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Pronunciamiento del PST
¡Combatamos las resoluciones de
la Sala IV!
Partido Socialista de las y los
Trabajadores (PST)
San José, 8 de julio del 2007
En el mes de mayo, 18 diputados
(16 del PAC, 1 del FA y 1 del PASE) introdujeron en la Sala
IV una consulta en la que se planteaba con argumentos y
fundamentos sólidos, serios y válidos los roces
constitucionales del TLC. Sin embargo, el día martes tres
de julio, la Sala IV resolvió que el Tratado de Libre
Comercio (TLC) es constitucional y que se podía aplicar la
llamada “vía rápida” a los tratados internacionales y,
por tanto, al TLC. Con ese fallo, la Sala Constitucional no
actúo constitucionalmente, sino políticamente, siguiendo
las instrucciones del gobierno de Arias.
La espera de este fallo había
hecho que los magistrados del Tribunal Supremo de Elecciones
(TSE) atrasaran la fecha de realización del referendo sobre
el TLC del 23 de setiembre al 7 de octubre. Con esta
resolución el camino para que se realice el referendo está
despejado. Haber dictaminado lo contrario significaba la
crisis del gobierno, el régimen y el proyecto oligárquico
y pro-imperialista, ya que se hubiera tenido que desconvocar
el referendo y el TLC se tenía que rechazar. Es decir, se
hubiera producido una derrota política espectacular del
gobierno. Eso no lo iba hacer la Sala IV.
Sala IV: Anti-obrera, pro-oligárquica
y pro-imperialista
El trabajo sucio y demás tropelías
que los gobiernos de turno no pueden hacer se lo encargan
hacerlo a la Sala Constitucional, bajo el supuesto de una
interpretación auténtica de la Constitución, convirtiéndose
es una especie de exegeta y tribunal inapelable contra el
cual aparentemente no se puede hacer nada. En el movimiento
de masas, organizaciones sindicales, partidos políticos y
otras fuerzas sociales existe un sentimiento de impotencia
frente a esa institución. Debemos desenmascarar esos mitos
sobre este tribunal controlado por el extinto bipartidismo
del PLN y PUSC, el cual no corresponde ni social ni políticamente
a las actuales fuerzas sociales y políticas que determinan
las condiciones del país.
Carácter anti-obrero.
La Sala Constitucional ha venido jugando desde el año 2000
un papel cada vez en contra de los trabajadores, ya que: “Los
fallos de la Sala IV desde el 2000 golpean las convenciones
colectivas, pero es una etapa de una tendencia que se
remonta años atrás. Las convenciones colectivas se han
debilitado...”. (El Financiero. Semana 5-11 de junio
del 2006, página 12). El trabajo sucio en contra del
movimiento obrero y sus derechos, adquiridos mediante las
convenciones colectivas, frente a la incapacidad legal del
Ejecutivo para eliminarlos, le ha correspondido hacerlo a la
llamada Sala IV, al grado tal que: “...la Sala IV es la
que ha aplicado mano dura contra esas convenciones y anulado
nueve artículos (en las últimas cuatro semanas) en los
acuerdos de Recope, Japdeva, el Instituto Nacional de
Seguros (INS), la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL)
y la Junta de Protección Social de San José”. (Ídem).
Asimismo, también le fueron eliminados artículos al
Reglamento de Adjudicación de Becas de la Universidad de
Costa Rica (UCR), eliminando el derecho de los hijos de los
trabajadores de la UCR a tener su beca en esa calidad.
Carácter pro-oligárquico.
En el año 2003 la Sala IV aprobó la reelección
presidencial de Oscar Arias Sánchez, producto de un pacto
político entre las cúpulas del bipartidismo de aquélla época:
el PLN y el PUSC. El acuerdo político entre esa cúpulas
contemplaba que la primera reelección le correspondía a
Oscar Arias y la segunda a Rafael Ángel Calderón. Oscar
Arias Sánchez era en aquel momento el candidato y hoy el
Presidente de la oligarquía costarricense. Debido a ello,
Arias nunca atacó los atracos organizados de Calderón y
Rodríguez contra la Caja Costarricense de Seguro Social
(CCSS) y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Carácter anti-nacional y
pro-imperialista. El último fallo de la Sala IV que sostiene que el
TLC es constitucional, no sólo refleja el carácter
anti-nacional y pro-imperialista de esa institución, sino
también su bancarrota y desprestigio entre grandes sectores
sociales (trabajadores, estudiantes, intelectuales y otros,
incluso abogados burgueses). Llegó la hora de plantear la
disolución de la Sala IV por todos los argumentos antes
mencionados.
¡Movilización nacional y huelga
general para derrotar el TLC, su agenda de implementación y
al gobierno!
Los revolucionarios agrupados en
el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) nunca hemos
depositado ninguna confianza en las instituciones del régimen
y del sistema capitalista, ya que todas ellas responden a
los intereses de los grandes empresarios nacionales y
transnacionales imperialistas, por tanto, no nos causa ni
“asombro” ni “sorpresa” el fallo de la Sala IV que
sostiene que el TLC es constitucional.
El PST no acepta, ni respeta, ni
acata las resoluciones de la Sala IV como hacen los Solís,
Merino y Trejos, porque son anti-obreras, anti-populares,
anti-nacionales y pro-imperialistas. Por tanto, llamamos al
conjunto del movimiento de masas y sus organizaciones a
desobedecerlas y combatirlas a través de los métodos
revolucionarios, tales como la movilización callejera y la
huelga general.
En esa dirección, el PST, acepta
y hace suyo el llamamiento de la Comisión Nacional de
Enlace (CNE) que: “...hace un llamado a fortalecer la
unidad y la organización popular para derrotar en las urnas
y en las calles al TLC y los proyectos privatizadores de la
Agenda de Implementación...”. Llamamos a la CNE y demás
organizaciones obreras, populares, estudiantiles,
revolucionarias y otras que luchamos contra el TLC para que
conjuntamente llevemos un plan de lucha a la Asamblea de la
Coordinadora de Lucha Contra el TLC del 21 de julio en el
que, entre otros puntos de lucha, se incluya la realización
de una movilización nacional y la organización y preparación
de una huelga general que derrote al TLC, a su agenda de
implementación y al gobierno de los hermanos Arias, agentes
del imperialismo yanqui.
¿Reforma o disolución de la
Sala IV?
Por Román Fuentes
El Presidente de la Asamblea
Legislativa, Francisco Antonio Pacheco Fernández, en una
entrevista reciente al semanario El Financiero planteó que
era necesario reformar la Sala IV porque actuaba como una
especie de senado y además, porque intervenía en los
asuntos de la Asamblea Legislativa, despojando a esta de sus
funciones, lo cual devaluaba al poder legislativo. Al
comparar la Asamblea del 94-98 con respecto a la actual
dijo: “En aquel tiempo, la participación de la Sala IV
era mínima. Hoy la Asamblea no es tan autónoma como debería,
por culpa de los diputados...Vea, por un lado, la Sala IV
convertida en un verdadero Senado, una segunda instancia. La
Procuraduría dice quién debe ser parte de una comisión y
quién no. La Contraloría entra en la administración
activa, al recomendar que se cierren en instituciones”.[i]
Con base en lo anterior, este
hombre de confianza de Oscar Arias Sánchez plantea que: “Hay
dos aspectos. Uno consistiría en reformar la ley de la Sala
IV. En eso estaría de acuerdo la Sala IV. No sé si
encontraremos apoyo político para hacerlos por que siempre
los grupos minoritarios quieren tener una Sala IV que
intervenga, para ganar ahí lo que no pueden ganar en el
plenario. Por otra parte, se requiere que la Sala IV
reexamine sus actuaciones. Cundo 38 diputados no encuentran
la manera de salir adelante con proyectos por procedimiento,
hay necesariamente algo que no funciona bien”. (Ídem).
El rol bonapartista de la Sala IV
Dado que el Presidente de la República
tiene poderes limitados para funcionar mediante decretos,
entonces la Sala Constitucional ha venido realizando los
trabajos sucios que ni el ejecutivo puede hacer a través de
decretos ni la Asamblea Legislativa mediante leyes. En ese
sentido la Sala IV ha estado jugando, cada vez más, una
función de arbitro entre los poderes del Estado y entre las
clases sociales, pero es evidente que ese rol se viene
haciendo desde finales de los 90 hasta los momentos
actuales, principalmente, en contra de los trabajadores,
favoreciendo a las clases burguesas y sus amos
imperialistas.
Desde antes del año 2000, la
Sala IV ha venido cercenando, pese a las opiniones en contra
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los
derechos y beneficios adquiridos por los trabajadores del
sector público en las convenciones colectivas. En esa
dirección, ha eliminado un conjunto de artículos de las
convenciones de diversas instituciones públicas. También
fue la Sala IV que aprobó la reelección presidencial del
actual Presidente Oscar Arias. El día martes 3 de julio la
Sala Constitucional, a través de un fallo controversial,
dictaminó que el Tratado de Libre Comercio (TLC) no tenía
ningún roce constitucional, lo cual permitió que el
referendo se realice el 7 de octubre.
¿Respetar o combatir las
resoluciones de la Sala IV?
En relación a las últimas
resoluciones, tanto del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE)
como de la Sala IV referentes al referendo y la
constitucionalidad del TLC, el grave error de los opositores
burgueses, reformistas y burócratas sindicales contra el
TLC es creer y depositar la confianza en las instituciones
del régimen y sistema. El gobierno de Arias ha logrado una
altísima articulación y centralización de las
instituciones del régimen: Asamblea legislativa,
Ministerios, Tribunal Supremo de Elecciones y Sala IV. Todas
ellas actúan bajo el mando único e incuestionable de Oscar
Arias, acatando fielmente lo que éste les orienta.
Los opositores burgueses y
reformistas contra el TLC, frente al fallo político de la
Sala IV que declara que el TLC es constitucional,
simplemente dice que no lo comparte, pero que lo respetan,
aceptan y acatan. Veamos. Alberto Salom, diputado del
Partido Acción Ciudadana (PAC) declaró: “no hay nada
qué hacer porque esa decisión es vinculante”. [ii] Ottón Solís, jefe del
PAC y del diputado Salom, también dijo que: “Aceptamos
esa decisión que no compartimos...”.[iii]
En el mes de abril, José Merino del Río, diputado del
Frente Amplio (FA), se había pronunciado en esa misma
dirección al sostener que: “Yo puedo discrepar de una
decisión de la Sala, o del Tribunal, pero al final ellos
tienen la decisión y, aunque discrepe, la respetaré...”.[iv]
En ese mismo sentido se pronunció el advenedizo
“coordinador” del sector burgués anti-TLC, Frente
Nacional de Apoyo contra el TLC, Eugenio Trejos, que declaró:
“Vivimos en un Estado Social de derecho y acatamos los
fallos de la Sala”.[v]
La posición de estos dos
partidos parlamentarios (PAC y FA), opositores al TLC, y del
Frente burgués contra ese acuerdo comercial está clara:
contra las resoluciones de la Sala IV, no hay nada que
hacer, solamente acatarlas! Es evidente que estos partidos y
frente burgués son parte integral del régimen y sostén
del sistema capitalista imperante en Costa Rica, ya que no
van a luchar contra las resoluciones de la Sala
Constitucional porque pueden hacer entrar en crisis al
gobierno y régimen y ellos no quieren eso.
Con base en todo lo anterior, el
Partido Socialista de los Trabajadores (PST), hace un
llamado a todas las organizaciones sindicales, populares,
estudiantiles, campesinas, revolucionarias y otras que
luchan contra el TLC a movilizarse en contra de las
resoluciones anti-obreras, pro-oligárquicas y
pro-imperialistas de la Sala IV. Asimismo, el PST, considera
que las últimas resoluciones de la Sala IV desenmascaran su
carácter anti-nacional, lo cual abren las condiciones políticas
para generar un movimiento que exija la disolución
inmediata de la Sala IV. Por tanto, la Sala Constitucional
no debe ser reformada sino disuelta.
[i] El Financiero. Semana del
2-8 de abril del 2007.
[iii] La Nación, 6/7/07).
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