Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 110, 13/09/07
 

 

 

 

 

 

EL socialismo de Chávez

Amable con los patronos, duro con los trabajadores

Por Flor Beltrán, desde Caracas

Estamos publicando un artículo de nuestra compañera Flor Beltrán, que reside en París pero de origen venezolano, de una familia trabajadora. Tiene el valor de estar escrito desde una barriada popular de Caracas, con el reflejo de las vivencias cotidianas de los trabajadores de base y los sectores populares. Este informe nos llega en momentos en que sigue arreciando la campaña contra Orlando Chirino por haber osado salir a criticar públicamente las recientes declaraciones y medidas del gobierno de Hugo Chávez; medidas –la reforma constitucional–, lo que, de conjunto, muestra un salto en el giro bonapartista del régimen chavista.

Caracas es ahora una ciudad infernal con un tráfico insoportable, calor de 35° a mediodía. La gente no se presta a comentarios en los buses, la gente anda callada. Algunos dicen que es por miedo a caer en peleas violentas con ciertos fanáticos chavistas. Pero son más bien las preocupaciones que tiene uno en la cabeza, cómo comprar comida con poco dinero o dónde conseguir leche, pollo, azúcar, huevos.

Esta búsqueda de productos alimenticios hace aun más dura la jornada de las mujeres trabajadoras, que día a día deben buscar de bodega en bodega para comprar lo más necesario para sus familias.

Cuando llegan los mercados Mercal (del gobierno), que son instalados algunos un día  a la semana, las mujeres deben hacer largas colas bajo el sol  para conseguir  productos a buen precio, nunca alcanza para todos los que quisieran comprar ni se encuentran todos los productos de la dieta familiar.

El desempleo de la juventud es la fuente de la delincuencia. En los barrios pobres las madres  viven aterrorizadas, no saben qué día les tocará ver morir a algún hijo varón. Cada fin de semana siguen habiendo 30 o más asesinatos de jóvenes en  Caracas por peleas, drogas o simples balas perdidas.

La situación de los trabajadores y el pueblo

Se puede decir que los trabajadores y pueblo pobre está dividido en tres sectores. El primero son los que tienen un trabajo más o menos estable y que en su mayoría no ganan para cubrir sus necesidades (el salario base es de 600 mil bolívares y el costo de la canasta básica va por los 2 millones). El 50% restante de los trabajadores son precarios: taxistas, artesanos, vendedores informales, etc.

El tercer sector es el que se clasifica en pobreza extrema, los desempleados, mujeres solas, que reciben ayuda a través de las misiones.[1] Una "madre de barrio" desempleada y sola recibe una ayuda de 300 mil bolívares. También hay comedores populares que sirven almuerzo a los vecinos del sector que lo pidan, de lunes a viernes. Pero no hay espacio para comer, y vemos algunos hombres comiendo sentados en la acera. Los más pobres continúan buscando cosas en la basura. El camión recolector pasa 2 ó 3 veces por semana. El oeste y centro de Caracas continúa lleno de basura.

En el este vemos que se levantan construcciones modernísimas. No son viviendas, son bancos. "Las ganancias del sistema financiero siguen en alza. Entre enero y mayo los banqueros amasan beneficios por el orden de 1,6 billones de bolívares, que se traducen en un salto de 38,59% respecto al mismo lapso del año pasado", dice el Universal del 16 de junio de 2007. Es el sector más dinámico de la economía.

¿Y por qué no es la vivienda social el sector privilegiado en un país donde hacen faltan más de un millón de viviendas? ¿O la producción de alimentos? Porque tenemos  un gobierno que no responde prioritariamente a las necesidades de la población, sino que es un gobierno capitalista. Cuando asume la construcción de viviendas sociales lo hace a través de constructoras privadas, cuyo interés es el lucro, entonces construyen mal, dejan las casas a medio terminar, con defectos graves, etc. : “En definitiva, las medidas del gobierno venezolano tendientes a aumentar la participación del Estado en la economía no han implicado ninguna nacionalización a gran escala, ni planificación estatal, y han tenido buen cuidado de no asumir funciones administrativas que superen su capacidad actual. Tal y como ya se señaló anteriormente, el gobierno ni siquiera ha incrementado la participación del sector público en la economía. El gasto del gobierno central que hoy asciende al 30 por ciento del PIB, está muy por debajo del de países capitalistas europeos como Francia (49 por ciento) o Suecia (52 por ciento)”.[2]

Por eso no nos extraña que los nuevos inventos del gobierno: Consejos Comunales o PSUV no entusiasmen verdaderamente a la población.

PSUV: el partido peronchavista no arranca

A pesar de todos  los medios puestos en práctica para montar este partido, la  cosa no cuajó, no tuvo para nada el ímpetu, participación y entusiasmo que tuvieron los "círculos bolivarianos". Se inscribieron 5 millones de personas, para muchos  la razón del ingreso al PSUV era "para ver si consigo un trabajo fijo". Miles  se inscribieron porque era obligatorio para los que se benefician de las misiones. Así una compañera que estudia Derecho en la misión Rivas se vio obligada a inscribirse dos veces, una de verdad y otra  como figurante para un video de propaganda para Vive TV, una de las emisoras "comunitarias" financiadas por el gobierno.

Pero llegó la hora de reunir la gente un sábado de  julio, y según  los mismos organizadores (promotores) asistió 16%  de  inscriptos. El sábado  siguiente asistió la mitad a pesar de las amenazas de ser "borrados" de las listas del PSUV,  y el tercer sábado aun menos. Ya una promotora del barrio nos lo había dicho  antes del inicio de las reuniones: "los mismos mandamases (MVR, PPT) lo quieren controlar todo, eso es un MVR reencauchado"[3]. En las pocas fotos de las reuniones que veíamos en la prensa se veía muy poca gente, sobre todo personas mayores.

Tuvo que salir Chávez personalmente para llamar a los batallones del PSUV a luchar por la reforma constitucional a fines de agosto, al poliedro (una gran estructura para espectáculos musicales y políticos), ahora lo que está en el tapete es la reforma constitucional y el PSUV es un apéndice, como los comandos "florentino" cuando el referéndum revocatorio, ahora los batallones  PSUV deben hacer votar la reforma propuesta por Chávez. Claro, el caudillo siempre arrastra, aunque nos atreveríamos a decir que la gente ya se está aburriendo del discurso del líder paternal y populachero.

Hasta uno de los jefes principales Ameliach, dirigente del disuelto MVR, salió a decir en la  prensa que el MVR se presentaría de nuevo a elecciones en 2008[4], lo que le provocó el paso a tribunal disciplinario. Porque ese partido no ha tenido congreso ni elegido delegados, ni siquiera tiene militantes porque sólo hay aspirantes, pero sí tiene comisión disciplinaria. Otro de los caudillos tradicionales, el general Müller, ex integrante de la Comisión Promotora de PSUV, que había denunciado las intrigas por el poder entre los promotores, ahora  califica como "aún más grave" el hecho de que se cree un comité disciplinario sin tener todavía los estatutos del partido. "¿Qué normas van a regir ese tribunal disciplinario? ....esa instancia, que se va a colocar por encima del resto de la militancia", advirtió Müller, El universal 31/08/07.

¡Quién nombró al tribunal disciplinario del PSUV? Chávez, naturalmente. El 28 de agosto anunció que el jefe de dicho tribunal es Diosdado Cabello[5]. Se trata de uno de los militares que más se han enriquecido con el gobierno chavista, uno de los  miembros más prósperos de la nueva boliburguesía.

El fracaso del PSUV no afecta a los trabajadores, al contrario, pero Chávez sí obtuvo un triunfo lanzando ese partido, porque dirigentes clasistas adhirieron al PSUV porque decían que tendría una dinámica progresista que les permitiría un diálogo con las grandes masas. Son los camaradas que sacan el periódico "Marea clasista y socialista". Así Chávez logró con el lanzamiento del PSUV  la división de los dirigentes de la UNT, cooptando ese grupo para ese proyecto de partido policlasista que no entusiasma al pueblo.

La reforma constitucional

Viendo que su proyecto de partido no termina de arrancar, y que los trabajadores siguen reclamando aumento de salarios, Chávez lanza un "huesito" a los trabajadores: La jornada de 6 horas diarias o 36 horas semanales, no inmediatas, sino a aplicar progresivamente. Podemos arriesgarnos a decir que con esta medida trata de neutralizar a los trabajadores, el único sector que se moviliza de manera continua, por salarios justos, que permitan hacer frente a la inflación, que desde hace por lo menos 3 años es de 25% anual en alimentos y otros productos de primera necesidad.

Las 36 horas, una medida que favorecería a un sector de los trabajadores, que cuentan con cierta estabilidad y sindicatos fuertes, sobre todo en las grandes empresas, pero sabemos por la experiencia de la reducción de la jornada a 35 horas en Francia, que la medida no disminuyó el desempleo, que los trabajadores son obligados a trabajar horas extras muchas veces no pagadas, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas y que el ritmo de trabajo se hizo más intenso para muchos sectores obreros. Es lo que el mismo gobierno venezolano ya llama "aumento de la productividad" que según dice será producto de la reducción de la jornada, argumento que utiliza para tranquilizar a los patronos que temen ver disminuir sus ganancias.

El objetivo principal de la reforma es el aumento del periodo presidencial de 6 a 7 años y la reelección indefinida, con lo que piensa estabilizarse en el poder. Por eso Chávez quiere que se vote todo el proyecto en bloque.

Todo el resto de la reforma es un aburrido proyecto de una sociedad "mixta", con propiedad privada, comunal (?) y estatal, que como explicó el compañero Alberto Ramírez del El Trabajador (PST de Costa Rica, agosto de 2007) no es para nada un proyecto de sociedad socialista, aunque la derecha haga un escándalo diciendo que la propiedad privada será eliminada: "Si tienes una casa de dos pisos el gobierno te quitara un piso" y otras tonterías por el estilo.

Duro con los trabajadores

Los contratados en la administración pública son tratados casi como esclavos. Se les paga el salario si al director de turno le conviene. Desde hacía mucho tiempo no se había visto un tal desprecio hacia los trabajadores. Muchos pasan hasta un año sin cobrar y al final no se les ha pagado su trabajo.

Hemos visto cómo los trabajadores de la empresa Sanitarios Maracay, que controlaban la empresa desde su bancarrota, fueron obligados a entregarla de nuevo a los dueños obligados por el ministro del Trabajo del gobierno “socialista” de Chávez.

Las contrataciones colectivas de los trabajadores petroleros, de los empleados públicos, están vencidas. Nunca obtienen un aumento justo que les permita recuperar lo perdido por el aumento de los precios.

Chávez declaró públicamente que estaba contra la autonomía sindical, ha atacado directamente dirigentes sindicales como Orlando Chirino y Marcela Máspero de la UNT.

El gobierno llega incluso a reprimir con bandas armadas, como cuando los empleados públicos fueron expulsados del Ministerio de Trabajo.[6]

Por eso está hoy en la cabeza de cada vez más trabajadores la idea de formar un partido de clase, independiente del gobierno, que realmente defienda los intereses de los trabajadores y los pobres y que permita organizarse para construir un verdadero socialismo.


[1] http://eluniversal.com/2007/08/20/eco_art_pobreza-por-ingresos_415093.shtml

[2] http://www.lahaine.org/b2-img/weisbrot1.pdf

[3] Cuando Chávez llamó a la creación del PSUV, ordenó la disolución de los partidos chavistas  MVR, PPT, Podemos en el PSUV.

[4] http://eluniversal.com/2007/08/23/pol_art_mvr-puede-resurgir-e_421837.shtml

[5] http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.php?act=ST&f=2&t=52013

[6] http://www.mas.org.ar/periodicos/per_109/070831_12y13a_venezuela.htm