientes y partidos. La columna opositora de más de 15.000 compañeros, terminó la marcha frente a la Casa Rosada donde hablaron los dirigentes docentes de las seccionales opositoras.

Pero no se trató solo de Buenos Aires. En Neuquén se hizo la marcha más grande que se tenga memoria y la más importante en el orden nacional de la jornada: unos 40.000 asistentes. Y hubo movilizaciones muy grandes también en Mar del Plata, Rosario, Santa Cruz. Y en casi todas con una misma característica: un muy importante peso de la izquierda. Los más importantes diarios reflejaron tanto la contundencia del paro y movilización como el peso de la izquierda, del cual seguramente no dejaron de tomar nota la CTA, la CTERA y la misma CGT.

Fuera Sobisch. Jugarse por las luchas hasta ganar.

Hace falta el desborde a la burocracia e imponer un paro general

El lunes 9, en la columna de la oposición, se escuchó con insistencia un cántico que decía “Que vergüenza CTERA/ que vergüenza CTA/ tuvo que haber un muerto / para que hagan paro nacional.” A nadie se le escapa que tanto Yasky como Baradel levantaron a principios de marzo la lucha en la Provincia de Buenos Aires como forma de aislar la lucha docente del interior. La forzada por los acontecimientos convocatoria al paro del lunes 9 la hicieron expresamente en el marco de plantear que no era “un paro contra el gobierno de Néstor Kirchner”, sino sólo “en repudio a la represión” y de ninguna manera por la satisfacción de los reclamos de los compañeros que están luchando. De ahí que de la jornada no haya salido ninguna convocatoria a un plan de lucha nacional.

Su política fue repudiar el asesinato de Carlos Fuentealba y punto. Pero como dice nuestro compañero Alcides Christiansen en estas mismas paginas, en verdad la mejor manera de homenajear al compañero es ir hasta el final, hasta lograr que la lucha, su lucha, se gane.

Hoy, el gran desafío que tiene la pelea de los docentes neuquinos para ganar, es desbordar la mediación de una dirección burocrática y “centroizquierdista” como la de ATEN construyendo una nueva dirección surgida de la propia lucha. Porque hay que hacer saber que el mismísimo martes 10, luego de la jornada histórica del día anterior, esta dirección hizo votar la levantada de los cortes de los puentes y la negociación con Sobisch. Y si esto último no han podido concretarlo no es por su falta de voluntad para ello, sino porque la provincia continúa siendo un “polvorín”, habiéndose sumado los estatales y con el anuncio de un eventual paro provincial el próximo lunes 16 con centro en los petroleros privados y el reclamo de “Fuera Sobisch”.

Pero si se está por la caída del gobernador represor... no se puede –al mismo tiempo buscar negociar con él. Porque a estas alturas no puede ser otro el objetivo de la lucha en Neuquén que acabar ya con Sobisch. Porque con el fusilamiento del compañero Carlos la lucha terminó ubicándose definitivamente en el plano político: no hay mediación “sindicalista” que valga: sólo si cae el asesino se ganará el conflicto, y las migajas que dicen que estaría ahora “dispuesto a ofrecer” no pueden disimular esta realidad.

El futuro del gobernador neuquino es un hecho de trascendencia nacional.. Desde ya que entre el gobierno K y Sobisch se tiran con munición gruesa. Pero esto no quiere decir que Kirchner está por la caída de este último. La Argentina no podrá ser un país “normal” mientras se sigan generando nuevos conatos de rebelión popular que hagan rodar las cabezas de los gobernantes. Por eso no fue casual que el fantasma del “que se vayan todos” se haya vuelto a escuchar el 9. Además, de lograrse la satisfacción de los reclamos en la sureña provincia, está claro que esto fortalecerá el resto de la lucha docente y de los trabajadores de todo el país contra el techo salarial.

Por un plenario nacional docente opositor

Junto con las tareas “neuquinas” las hay también nacionales. La CTERA se jugó a aislar la lucha y lavarle la cara al gobierno nacional. Los docentes neuquinos votaron en la asamblea del día 5 de abril la exigencia de la “renuncia de Yasky y de toda la directiva de CTERA”. Por esta razón, para hacer efectiva esta resolución, y para poder dar pasos efectivos en imponer la satisfacción de los reclamos docentes y de un plan de lucha nacional, es imprescindible que desde las opositoras docentes del gran Buenos Aires y de las conducciones más o menos opositoras de las provincias, se den pasos ya para convocar a un plenario nacional de oposición que pueda empezar a disputarle la dirección de la base docente a la CTERA, uniendo además los reclamos de los maestros con el resto de los sectores en lucha por el salario.

En síntesis, la coyuntura que estamos transitando de duras luchas con tendencias de polarización sigue abierta y la balanza no basculó todavía, ni se estabilizó. La “paz” de un año meramente “electoral” solo existe como política del gobierno, de los lacayos del régimen y en las cabezas trasnochadas de algunos oportunistas. Pero la lucha sigue abierta. Y aunque Moyano, Yasky y Baradel no lo quieran (su política, muy clara, ha venido siendo negociar “caso por caso”, paritaria por paritaria), de alguna manera, la eventual multiplicación de luchas, reclamos y exigencias puede terminar colocando el problema de la huelga general. En definitiva, para los socialistas revolucionarios es un deber poner todo y hacer todo lo posible para que las luchas se ganen.


Nota:

[1] Kirchner, las patronales y los gobernadores vienen en una verdadera “cruzada” por imponer un techo del 15% para los aumentos salariales... pero estos, antes de ser cobrados, ya fueron devorados por la inflación. Porque ya es un hecho que el control de precios fracasó (cosa que se quería esconder hasta después de las elecciones) y la manipulación de los datos del INDEC no puede tapar una inflación que está cada vez más desbocada y descontrolada. En estas condiciones, su política se limita a que sean los trabajadores los que paguen el superávit fiscal y las súper ganancias empresarias... hasta con su propia vida.