A
pesar de Baradel y Perillo
La lucha docente
crece desde las opositoras
Por Marina Alonso
Secretaria de DDHH del SUTEBA de Gral. Sarmiento
Al
momento de la salida de esta edición, se viene cumpliendo
otra jornada de lucha de los docentes en provincia de Buenos
Aires. Es un hecho que ante la salida a la pelea
independiente de las seccionales “disidentes”, el SUTEBA
se vio obligado a
llamar nuevamente al paro y concentración realizados esta
semana.
El
parazo de las
opositoras, las recorridas de escuelas, la magnitud
de las asambleas seccionales que se vienen realizando,
la bronca que se siente por la base ante el aumento
constante de los precios, el ejemplo que llega a las
seccionales oficialistas desde las combativas, todo esto alimenta la posibilidad de que se ponga en marcha un proceso
de lucha realmente importante.
Es
que a la vez –y a pesar de los deseos de las conducciones
de CTERA y el SUTEBA– desde el gobierno de Solá, en plena
retirada, no han llegado aún señales “alentadoras”; es
decir, alguna migaja que le permita a Baradel levantar el
conflicto que se está armando.
Por esto mismo no es casual que en sus últimas
declaraciones éste haya insistido en que debe “intervenir
el gobierno federal”; es decir, como apelando a Kirchner
con la idea de que un conflicto de importancia en la
provincia podría ser realmente un factor “molesto” para
la campaña electoral oficialista.
Contra la Celeste... y también la Azul y Blanca
Como
venimos señalando desde estas páginas, la pelea de las
opositoras arrancó directamente contra
la dirección oficial del SUTEBA integrada por Baradel y
Perillo. Para vergüenza de la lista Lila (supuestamente opositora), su aliada, la
Azul y Blanca, votó en contra de los paros independientes
resueltos por las opositoras y solo se sumo a los
“oficiales” votados por la dirección del SUTEBA en su
conjunto.
Como
si esto fuera poco, en la jornada de movilización por el
brutal ataque por parte de Varizat a los docentes santacruceños,
realizada el jueves 23, fue parte del bloque CTERA-CTA
oficialista, el cual, como siempre, le hizo “cordón de seguridad” a las opositoras, incluyendo a
los integrantes de la propia lista Lila que hacen parte de
las opositoras.
Es
que la lucha de clases es implacable
con los armados oportunistas. No se puede estar con dios
y con el diablo, no se puede unir el agua y el aceite.
Porque es un hecho que en la Lila conviven sectores que son
parte de la dirección burocrática del gremio con otros que
–a pesar de su desastrosa política– son independientes.
El
colmo de los problemas que genera esto es que desde
corrientes docentes como Alternativa Docente o Docentes en
Marcha se han negado a convocar a la coordinación de las opositoras en función
de sus acuerdos –por debajo de la mesa y de espaldas a la
lucha– con la Azul y Blanca.
En
estas condiciones, las tareas son profundizar por abajo el
proceso de lucha democrática e independiente y jugarse en
la recorrida de escuelas para lograr el 6 de septiembre una
gran votación de la Rosa-Gris-Roja. Tareas en la que
estamos comprometidos desde la Lista
Gris Carlos Fuentealba, que aspiramos a que se vaya
fortaleciendo al calor de estas peleas.
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