El
terremoto financiero y la Argentina K
¿Y
por casa cómo andamos?
Por
Claudio Testa
Como
ya señalamos, la bonanza económica bajo el gobierno K es
principalmente un subproducto
del crecimiento internacional de los últimos años. Si
éste se revierte y si, especialmente, vamos a una recesión
mundial severa, la situación de Argentina (como la de la
mayoría de los países latinoamericanos), va a estar muy
comprometida.
Es
que el boom de la economía K ha sido en primer lugar un
reflejo del ascenso en los precios de las materias primas
que son el principal rubro exportador de nuestro país. Una
fuerte recesión en EEUU (que se trasladaría a escala
mundial) va a pegar en primer término sobre los países
latinoamericanos, que son los más directamente relacionados
con lo que suceda allí.
La
acumulación de reservas en el Banco Central, como no existían
en los tiempos de De la Rúa, ha hecho declarar al gobierno
que con ellas tiene suficiente “poder de fuego” como
para defenderse de cualquier circunstancia.
Evidentemente, no está en la misma situación del
2001... pero convendría no exagerar la cosa.
Es
que hay otros problemas que pueden tener derivaciones no
menos graves: el regreso con todo de las tendencias
inflacionarias clásicas de la economía argentina (que se
pueden borrar en las estadísticas del INDEC pero no en la
realidad), el acelerado desgaste del superávit fiscal y los
déficits que amenazan con estallar en las provincias, en
primer lugar en la de Buenos Aires, la deuda externa que
pese al default del 2001 y las renegociaciones posteriores
ya sobrepasa los 160.000 millones de dólares, la redoblada
presión internacional de las empresas privatizadas para
“sincerar” las tarifas, que si se acepta va a tener un
efecto recesivo... Y así podríamos seguir con una larga
lista de dificultades que se potenciarían en medio de una
recesión estadounidense y mundial...
Esto,
además, debe servir de alerta. Los planes de poner a los
trabajadores en el cepo de un “Pacto Social” se van a
hacer más urgentes para el gobierno, en la medida que el
panorama de la economía internacional se ponga más sombrío.
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