La UTPBA se enorgullece de proscribir a la oposición
Vamos por la oficialización de la Naranja-Violeta
La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires anuncia
en su página web: “Con el aval de 2.320 periodistas, y
oficializada el 14 de agosto, la Celeste y Blanca es
la única lista que participará de los comicios para la
renovación de autoridades los días 27 y 28 de
septiembre.”
Lo que no anuncia
es que, si es la única lista, es porque decidió impedir la
participación de la Naranja-Violeta.
La Agrupación Violeta y la Agrupación Naranja conformamos
una lista integrada por delegados,
comisiones internas y trabajadores de distintos medios:
Crónica, Perfil, Popular, BAE, El Cronista, Agencia EFE,
entre otros.
Cumpliendo los requisitos, presentamos en tiempo y forma
los avales correspondientes, a pesar de que la Junta
Electoral puso a disposición el padrón de afiliados luego
de finalizado el plazo de presentación de listas.
El “progresismo” que la directiva de la UTPBA pretende
encarnar murió enterrado por sus propios actos. 15 años de
bellas palabras, como su famosa consigna “La
peor opinión es el silencio”, desmentidas por un
hecho: la proscripción de la oposición del gremio.
Frente a esto, apelamos la decisión de la Junta Electoral,
rechazando en todos los términos la impugnación, y
exigimos al mismo tiempo el respeto del derecho democrático
de participar en las elecciones. La contestación fue una
rotunda negativa, ratificando la proscripción. Es por eso
que, obligados a seguir los pasos legales, concurrimos con
una nutrida delegación al Ministerio de Trabajo (en el
cual, aclaramos, no confiamos ni un segundo), donde
realizamos una presentación exigiendo la oficialización de
la lista.
Llamamos a los compañeros a seguir firmando el petitorio y
enviando sus adhesiones, y proponemos realizar una
movilización a la sede gremial para repudiar la proscripción
y exigir la participación de la Naranja-Violeta en las
elecciones. Hacemos extensiva la invitación a todos los
sectores gremiales, políticos y sociales que quieran
pronunciarse por la democracia sindical.
La lista Celeste y
Blanca transformó a la UTPBA en una asociación de
profesionales
El oficialismo afirma que su lista está integrada por
“profesionales” y “colegas”. Estas palabras no están
elegidas al azar. Expresan la política de haber convertido
a la organización gremial en una asociación de
profesionales y cuentapropistas.
Desde que se produjo en los ‘90 la concentración monopólica de los medios de comunicación, miles de
compañeros perdieron sus trabajos. Los que quedaron
sintieron el azote de la precariedad laboral, la pérdida de
importantes conquistas, la explotación y el cuestionamiento
del rol del periodista como comunicador independiente. El
convenio 301/75 y el Estatuto del Periodista se convirtieron
en letra muerta.
Esto ocurrió en medio de un retroceso general de la clase
trabajadora (desocupación masiva, pérdida de derechos
laborales), de todos los gremios y en todo el mundo, y la
gente, tratando de sobrevivir, apeló a crear
emprendimientos propios, cooperativas, etc. En nuestro
gremio, este proceso general se concretó en el enorme
crecimiento de medios alternativos, que además
sirvieron como una suerte de refugio
para la necesidad de libre expresión de los
periodistas. Pero no hay que confundir necesidad con virtud.
Una cosa es esconderse en un sótano cuando viene el
bombardeo, y otra es acostumbrarse al sótano y nunca más
salir a la superficie.
En nuestra opinión, la dirección de la UTPBA se
adaptó a la derrota. Abandonó
el objetivo que debe tener un gremio: defender los derechos
de los trabajadores, y se dedicó a crear refugios para los
que “pensamos igual”, en
lugar de enfrentar la derrota apelando a la unidad de todo
el gremio, es decir, de los que “sufrimos igual” la
explotación y la precariedad laboral. La
UTPBA abandonó concientemente las grandes empresas periodísticas,
provocando la desmoralización de los compañeros y la
desafiliación masiva. Hace ideología
de los medios alternativos, proponiéndose a través de
ellos “vigilar a los que nos vigilan”, encubriendo
con esto su
negativa a enfrentar a las grandes patronales en su terreno,
el de los medios
masivos. Porque “El Gran Hermano” no sólo nos espía:
también nos explota.
Hay que imponer el
Estatuto y el Convenio en las grandes empresas
El Estatuto reglamenta nuestros derechos como periodistas
profesionales: garantiza la libertad de expresión y pena la
persecución ideológica. El Convenio establece normas en
nuestra relación como trabajadores con la patronal:
condiciones de trabajo, salarios, categorías (igual salario
por igual trabajo). En muchos gremios, los dirigentes han
entregado sus convenios, cambiando condiciones de trabajo
por salario o eliminando categorías, en perjuicio de los
trabajadores. La dirección de la UTPBA afirma no haber
entregado el Convenio ni el Estatuto, lo cual es cierto en
el sentido de que no los han modificado formalmente. Pero en
la práctica, el
Convenio y el Estatuto no se aplican en casi ningún medio.
Esto es parte de una pelea que está pendiente, y que sólo
se puede ganar organizando unificadamente al gremio.
Las instancias organizativas y de participación como la
asamblea general o el plenario de delegados, que han sido
abandonados por la UTPBA (hace 13 años que no las utiliza)
son herramientas útiles para unificar al gremio.
En algunas empresas,
como Crónica (cuya comisión interna integra la
Naranja-Violeta), se
mantuvo el convenio gracias a una durísima pelea, que
incluyó huelga, movilización y golpiza de patovicas
pagados por la patronal. Los trabajadores pudieron librar
esta batalla porque se convencieron de que es importante que
los que realizamos la misma tarea cobremos el mismo salario,
que se efectivice a los tercerizados y facturistas, porque
esa precariedad laboral atenta también contra las
condiciones de trabajo de los efectivos.
La lucha por el Estatuto y el Convenio, y por el salario,
ameritan
una acción unificada, que hay que organizar desde el
sindicato y que la actual directiva de la UTPBA no quiere
hacer.
Urgente: el gobierno
dejó de disimular
La próxima presidenta K, en plena campaña, ni siquiera se
molesta en prometer a los trabajadores mejoras que no va a
cumplir. Se la pasa en reuniones con empresarios, prometiéndoles
un “sinceramiento” y una “normalización” que, por
desgracia, sí va a
querer cumplir, y que significan bajos salarios y ningún
tope a los precios y tarifas. Para cumplir sus promesas a
los empresarios, Cristina propone un pacto
social que los sindicalistas amigos del gobierno y
enemigos de los trabajadores se apresuran a firmar. Los
empresarios que hoy expresan su beneplácito con las
promesas de Cristina, avalados sin tapujos por el gobierno,
van a intentar nuevos zarpazos a nuestros salarios y
condiciones de trabajo.
Los sindicalistas fieles a K hacen su parte: los delegados
del subte están amenazados con el desafuero gremial por
parte de la UTA. La Gendarmería invade el Hospital Francés
y los delegados son procesados, ante la impávida mirada del
sindicato de Sanidad. La CTA del Neumático publica volantes
apócrifos tratando de ensuciar a la oposición luchadora de
Fate (que, de paso, le ganó por paliza a la CTA la elección
de delegados). Y la directiva de la UTPBA, por más que se
rasgue las vestiduras vociferando su pasión anticapitalista
a todos los cielos, se
hace parte de esta avanzada contra la libertad sindical
proscribiendo a la oposición de izquierda.
Las patronales y el gobierno están unidos y avanzan con un
plan global de destrucción del salario y las condiciones de
trabajo. No alcanza con enfrentarlos empresa por empresa.
Los trabajadores también tenemos que tener un plan de lucha
en común. Mal empezamos con una directiva que no quiere
unificar ni siquiera a su propio gremio, ni hablemos de una
pelea contra el pacto social K.
Ni la
camarilla “progre” de Caamaño ni el sindicalismo K de
FATPREN
La lista Violeta propone un cambio global para
nuestra organización gremial. Queremos una directiva que se
ponga a la cabeza de la pelea contra la precariedad laboral
y por el salario. Que a los montones de pibes que hacen
pasantías por 500 pesos, a los facturistas y contratados,
los organice no sólo para charlar sobre comunicación
social, sino para sumarlos a la pelea por la aplicación del
Estatuto y el Convenio en los medios masivos.
La mayoría de los trabajadores (los que
realmente “hacen la producción” en los medios) están
fuera de la organización gremial. Así, la democracia
sindical es fácil de declamar pero imposible de practicar,
porque la verdadera relación laboral entre patrones y
trabajadores no hace ninguna presión sobre los dirigentes
gremiales. Es fácil para los dirigentes esgrimir el viejo
argumento que tantas veces le escuchamos a la actual
directiva: “la gente no quiere pelear”. ¿Cómo va a
querer pelear un trabajador absolutamente precarizado, si no
siente y prueba la unidad y el apoyo del gremio? No por casualidad, en Crónica
la pelea comenzó por
el pase a planta de los tercerizados y la efectivización de
todos. Con un paciente trabajo desde
abajo, de convencimiento y debate en asambleas, se logró
la unidad necesaria para enfrentar los despidos y ganarle a
la patronal, y hoy es uno de los pocos medios masivos donde
el convenio se aplica de verdad.
Este trabajo hay que hacerlo en todas las
empresas. Y más allá de lo que suceda en estas elecciones,
la agrupación Violeta se formó para aportar a la
reorganización del gremio con todos los trabajadores de los
medios, efectivos o no, que quieran unirse para defender sus
condiciones de trabajo y su salario frente a las patronales
y al gobierno que las apaña, y pelear por una nueva
conducción en la UTPBA, independiente de los patrones, del
gobierno y de cualquier burocracia sindical.
Oficialización
de la Naranja-Violeta e independientes
Por una
conducción que encabece la pelea contra la precariedad
laboral y por el salario
Impongamos
el Estatuto y el Convenio en las grandes empresas
Por una
UTPBA independiente de los patrones, el gobierno y de
cualquier burocracia sindical
AGRUPACION VIOLETA en la lista Naranja-Violeta
http//:lavioletadeprensa.blogspot.com -
lavioletadeprensa@yahoo.com
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