Sobre
las posiciones del PCR para las elecciones
Voto
en blanco, nulo o abstención:
¿al servicio de qué política?
Por
Ana Vázquez
Muchas
veces nos enfrentamos a esta difícil discusión: ¿conviene
o no participar de las elecciones? ¿Fortalece la lucha
obrera y popular presentar una alternativa revolucionaria,
de izquierda? ¿Debemos llamar a la abstención como mejor
forma de oponernos a la trampa electoral?
Esta
discusión no por vieja deja de ser actual. Trabajadores,
activistas, luchadores de derechos humanos, organizaciones
de izquierda se la replantean cada vez que hay un llamado
electoral. Llamado electoral que realiza la burguesía y
como primera cuestión nos instala en su
terreno: el de la participación en los mecanismos
institucionales burgueses.
Que ese sea su terreno no significa que los revolucionarios
no aprovechemos su intervención en él, de la misma forma
que la Justicia tal cual funciona hoy es un andamiaje del
Estado opresor y no significa que no utilicemos con
denuncias, presentaciones o querellas cuando son útiles
para acompañar nuestro reclamo en las calles, cuando
reprimen a los trabajadores, cuando un patrón cierra su fábrica
o nos movilicemos ante el Congreso para presionar para que
se voten leyes favorables a los trabajadores/as, como sería
la ley sobre la despenalización del aborto en este momento.
Pero
nuestra intervención siempre está subordinada a ver cómo
ayuda a fortalecer la lucha por la independencia política
de los trabajadores y hacer propaganda sobre la salida
socialista.
En
este sentido encaramos esta polémica con los compañeros no
como una cuestión episódica, táctica, sino como una
cuestión de fondo, de clase contra clase. Porque opinamos
que puede haber situaciones en la que táctica del voto
blanco nulo sea la más conveniente, como lo fue en la
reciente segunda vuelta en las elecciones de Capital.
Desde este punto de vista, no proclamamos como la única táctica
posible participar siempre de las elecciones burguesas con
candidaturas.
Por qué es conveniente participar en octubre del
2007
Sí
nos parece que en estas elecciones nos conviene participar.
Porque junto con los elementos de crisis política y de
luchas de los trabajadores que ha enfrentado y enfrenta el
gobierno K, todavía hay un grado muy fuerte de legitimidad
política entre los trabajadores de este gobierno y del
peronismo. Las luchas más aguerridas superaron los límites
impuestos por las distintas burocracias pero no se consolidó
ni atisbó siquiera una alternativa política en ellas, ni
siquiera una alternativa sindical (fueron excepciones
incluso las coordinaciones de las luchas como la de los
trabajadores del Casino y el Hospital Francés).
¿Por
qué esto es así? Porque hay todavía una atrasada
conciencia peronista, de conciliación de clases entre los
trabajadores. Por lo tanto, es muy probable que la mayoría
de los trabajadores (y aún una franja importante de los que
más lucharon) voten a CK y en menor medida a otra variante
a la derecha, llámese Lavagna o Macri.
Por
lo tanto, las elecciones son una magnífica oportunidad para
pelear en esa atrasada conciencia desde un punto de vista de
clase, por un programa independiente. Y la mejor forma de
hacerlo es participando, ya que opinamos que los
trabajadores van a votar mayoritariamente y no hay
posibilidades de dar esta pelea (y que alguien se entere) si
no es con programa, candidatos, boletas, etc.
Por
eso los revolucionarios debemos participar y desde el MAS
batallamos por constituir un frente de izquierda y de los
trabajadores para que esta pelea sea más eficaz.
No
hacerlo es favorecer ¿a quién?
Una discusión estratégica
Y
acá viene la discusión de la discusión con los compañeros,
que no es táctica, sobre esta elección 2007. Patear el
tablero de las elecciones burguesas con una política
abstencionista puede significar agitar la capa por la
izquierda para dejar pasar el toro por la derecha.
Los
compañeros son bien claros cuando afirman: “Otras
fuerzas llaman a frentes
de izquierda. Son fuerzas que consideran que
la revolución en la Argentina es “socialista desde el
inicio”, negando las
tareas democráticas (como
la reforma agraria) y
aislando a la clase obrera de las fuerzas
patrióticas y democráticas. Así,
esos “frentes de izquierda” terminan en frentes
parlamentarios testimoniales. Es
una vieja propuesta que se ha demostrada equivocada en todos
los países oprimidos por el imperialismo. Toda la
experiencia histórica de la Argentina demuestra que la
clase obrera debe pugnar por
hegemonizar al conjunto de las clases y
capas interesadas en una revolución democrática popular,
agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al
socialismo” (Hoy 1177, 1/8/07)
Y para esa “revolución democrática popular, agraria y
antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo”
necesitan aliados por fuera de la clase obrera. ¿De qué
signo?
Al querer embarrarnos con sectarismo, nos muestran de
aliados de la clase obrera a burgueses “progresistas” o
militares “patrióticos” (o nada progresistas ni patrióticos)
para apoyar políticamente con todo. Como fueron en su
momento el apoyo a Isabel Perón y a Menem en el ’89, y el
apoyo al pedido de libertad del coronel Seineldín en el año
2002 por considerarlo del sector nacionalista del Ejército.
Y el más reciente apoyo en la segunda vuelta de Tierra del
Fuego a la candidata del ARI. Esa es la trayectoria “elíptica”
del voto nulo o en blanco que siempre han levantado. Con
semejantes aliados no necesitamos enemigos.
Esta
es la propuesta “nueva” que se ha demostrado eficaz,
parece, en los países dominados por el imperialismo. ¿Se
referirá quizás el artículo al fracaso en que han
terminado todas las experiencias de gobiernos nacionalistas
burgueses que han enchalecado y terminado masacrando o
coptando a la clase obrera como fueron el de Paz Estensoro
en Bolivia, la primera presidencia de Alan García en Perú
y las actuales de Evo Morales o del general Hugo Chávez?
Creemos que la nota se refiere a esos “éxitos” que nos
han hecho retroceder años, donde dirigió y hegemonizó la
burguesía y la clase obrera le hizo de triste comparsa.
Con
la cara realidad de los hechos les decimos: ¿No
será un discurso para atrapar luchadores por izquierda y
luego llevarlos para la derecha?
Lo
decimos con todas las letras: compañeros, ni su política
estratégica ni su táctica electoral van en el sentido de
avanzar en la independencia política de los trabajadores.
Por esa independencia debemos pelear para poder avanzar
hacia una salida socialista.
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