Después
de la jornada nacional del lunes 9
Redoblar la pelea para quebrar el techo salarial K
Paro general provincial hasta que caiga Sobisch
En nuestra edición
anterior señalábamos que se estaba abriendo una coyuntura
de muy duras luchas. Que la misma expresaba dos
“tendencias” contrapuestas: por un lado, un verdadero
frente único que incluía al gobierno K, patronales y
burocracia de la CGT y CTA jugados a la “racionalidad
salarial” y a que –monedas mas monedas menos– se
mantuviese a toda costa un promedio de techo salarial de
alrededor del 15%... que este “frente único” venía
envalentonado en medio de una coyuntura política chata del
verano y el encaminamiento, a todo vapor, hacia la reelección
K.
Sin
embargo y al mismo tiempo, dábamos cuenta que desde abajo
comenzaba a emerger una tendencia contrapuesta de crecientes
y duras luchas de sectores de trabajadores que de ninguna
manera estaban dispuestos a aceptar ser arreglados por
chirolas. Esto era así sobre todo en las duras luchas
docentes del interior del país como Santa Cruz (con las
escuelas militarizadas por K), Salta y Neuquén; proceso al
que se le sumaba la incipiente emergencia desde la base de
luchas obreras potencialmente muy importantes como la de los
compañeros de Fate (hoy en conciliación obligatoria, pero
igualmente movilizados).
Pocos
días después de escrito nuestro editorial la coyuntura
pegaba un salto tremendo: el
fusilamiento de nuestro compañero Carlos Fuentealba expresó
el choque mas brutal de ambas tendencias
que respondió (y responde) no meramente al carácter
reaccionario del gobierno de Sobisch, sino a una prácticamente
idéntica actitud del gobierno “progresista” de K jugadísimo
a aislar, escarmentar y derrotar las luchas para hacerle
pagar a los trabajadores los costos de la incipiente crisis
de las variables económicas
.
Sin
embargo, con el masivo repudio popular ante el asesinato de
Carlos y la contundente jornada del lunes 9, Sobisch
ha quedado pendiendo de un hilo y el gobierno de K ha
recibido, por elevación, un llamado de atención. En estas
condiciones, se ha entrado en esta nueva coyuntura donde lo
que está planteado (para los sectores independientes y de
la izquierda revolucionaria) es no aflojar, jugarse
el todo por el todo para que las actuales luchas sean
triunfantes.
Pero
para esto, hay que quebrar
este frente único K, gobernadores, empresarios y burocracia
sindical CGT-CTA apostando al desborde y a la pelea por la dirección de los conflictos
mediante la imposición de plenarios de delegados de bases,
asambleas y mandatos expresos, autoconvocatorias, elecciones
de paritarios por la base, fondo de huelga, alerta ante las
trampas de la conciliación obligatoria, la imposición del
paro general y todo lo que esté a nuestro alcance para ganar.
Esa
será la mejor manera de homenajear a nuestro compañero
Carlos.
De un rasguño a peligro de gangrena
Casi
nadie esperaba una semana santa así... De todas maneras no
es de extrañar. Gobiernos provinciales, de provincias
ricas, que no aflojan un peso y que juegan
a la “mano dura”; y de la “mano dura”, juegan su
proyección política nacional. Trabajadores hartos hasta el
hartazgo de vivir en la miseria mientras todo el día, todos
los días, nos muestran la bonanza económica pero nunca
llega a los bolsillos y a la mesa del trabajador.
El
asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba no fue un
hecho aislado: se dio
en medio de una coyuntura de muy duras luchas, una escalada
de hechos represivos de la cual Kirchner no fue ajeno.
Al contrario, la alentó cuando le espetó a las maestras
cruceñas “no me voy a dejar extorsionar” y ordenó
(gobernador Sancho de por medio) la
quema del auto del sindicato, la militarización de las
escuelas, el apriete a los activistas y no casualmente una
molotov explotó durante un festival para recaudar fondos en
la mismísima ciudad de Río Gallegos. El martes 3 de
abril por la noche, la represión, palos y gases en Salta
preanunciaron lo peor…
Sobisch terminaba concretando el asesinato del docente
Fuentealba el miércoles 3.
Pero el
fusilamiento de Fuentealba desató una reacción “no
querida” de igual o mayor magnitud: hasta el último trabajador del país se
sintió conmovido generándose un
repudio masivo que ha dejado pendiendo de un hilo a Sobisch
y preocupado al gobierno K. Tan es así que en estas horas ninguno de los grandes gremios se
atreve a hacer pública la miseria salarial que están
discutiendo en paritarias; por lo menos hasta que las aguas
se calmen. La discusión
salarial se terminó instalando como el primer problema político
nacional. En síntesis: con el asesinato de Carlos
Fuentealba, la pelea salarial está adquiriendo ribetes de una lucha política que puede amenazar con rozar
al gobierno K.
La jornada nacional del 9
El
lunes 9, docentes y estatales de todo el país paralizaron
las escuelas y la administración pública. El paro fue
contundente en los gremios de la CTA. Por su lado, el paro
de una hora decretado por la CGT, fue importante extendiéndose
por más tiempo la situación de “anormalidad” en
sectores como el transporte publico de pasajeros. La imagen
del país al mediodía tuvo elementos de paro general. Que
quede claro: no es que estos burócratas se sensibilizaran
con la muerte de un trabajador, sino que la
presión de las bases la que se hizo sentir. Colectivos,
subterráneos, hospitales e importantes fábricas
industriales fueron al paro que en muchos casos –como ya
hemos señalado – duró más de una hora y fue activo.
En el frigorífico Ecocarnes se paralizó la faena por dos
horas durante los cuales los trabajadores debatieron en
asamblea. En la fábrica Fate se paró por una hora a pesar
de la conciliación obligatoria, y así en muchísimos
lugares de trabajo. En todo el país el ambiente era el
mismo: indignación y
repudio por el asesinato del compañero y apoyo al reclamo.
Precisamente:
no fue sólo un paro en repudio por el asesinato del compañero,
aunque éste fue el principal motivo. No fue solo “expresión
del dolor” (como lo quieren presentar los burócratas de
la CTA y la CGT): hasta cierto punto se puede decir que fue
también una identificación con los reclamos
de la lucha en momentos en que todo el mundo ve como se
desbordan los precios y se hacen “papilla” los salarios.
Al
mismo tiempo, la expresión más consecuente y clasista de
la jornada se hizo visible en la importantísima columna que el lunes supo organizar la izquierda: igual
o más grande que la de la burocracia sindical de Yasky y De
Gennaro, con todo el aparato. Encabezada por los SUTEBAS
opositores de la provincia de Buenos Aires y seguidos por
los centros de estudiantes de izquierda de la FUBA, decenas
de delegados e internas combativas, movimientos de
trabajadores desocupados independientes y partidos. La
columna opositora de más de 15.000 compañeros, terminó la
marcha frente a la Casa Rosada donde hablaron los dirigentes
docentes de las seccionales opositoras.
Pero no se
trató solo de Buenos Aires. En Neuquén se hizo la marcha más
grande que se tenga memoria y la más importante en el orden
nacional de la jornada: unos 40.000 asistentes. Y hubo
movilizaciones muy grandes también en Mar del Plata,
Rosario, Santa Cruz. Y en casi todas con una misma característica:
un muy importante peso de la izquierda. Los más importantes
diarios reflejaron tanto la contundencia del paro y
movilización como el peso de la izquierda, del cual
seguramente no
dejaron de tomar nota la CTA, la CTERA y la misma CGT.
Fuera
Sobisch.
Jugarse por las luchas hasta ganar.
Hace falta el desborde a la burocracia e imponer un paro general
El
lunes 9, en la columna de la oposición, se escuchó con
insistencia un cántico que decía “Que vergüenza CTERA/
que vergüenza CTA/ tuvo que haber un muerto / para que
hagan paro nacional.” A nadie se le escapa que tanto Yasky
como Baradel levantaron a principios de marzo la lucha en la
Provincia de Buenos Aires como forma de aislar
la lucha docente del interior. La forzada por los
acontecimientos convocatoria al paro del lunes 9 la hicieron
expresamente en el marco de plantear que no era “un paro
contra el gobierno de Néstor Kirchner”, sino sólo “en
repudio a la represión” y de ninguna manera por la
satisfacción de los reclamos de los compañeros que están
luchando. De ahí que de la jornada no
haya salido ninguna convocatoria a un plan de lucha
nacional.
Su
política fue repudiar el asesinato de Carlos Fuentealba y
punto. Pero como dice nuestro compañero Alcides
Christiansen en estas mismas paginas, en
verdad la mejor manera de homenajear al compañero es ir
hasta el final, hasta lograr que la lucha, su lucha, se
gane.
Hoy,
el gran desafío que tiene la pelea de los docentes
neuquinos para ganar, es desbordar la mediación de una dirección burocrática y
“centroizquierdista” como la de ATEN construyendo una
nueva dirección surgida de la propia lucha. Porque hay
que hacer saber que el mismísimo martes 10, luego de la jornada histórica del día
anterior, esta dirección hizo
votar la levantada de los cortes de los puentes y la
negociación con Sobisch. Y si esto último no han
podido concretarlo no es por su falta de voluntad para ello,
sino porque la
provincia continúa siendo un “polvorín”, habiéndose
sumado los estatales y con el anuncio de un eventual paro
provincial el próximo lunes 16 con centro en los petroleros
privados y el reclamo de “Fuera Sobisch”.
Pero
si se está por la caída del gobernador represor... no se
puede –al mismo tiempo–
buscar negociar con él. Porque a estas alturas no puede ser
otro el objetivo de la lucha en Neuquén que acabar ya con
Sobisch. Porque con el fusilamiento del compañero Carlos la
lucha terminó ubicándose definitivamente
en el plano político: no hay mediación “sindicalista”
que valga: sólo si cae el asesino se ganará el conflicto,
y las migajas que dicen que estaría ahora “dispuesto a
ofrecer” no pueden
disimular esta realidad.
El
futuro del gobernador neuquino es un hecho de trascendencia
nacional.. Desde ya que entre el gobierno K y Sobisch se
tiran con munición gruesa. Pero esto no quiere decir que
Kirchner está por la caída de este último. La
Argentina no podrá ser un país “normal” mientras se
sigan generando nuevos conatos de rebelión popular que
hagan rodar las cabezas de los gobernantes. Por eso no
fue casual que el fantasma del “que se vayan todos” se
haya vuelto a escuchar el 9. Además, de lograrse la
satisfacción de los reclamos en la sureña provincia, está claro que esto fortalecerá el resto de la lucha docente y de los
trabajadores de todo el país contra el techo salarial.
Por un plenario nacional docente opositor
Junto
con las tareas “neuquinas” las hay también nacionales. La
CTERA se jugó a aislar la lucha y lavarle la cara al
gobierno nacional. Los docentes neuquinos votaron en la
asamblea del día 5 de abril la exigencia de la “renuncia
de Yasky y de toda la directiva de CTERA”. Por esta
razón, para hacer efectiva esta resolución, y para poder
dar pasos efectivos en imponer la satisfacción de los
reclamos docentes y de un plan de lucha nacional, es
imprescindible que desde las opositoras docentes del gran
Buenos Aires y de las conducciones más o menos opositoras
de las provincias, se den pasos ya para convocar a un
plenario nacional de oposición que pueda empezar a
disputarle la dirección de la base docente a la CTERA,
uniendo además los reclamos de los maestros con el resto de
los sectores en lucha por el salario.
En
síntesis, la coyuntura que estamos transitando de duras
luchas con tendencias de polarización sigue abierta y la
balanza no basculó todavía, ni se estabilizó. La
“paz” de un año meramente “electoral” solo existe
como política del gobierno, de los lacayos del régimen y
en las cabezas trasnochadas de algunos oportunistas. Pero la
lucha sigue abierta. Y aunque Moyano, Yasky y Baradel no lo quieran (su política, muy clara,
ha venido siendo negociar “caso por caso”, paritaria por
paritaria), de alguna manera, la eventual multiplicación de
luchas, reclamos y exigencias puede
terminar colocando el problema de la huelga general. En
definitiva, para los socialistas revolucionarios es un deber poner todo y hacer todo
lo posible para que las luchas se
ganen.
Nota:
Kirchner,
las patronales y los gobernadores vienen en una
verdadera “cruzada” por imponer un techo del 15%
para los aumentos salariales... pero estos, antes de ser
cobrados, ya fueron devorados por la inflación. Porque
ya es un hecho que el control de precios fracasó (cosa que se quería esconder hasta
después de las elecciones) y la manipulación de los
datos del INDEC no puede tapar una
inflación que está cada vez más desbocada y
descontrolada. En estas condiciones, su política se
limita a que sean
los trabajadores los que paguen el superávit fiscal y
las súper ganancias empresarias... hasta con su propia
vida.
|