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Ni
el presupuesto, ni la reforma de los estatutos vendrán de
la mano de las camarillas profesorales. Luchemos
por otra Asamblea Universitaria
¡Democratización
ya de la UBA!
Por
Sergio Revelli
El
lunes 6 estaba convocada la Asamblea Universitaria que, teóricamente,
tenía que empezar a discutir la reforma del estatuto. Ya en
los días previos y en todos los diarios aparecía que no
había consenso entre las mafias que tienen la mayoría de
la Asamblea y que todo pasaría a cuarto intermedio hasta
una futura sesión. No tienen consenso sobre si reformar o
no; ni qué retoques hacerle en caso de reformar. Y para
completar el cuadro, hoy la Universidad está cruzada por el
problema cada vez más candente de la crisis presupuestaria
y la irresolución de ésta (no hay fondos literalmente)
agudiza cualquier debate sobre el rumbo de la UBA. Mientras
los radicales sólo quieren mantener sus privilegios y los
decanos “progres” son cómplices del gobierno nacional,
hace falta desarrollar desde el movimiento estudiantil la
lucha por mayor presupuesto y la democratización.
La
larga sesión de la Asamblea Universitaria, a pesar de que
no resolvió prácticamente nada, dejó sobre la mesa muchas
conclusiones políticas. Lo primero que hay que marcar es
que quedó expuesta una vez más la reaccionaria composición
del régimen universitario: el mencionar que la gran mayoría
le negó la palabra a los trabajadores del Hospital de Clínicas
y se retiró de la Asamblea para no votar que había que
reclamarle al gobierno nacional el presupuesto necesario
para el funcionamiento habla por sí solo. No quisieron
debatir nada: sólo refrendaron unas resoluciones de poca
importancia a la mañana, aprobaron un cuarto intermedio
pasado el mediodía y al volver (se tenía que discutir el
problema presupuestario) dejaron la asamblea sin quórum,
realizando un papelón. Y a pesar que los medios burgueses
salieron a demonizar a la FUBA, los centros de estudiantes y
al movimiento estudiantil en general, lo cierto es que
fueron los radicales, peronistas y los delfines del gobierno
quienes no quisieron debatir ni resolver la correcta
exigencia de un plan de lucha por presupuesto y decidieron
marcharse. Todos aceptan que hay crisis presupuestaria, pero
de luchar por presupuesto no quieren ni escuchar.
Crisis en las alturas
Lo
que dejó en evidencia la Asamblea Universitaria es que
entre las camarillas cada vez hay menos acuerdos. Ya se ve
en los Consejos Superiores que entre los decanos se sacan
los “ojos” por la repartija de las miserias
presupuestarias, que no concuerdan en las reformas para el
estatuto ni en los repartos de espacios de poder. Sólo
acuerdan en acallar al movimiento estudiantil y nada más.
Es por esto que pactaron ponerlo a Hallú como rector y Sorín
de vice, pero hasta ahí llegaron “todos juntos”. A su
vez el rol de los llamados “progres” cada día es más
patético: votaron que no hable el Clínicas, callaron ante
el problema presupuestario y encima salieron en todos los
diarios de los días posteriores hablando contra “la
derecha y la izquierda”. Los Schuster, Trinchero, Sorín,
Aliaga son parte del régimen reaccionario y nada progresivo
vendrá de su parte (aunque el MST y la CEPA sean parte de
las gestiones de varios de ellos) y la lucha es también a
pesar y contra ellos.
Masificar la lucha por presupuesto y
democratización. Por otra Asamblea Universitaria
El
problema más candente que hoy cruza la UBA es la asfixia
presupuestaria. La necesidad de triplicar el raquítico
presupuesto universitario se hace cada vez más urgente ya
que éste se encuentra congelado desde hace años, y con la
devaluación dio un tremendo salto en su ajuste debido a que
todo se encareció casi el triple mientras el presupuesto
fue mantenido tal cual. La política del gobierno K para la
Universidad no ha cambiado respecto a sus antecesores y la
situación de la Universidad es preocupante: edificios en pésimas
condiciones, 30.000 docentes trabajando sin cobrar, sin
becas para estudiantes que las necesitan y abandonan por
problemas económicos, sin comedores para los estudiantes,
el Hospital de Clínicas colapsado, grafican una destrucción
sistemática.
Hoy
tenemos que armar
una gran lucha por el presupuesto, pero ésta debe estar íntimamente
ligada a la lucha por la democratización. De nada nos
serviría conseguir el presupuesto y que quede en manos de
todas las camarillas (radicales, peronistas o
“progres”), que son fieles aplicadoras de la LES. La
lucha por el aumento del presupuesto debe estar unida a la
lucha por cambiar el cogobierno e imponer la mayoría estudiantil, el claustro único docente, voz y voto
a los no docentes y elección directa de las autoridades.
Es necesario imponer una nueva Asamblea Universitaria,
conformada bajo estos parámetros, que suplante el actual régimen
universitario que chorrea mugre, que sirva para solucionar efectivamente los problemas
de la Universidad y permita avanzar en ponerla al servicio
de los trabajadores y el pueblo y no de las empresas
y el gobierno nacional.
Hay
que hacer asambleas en todas las facultades y sedes del CBC,
potenciar un masivo movimiento estudiantil organizado en
interfacultades que esté en condiciones de torcerle el
brazo al gobierno de Kirchner.
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