Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 106, 19/07/07
 

 

 

 

 

 

El fiscal busca salvar a Sobisch y sus cómplices

Cárcel a Sobisch y a todos los responsables del asesinato de Carlos Fuentealba

Por Martín Primo

El 11 de julio, el fiscal Richard Trincheri, que entiende en la investigación del asesinato de Carlos Fuentealba, hizo una presentación ante el juzgado pidiendo el procesamiento de Raúl Pascuarelli, Carlos Zalazar (entonces subsecretario de Seguridad y jefe de Policía respectivamente) y 21 policías más, por estar involucrados de distinta forma en los acontecimientos del 4 de abril.

La información tuvo un gran impacto mediático y creó la sensación que se estaba avanzando en la investigación. Pero, ¿esto es así?

Hasta ahora el único procesado por el asesinato de Carlos es el cabo José Poblete, que es quien efectivamente disparó el cartucho de gas en la cabeza de Carlos. La presentación del fiscal no varía en nada esto.

La acusación de la fiscalía contra Pascuarelli y Zalazar indica que actuaron “con negligencia en el cumplimiento del mandato legal que ambos detentaban en el ejercicio de sus funciones” y que “dicho procedimiento, sin origen en una orden de operación escrita, aun después de logrado el fin que se pretendía cumplir, devino en un desmesurado, descontrolado y anárquico operativo de represión policial” (Río Negro, 12-7).

Por lo tanto, se los acusa por homicidio culposo (sin intención) e incumplimiento de los deberes de funcionario público, todos delitos menores que aseguran la libertad de los procesados, aun cuando se los declare culpables. Y a los otros policías que participaron de la represión junto con Poblete se los acusa de que “deliberadamente omitieron decir la verdad” y que de esta forma ayudaron a Poblete a “eludir la investigación”. Es decir que el fiscal  sostiene la hipótesis de que en la represión hubo excesos, descuidos, negligencias, mentiras y encubrimientos, pero no hubo la intención de matar a Carlos, y que todo se hubiese evitado si la policía hubiese sido más profesional a la hora de reprimir a los trabajadores en lucha.

Es preciso denunciar esta maniobra del fiscal que, al acusarlos por un homicidio sin intención, los libera de su responsabilidad directa y activa en la represión y muerte de Carlos y que, en caso de prosperar esta línea de investigación, le pone un tabique legal a la investigación sobre Sobisch, al mismo tiempo que justifica el derecho a reprimir a los trabajadores en lucha.

Sobisch, Pascuarelli y Salazar son tan responsables como Poblete del asesinato de Carlos Fuentealba. Ese 4 de abril hubo una orden directa de la Gobernación de escarmentar a los docentes que llevaban 30 días de huelga y dar un mensaje a todo el país, que desembocó en una premeditada cacería humana que tuvo como resultado la lógica y previsible muerte de un manifestante.

Por lo tanto, denunciamos la maniobra del fiscal y exigimos cárcel para Sobisch y todos los responsables políticos ideológicos y materiales del asesinato de Carlos.