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Venezuela:
caza de brujas contra Orlando Chirino
Ofensiva de Chávez contra la clase obrera
Reproducimos este texto enviado fraternalmente por los
compañeros del PRT venezolano, en el que hacen una
consistente denuncia del creciente curso persecutorio contra
los dirigentes independientes y representativos de las bases
obreras de la UNT. Días atrás, una patota del gobierno sacó
a Chirino y a otros dirigentes a punta de pistola del
Ministerio de Trabajo y recrudecen día a día las
acusaciones contra él y otros dirigentes obreros de
contrarrevolucionarios.
Demás está decir que este hecho es ilustrativo no sólo
del curso antiobrero del gobierno de Chávez, sino del carácter
mismo del PSUV que sigue siendo defendido por corrientes que
se proclaman “trotskistas” como el MST en nuestro país.
Los trabajadores de la administración pública en
Venezuela atraviesan una insólita situación laboral, en la
cual a casi 3 años en que se venció su Contrato Colectivo,
no han podido lograr ni siquiera ser escuchados para hacer
valer sus derechos laborales.
El pasado 15 de agosto del presente año, un grupo de
dirigentes sindicales acompañados por trabajadores de
distintos sindicatos agrupados en Fentrasep [1],
acudieron al Ministerio del Poder Popular para el Trabajo,
para hacer entrega de su proyecto de Contratación
Colectiva. Al no ser recibidos por el titular del Trabajo
José Ramón Rivero, decidieron permanecer en el interior
del Ministerio hasta ser oídas sus peticiones, optando éstos
por encerrarlos, cerrándoles las vías de comunicación y
de servicio.
Durante seis días, 17 trabajadores y dirigentes sindicales
estuvieron pasando penurias para recibir agua, comida y
medicamentos. Sus familiares, amigos y camaradas recibieron
un sin fin de negativas al tratar de tener acceso a ellos,
como si se tratara de unos delincuentes privados de su
libertad.
Las razones expuestas por el Ministro del Trabajo, es que
ya había recibido el proyecto de Contratación Colectiva
por parte de la otra tendencia de Fentrasep, dirigida por
Franklin Rondón, dirigente sindical de trayectoria,
relacionado a la derecha cuarta republicana, ahora furibundo
defensor del chavismo, aliado del Ministro Rivero.
El martes 21 de agosto se presentó en la concentración (a
las puertas del Ministerio del Trabajo), aproximadamente a
la 1 PM, un grupo de 7 ú 8 hombres, tratando de entrar a
las instalaciones del Ministerio, cosa que lograron después
de una llamada telefónica que recibe uno de ellos donde
(dicho por ellos mismos) son avisados del posible acceso por
una puerta posterior. La vía que utilizó este grupo de
individuos para entrar a donde se mantenían los
sindicalistas en vigilia había sido cerrada para todos los
demás que apoyamos la acción sindical legítima y justa.
Posteriormente, varios de los presentes identificaron al
grupo, algunos como miembros de “Tupamaros” y otros como
asiduos de la “Esquina caliente”, grupos éstos afectos
al gobierno que hacían de “fuerzas de choque” contra
sectores opositores en los episodios de calle a partir del año
2002, entre el golpe de estado de abril y el paro petrolero.
Una hora después, tuvieron que salir, ya que los
individuos antes descritos los sometieron, amenazándolos de
muerte (se encontraban armados). Entre las razones que
esgrimían los rompehuelgas es que “estaban
desprestigiando al gobierno de Chávez con sus protestas”.
Así ahogaron, “por ahora”, unas acciones dirigidas a
la defensa de un derecho convenido en la Constitución
Bolivariana y a mantener la autonomía de los trabajadores
frente a la burguesía y la burocracia explotadora de la
clase obrera. De esa manera violenta y fascista, creyeron
ponerle fin a un conflicto utilizando el método cuarto
republicano de amedrentamiento, a través de “bandas armadas” y
“cabilleros” en nombre de la Revolución, así como
también se violaron descaradamente los más elementales
derechos humanos a 17 dirigentes sindicales, en un país que
va “rumbo al Socialismo” y un gobierno que se rasga la
investidura contra la bestial arremetida imperial
norteamericana frente a la guerra en el Oriente Medio, que
viola constantemente los derechos humanos. Posición
antimperialista que apoyamos plenamente pero, lo inaceptable
es el discurso alejado de la práctica habitual.
Ofensiva contra la
clase obrera
Durante los últimos años en Venezuela se ha venido
desarrollando, en círculos del gobierno, muchos de ellos
considerados de “izquierda” una ofensiva en contra de la
clase obrera como sujeto social de la revolución.
La ofensiva se apoya en teóricos posmodernistas que
desestiman la visión marxista de la sociedad negando la
lucha de clases y el papel preponderante de la clase
trabajadora, no por atender a un cliché, sino por el rol
que desempeña ésta en los procesos económicos y
productivos en la sociedad. Subordinan a la clase obrera
utilizando términos indefinidos o generalizantes como
“multitud”, “excluidos” o “desamparados” [2] que
intentan colocar en un saco a todos los sectores,
disminuyendo al verdadero motor de la resistencia a los
planes de ajuste y reacomodo capitalistas en el país. Es
por esto que lo primero que deben hacer los trabajadores en
Venezuela es no dejarse impresionar por la “novedosa”
terminología que esconde una vieja estrategia para la
derrota obrera.
La acometida se materializa en el crecimiento vertiginoso
de precarias condiciones de trabajo expresadas en
“contratos eternos”, empleo informal, subcontratados y
la creación de figuras laborales como “trabajadores de
confianza”, “por honorarios profesionales”, que
establecen una gran diferenciación laboral, profundizando
el individualismo, la fragmentación de la fuerza de trabajo
y por supuesto la conciencia de clase.
Una gran parte de la dirigencia sindical venezolana se ha
atornillado a la línea del gobierno, convirtiéndose en
garantes de la estabilidad del sistema y manteniendo la
conflictividad sindical bajo un control razonable. Es el
caso de un sector cuantitativamente importante de la UNT [3]
que al dividirse, sucumbieron al criterio de “liquidar los
sindicatos”, que lleva adelante
el gobierno. El presidente Chávez en su alocución
del 24 de marzo de 2007 expresó de manera categórica
“que los sindicatos no deben ser autónomos, que había
que terminar con eso…”. A partir de esta etapa se
desdoblan los antiguos defensores del sindicalismo en un
acto oportunista y emprenden junto al Presidente, una
arremetida voraz de intolerancia contra los trabajadores que
han mostrado su desacuerdo, imponiendo el criterio de
“obedeces o eres enemigo”. Es por esto que trabajadores
que defienden la autonomía sindical son desatendidos en sus
peticiones y poco cubiertas
sus demandas por
los medios de comunicación [4]. Otros prefieren callar,
porque rápidamente serían tildados de “oposicionistas”
[5], desprestigiados y pasarían a ser una especie de
“conspiradores” dentro del grupo de luchadores que
concibieron, en un pasado, un futuro mejor para la clase
obrera. Y es que la mayoría de estos trabajadores hoy en
discrepancias con el gobierno, no sólo votaron por Chávez,
sino que defendieron con su vida, el proceso revolucionario
en los sucesos del 11 de abril de 2002 y el “paro
petrolero”.
El instrumento legal que utilizaría el gobierno
bolivariano es el Proyecto de Ley Especial de los Consejos
de Trabajadores y Trabajadoras (Plectt), material hasta
ahora desconocido por la mayoría que, con la implementación
de las reformas a la Constitución esta herramienta quedaría
blindada legalmente y serían los Consejos obreros los que
suplirían a los Sindicatos.
Entre los defensores de los Consejos Laborales está el
Partido Comunista de Venezuela (PCV), quienes apoyándose en
el artículo 1 de la Propuesta de Ley, los justifican como
una forma de ejercicio del “poder popular”, el artículo
referido dice que: “…garantizaría
a los trabajadores la participación protagónica y al
ejercicio del control directivo de los procesos productivos,
administrativos, políticos y socioculturales en los centros
de trabajo y áreas de actividad laboral; así como su
incidencia protagónica en los procesos sociopolíticos en
los ámbitos locales, regionales y nacionales, tendiendo a
la transformación integral del sistema socioeconómico
sobre la base del fortalecimiento de la propiedad social y
colectiva, al ejercicio del papel dirigente de la clase
trabajadora en la construcción de la nueva sociedad, el
desarrollo armónico
de la economía y la justa
distribución de la riqueza”[6]. No dudamos de las
buenas intenciones de los camaradas del PCV, sin embargo, el
proyecto de Reforma Constitucional presentado por el
presidente Chávez, hace mención simple a la “participación
de los trabajadores y trabajadoras en la gestión de las
empresas públicas” [7], sin explicar de qué manera, además
de las constantes declaraciones de Chávez, que “echan por
la borda”, las aspiraciones de reivindicación de los
derechos de los obreros como clase, y
nos hace más escépticos de sus
propósitos.
La vanagloriada “participación laboral” no es un
componente “novedoso” si tomamos en cuenta, (salvando
las diferencias y el contexto histórico actual), que se
convirtió en objetivo central de empresarios y gobiernos, a
partir de la década de los ‘80 en diversos países
neoliberales y que fueron objeto de la más dura resistencia
por parte de los trabajadores del mundo. En Estados Unidos,
por ejemplo, los cambios de relaciones laborales se
presentaron como algo que formaba parte del propio proyecto
autogestionario de los trabajadores. En lugar de la
“autonomía colectiva” propiciaron la “autonomía
individual”, por supuesto, el trasfondo era garantizar la
“autonomía del capital” y por ende el fortalecimiento
del Sistema Neoliberal. De acuerdo a las sociedades
neoliberales no existen las clases, ni la oposición
capital-trabajo, desaparecieron los conflictos entre clases
y aparecen los individuos autónomos que pasan a ser
“actores sociales”, que forjan sus trayectos de vida,
cuyo resultado es el bien común, consecuencia a su vez del
beneficio individual. [8]
En la Venezuela del siglo XXI se plantea la participación
de los trabajadores y trabajadoras en las empresas públicas
proporcionada por la “mano amiga”
del estado. El presidente Chávez manifestó que
“eso de las clases ya no existe, eso pasó a la
historia”, entonces se trata de implantar, con la
“orientación” del estado y mediante reformas
legislativas el “poder popular”. Pero todo esto amerita
hacer varias preguntas: ¿Qué tipo de Estado? ¿Un Estado,
verdaderamente revolucionario o burocratizado?
¿Cuál clase tendrá en sus manos el control de los
procesos productivos? ¿Qué significa realmente Poder
Popular? ¿Quiénes son? ¿Qué sectores lo integran?
La burocracia sindical ha conducido la labor sindical a la
simple negociación de derechos contractuales. La mayoría
de los trabajadores no tiene claridad del rol histórico que
debe cumplir como clase social. Algunos desestiman los
criterios de unidad, de integración con otros sectores de
la sociedad y de la necesaria práctica del
internacionalismo proletario, para fortalecer sus luchas. El
trabajador actual debe entender que la formación ideológica
marxista le da a su lucha métodos para concebir y
transformar las estructuras de poder que oprime y explota.
También proporciona la perspectiva histórica que la clase
obrera puede cambiar a través de la debida organización y
que esos componentes teóricos científicos
pueden ser adaptados a cualquier país, en diferentes
contextos históricos. En fin, el conocimiento del marxismo
permite desenmascarar mentiras, manipulaciones y dar
respuestas apropiadas a las farsas y maniobras vengan de
donde vengan, porque prevalece el criterio de una clase.
Notas:
1. FENTRASEP: Federación Nacional de Trabajadores del
Sector Público.
2. Uno de los principales exponentes del término
“multitud”, Toni Negri, señala: …”cuando se habla
de multitud se habla de clase… tenemos que reconocer que
sucedió algo profundamente innovador, nuevo, que ha dado al
concepto de clase productiva una extensión y una intensidad
infinitamente superior a esa que tenía el concepto de clase
obrera, entonces llamo multitud al concepto de clase obrera
dentro de las nuevas condiciones de producción”.
Entrevista “Cara a cara con Toni Negri”, publicada en
“Antroposmodernismo” noviembre/2003.
3. UNT: Unión Nacional de Trabajadores.
4. Durante el reciente conflicto de Fentrasep fueron muy
pocos los medios de comunicación masiva que cubrieron la
noticia. Venezolana de Televisión (canal del estado) no
hizo ninguna cobertura, TVES (canal del estado que suplanta
a RCTV, cuando se le termina la concesión) no lo cubrió.
VIVE TV (canal del estado) lo cubrió un par de veces, en
pequeños espacios. De los medios privados, Globovisión
realizó una pequeña entrevista al dirigente sindical
Orlando Chirino, los demás no cubrieron. Los videos
existentes fueron realizados por medios cooperativos y
comunitarios.
5. Como es el caso del dirigente sindical Orlando Chirino,
al que se cataloga actualmente como “el segundo Carlos
Ortega” en alusión al dirigente sindical adeco, ex
secretario general de la CTV y principal impulsor del
“paro petrolero” en el 2002. Aunque Chirino hace caso
omiso a los señalamientos y continúa expresando su posición.
6. Luis R. Delgado: “La unidad de la clase obrera y los
Consejos Socialistas de los trabajadores y trabajadoras”.
30 de julio de 2.007. Tribuna Popular.
7. Anteproyecto de Reforma Constitucional, presentado por
el presidente de la República Bolivariana de Venezuela,
Hugo Rafael Chávez Frías.
8. Gómez Solórzano, Marco Augusto: “Límites de los
esquemas de participación laboral”. Espiral. Estudios
sobre Estado y Sociedad. Vol. 1 Nº 3 1.995.
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