El fiscal busca salvar a Sobisch y sus cómplices
Cárcel a Sobisch y a todos los responsables
del
asesinato de Carlos Fuentealba
Por
Martín Primo
El 11 de julio, el
fiscal Richard Trincheri, que entiende en la investigación
del asesinato de Carlos Fuentealba, hizo una presentación
ante el juzgado pidiendo el procesamiento de Raúl
Pascuarelli, Carlos Zalazar (entonces subsecretario de
Seguridad y jefe de Policía respectivamente) y 21 policías
más, por estar involucrados de distinta forma en los
acontecimientos del 4 de abril.
La
información tuvo un gran impacto mediático y creó la
sensación que se estaba avanzando en la investigación.
Pero, ¿esto es así?
Hasta
ahora el único procesado por el asesinato de Carlos es el
cabo José Poblete, que es quien efectivamente disparó el
cartucho de gas en la cabeza de Carlos. La presentación del
fiscal no varía en nada esto.
La
acusación de la fiscalía contra Pascuarelli y Zalazar
indica que actuaron “con negligencia en el cumplimiento
del mandato legal que ambos detentaban en el ejercicio de
sus funciones” y que “dicho procedimiento, sin origen en
una orden de operación escrita, aun después de logrado el
fin que se pretendía cumplir, devino en un desmesurado,
descontrolado y anárquico operativo de represión
policial” (Río
Negro, 12-7).
Por
lo tanto, se los acusa por homicidio culposo (sin intención)
e incumplimiento de los deberes de funcionario público,
todos delitos menores que aseguran la libertad de los
procesados, aun cuando se los declare culpables. Y a los
otros policías que participaron de la represión junto con
Poblete se los acusa de que “deliberadamente omitieron
decir la verdad” y que de esta forma ayudaron a Poblete a
“eludir la investigación”. Es decir que el fiscal sostiene la hipótesis
de que en la represión hubo excesos, descuidos,
negligencias, mentiras y encubrimientos, pero no
hubo la intención de matar a Carlos, y que todo se
hubiese evitado si la policía hubiese sido más profesional
a la hora de reprimir a los trabajadores en lucha.
Es preciso denunciar esta maniobra del fiscal que, al
acusarlos por un homicidio sin intención, los libera de su
responsabilidad directa y activa en la represión y muerte
de Carlos y que, en caso de prosperar esta línea de
investigación, le pone un tabique legal a la investigación
sobre Sobisch, al mismo tiempo que justifica el derecho a
reprimir a los trabajadores en lucha.
Sobisch,
Pascuarelli y Salazar son tan responsables como Poblete del
asesinato de Carlos Fuentealba. Ese 4 de abril hubo una
orden directa de la Gobernación de escarmentar a los
docentes que llevaban 30 días de huelga y dar un mensaje a
todo el país, que desembocó en una premeditada cacería
humana que tuvo como resultado la lógica y previsible
muerte de un manifestante.
Por
lo tanto, denunciamos la maniobra del fiscal y exigimos cárcel
para Sobisch y todos los responsables políticos ideológicos
y materiales del asesinato de Carlos.
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