Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 110, 13/09/07
 

 

 

 

 

 

A 32 años de la Masacre de La Plata

Reactivación ya de la causa Triple A

Por Oscar Alba

El 4 de septiembre de 1975, en horas de la noche, fueron secuestrados y asesinados cinco militantes del Partido Socialista de los Trabajadores cuando realizaban tareas de solidaridad con los trabajadores de Petroquímica Sudamericana que se encontraban en conflicto y estaban ocupando la planta.  Los cuerpos sin vida de Adriana Zaldúa, Hugo Frigerio, Roberto Loscertales, Ana María Guzner Lorenzo y Lidia Agostini fueron hallados al día siguiente en cercanías de Punta Lara. Inmediatamente el PST inició la denuncia del hecho y los compañeros de trabajo de Frigerio y Zaldúa del Ministerio de Obras Públicas cesaban sus tareas laborales en repudio al asesinato de los mismos. Es entonces que otros tres militantes del PST son secuestrados a la salida del local partidario. Ellos eran Oscar Lucatti, Carlos Povedano y Patricia Claverie que van a ser también asesinados.

Los ocho militantes asesinados en menos de 24 horas significaron un nuevo golpe al PST, que ya había sufrido el asesinato de otros compañeros y pasaron a engrosar la lista de crímenes cometidos contra los luchadores y la izquierda por las bandas fascistas que se agrupaban en la siniestra Triple A, al amparo del gobierno peronista.

La Masacre de La Plata de septiembre de 1975, al igual que los crímenes perpetrados por las bandas de derecha, fue producto de la política represiva con que el gobierno y la patronal respondieron al ascenso de luchas obreras. Sobretodo, unos meses después que una gran huelga general había echado por tierra los planes económicos del gobierno de Isabel Perón y debe estar presente, más aún a pocos días de cumplirse un año de la desaparición de Julio J. López, en la conciencia de los trabajadores, puesto que se avecinan luchas muy duras. La Triple A (que había nacido de las entrañas del tercer gobierno de Perón) fue organizada con elementos de la policía, la derecha peronista y los matones de la burocracia sindical y sus crímenes siguen impunes. La reapertura de la causa por los asesinatos de la Triple A durante el actual gobierno de Kirchner está estancada y la izquierda y los activistas debemos impulsar permanentemente una movilización unitaria para que haya posibilidades de que se investigue y se castigue a los responsables.