Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 111, 05/10/07
 

 

 

 

 

 

Hacia las elecciones del 28 de octubre

“Preparan un pacto antiobrero”

Entrevistamos a Héctor “Chino” Heberling, dirigente del nuevo MAS y candidato a vicepresidente del Frente de Izquierda y de los Trabajadores por el Socialismo que viene de la presentación del frente en la plata y en  Neuquén.

SoB: ¿Cómo podrías sintetizar las propuestas del Frente?

HH: Me parece que hay algunas cuestiones claras. Todos los días los trabajadores sentimos en el bolsillo el deterioro creciente de los salarios. El famoso tope del 16% que acordaron el gobierno, los empresarios y la CGT-CTA era –supuestamente– para mejorar el poder adquisitivo de 2006. Bueno, todo eso fue una verdadera estafa, no sólo no se mejoró sino que en el primer semestre de este año la inflación real ya se comió ese 16%, que en muchos gremios fue en cuotas y todavía no se terminó de cobrar.

Ante esta realidad, los candidatos patronales dan todas las mismas respuestas: hay que ajustar la economía, hay que “sincerar las variables”. Hay matices entre ellos, pero básicamente quieren hacer lo mismo. Macri hizo toda su campaña electoral de la capital diciendo que no iba a subir los impuestos, y ya tiene un récord: no asumió y tiene listo el tarifazo del ABL. Pero Cristina no propone nada distinto, porque el pacto social va  a ser la forma de aplicar el ajuste, y al que lo cuestione se le van a tirar todos encima  empezando por el propio gobierno, siguiendo por los empresarios y culminando con la burocracia sindical en todas sus variantes. Entonces, la primera idea que queremos transmitir es advertir a todos los trabajadores que el pacto social que preparan es un pacto antiobrero y que vamos a tener que enfrentarlo.

Otro de nuestros ejes es la necesidad de que, justamente para poder enfrentar mejor lo que se viene, los trabajadores den pasos hacia su independencia política. Para eso se necesita, por un lado, claras definiciones respecto del gobierno de Néstor, de Cristina o de cualquier variante patronal. Por el otro, el más amplio criterio de unidad de los trabajadores para que formen su propia herramienta política, que para nosotros puede ser un movimiento político amplio que dé cabida a agrupaciones obreras, listas, grupos de activistas y también corrientes políticas. El Frente de Izquierda y de los Trabajadores por el Socialismo no eso, por supuesto, pero consideramos que es un paso que puede ser útil en ese sentido si se le da continuidad.

SoB: ¿Por qué pensás que el gobierno está atacando a la vanguardia independiente?

HH: Los ataques del gobierno a la vanguardia, llámese INDEC, Hospital Francés o subtes, por poner los lugares más importantes, están en regla o en coincidencia con todas las declaraciones y las actitudes que ha tomado la candidata Cristina K cuando a todos los lugares que concurre, que se reúne con empresarios de los grandes grupos económicos del país y del exterior, prometiéndoles normalizar el país y que la Argentina sea un lugar donde las inversiones estén seguras jurídicamente, incluso está el famoso dicho: “hacer plata no es un pecado”. En el trasfondo de esas opiniones y conversaciones con los empresarios, está el compromiso del gobierno de disciplinar a los sectores de trabajadores que en los últimos años han peleado y han conseguido conquistas, en forma independiente de la burocracia y que han llegado a organizar y a dirigir sectores importantes del movimiento de trabajadores. En ese sentido, podemos hablar de un lugar como el Hospital Francés donde, al mandar la Gendarmería lo que buscan es el control del lugar de trabajo, un problema que tiene el gobierno en esos lugares: que no controla política, ni físicamente. Entonces se transforma para él una condición muy importante tener el control para, de alguna manera, evitar más desbordes. O sea, controlar, disciplinar a esos trabajadores, delegados, a sus asambleas democráticas, pasa a ser una cosa de primer orden. En el mismo sentido es lo que pasa en el subte. Desde hace un mes se ha dado una campaña feroz contra los delegados, teniendo en cuenta que es un lugar estratégico, el transporte de la Ciudad de Buenos Aires que mueve un millón y medio de personas por día y los ataques son justamente en íntima combinación con la burocracia de la UTA y la empresa Metrovías porque quieren seguir ganando millones de pesos sin que nadie los moleste. En este caso, la piedra del zapato son los delegados y trabajadores que vienen denunciando todas las irregularidades que se producen dentro del subte a nivel de los subsidios que no se utilizan para lo que corresponde. En definitiva, lo que está en discusión, es ¿quién controla el subte? Para seguir haciendo todos los negociados que vinieron haciendo durante estos años, tienen que, de alguna manera, eliminar a esa organización que han conseguido los trabajadores. Hoy, para sacar a los delegados, pero mañana para atacar sus conquistas como las 6 horas, el nivel salarial. Y más en perspectiva, ellos ya estaban por largar la lucha por el 82%, porque hay un montón de compañeros en edad de jubilarse. También detrás está el tema de sacar la insalubridad. Todos estos ataques tienen que ver con eso: con disciplinar a estos sectores de trabajadores que han sido importantes en los últimos tiempos.

SoB: ¿Pensás que se está viviendo una situación defensiva, entonces?

HH: Hay un debate en la vanguardia de cuál es el motivo de estos ensañamientos y cuál es la situación actual en relación al gobierno. Y eso hay que tenerlo claro, porque podemos caer en que todo lo que se ven son ataques, como que la cosa ya está medio decidida para un lado. “Nos atacan, nos atacan, mucho no se puede hacer”. Nosotros tenemos una visión distinta. Empezando por el primer tema: todas estas experiencias de vanguardia ninguna ha sido derrotada, sino que se mantienen y se vuelven a refrendar cada vez que hay elección de delegados. Se han obtenido conquistas, en algún caso hubo algún empate, o sea, que si hay ataques es porque hay un lugar que ocupan, de importancia, que molestan a los planes futuros del gobierno.

No es que hay una situación que nos pasan por encima. Los ataques, los intentos de represión y demás tienen que ver con eso: con una posición ganada y que el gobierno intenta avanzar sobre esa posición, pero no es que estamos totalmente a la defensiva.  Hasta ahora, podemos decir que a nivel de todo el país la pelea está abierta. ¿Qué quiere decir? Que hay posibilidades de enfrentar estos ataques y ganar, mantener las posiciones que se han conquistado. Uno de esos ejemplos es  Santa Cruz. Una provincia que hasta hace pocos años no pasaba nada, que era dominada por el “virreinato” kirchnerista, ya a partir del año pasado empezó a cambiar la situación con la rebelión de los compañeros de UOCRA que querían pasar a petroleros. Este año volvieron a saltar los petroleros, se extendió hacia los estatales, principalmente los docentes y la pelea sigue. Ahí hay que hacer la figura siguiente: si no pasa nada, no reprimen, porque no hay nada que poner “en caja”. Los ataques, la represión vienen a partir de que hay una situación de lucha, donde sectores de trabajadores salen a pelear. La pelea hay que darla y hay posibilidades de ganarla.

SoB: ¿Cómo ves que hay que organizarse para esta situación?

HH: Nosotros ya dijimos al comenzar el año 2007 que íbamos a luchas duras en relación a uno de los temas que eran las paritarias y la imposición del techo salarial. Las luchas fueron muy duras. La política del gobierno ya “a tono” con normalizar los sectores “díscolos”. En ese sentido, la respuesta para esta situación es la unidad de todos los sectores de vanguardia, de luchadores que están afectados por estos temas y por la vanguardia en general, no solamente por los que están en conflicto. En este caso, el subte lo más probable es que salga a una pelea para defender su organización y sus conquistas y todos los delegados, las internas combativas, los partidos de izquierda y los movimientos sociales que no coptó el gobierno, tenemos que estar todos juntos defendiendo esas posiciones conquistadas por la vanguardia.

Y la pelea es contra el gobierno. Hay sectores de luchadores que le escapan a definirse en una pelea política, cuando es evidente, hace rato que está claro que todas las luchas se enfrentan al gobierno, justamente, de ¿dónde vienen los ataques? Entonces, preparar a los compañeros de cada lugar de trabajo, explicando la situación actual y próxima después de las elecciones, es ir abriendo el paraguas para las futuras embestidas del gobierno. Entonces, tener preparados a los compañeros para, cuando salgan a pelear, sepan a qué se enfrentan. Y para eso hay que salir organizadamente. El tema de la lucha por lugar, por sector, es importante, pero cuando uno quiere avanzar o, como mínimo, mantener lo que ya se conquistó, tiene que apoyarse en otros sectores porque justamente, si nos agarran de a uno, es más fácil que nos pasen por encima.

SoB: En la vanguardia este Frente despertó simpatía, pero también se preguntan: “después de las elecciones, ¿cómo sigue?”

HH: Desde el nuevo MAS justamente lo que vemos es que es una necesidad imperiosa, aparte de pelear por las cuestiones reivindicativas y defenderse del gobierno y la burocracia, para tener presencia política en el país, no hay manera de dar esa pelea si no es con una perspectiva política. Para ir al ejemplo del subte: los compañeros están planteando  las deficiencias de Metrovías en el manejo de los subsidios y demás. Y eso lo denuncian frente a la opinión pública. Pero hay que dar un paso más: hay que dar una respuesta política al conjunto de los trabajadores, de que si con esta situación no estamos de acuerdo, lo impugnamos, ¿qué es lo que habría que hacer? Eso es lo que no se dice al usuario del subte, que son en su gran mayoría trabajadores. Las privatizadas fueron un desastre y no hay ninguna mejora en el servicio, ¿qué es lo que habría que hacer? Desde ese punto de vista, plantear que se tienen que ir los concesionarios privados y que el subte y todos los ferrocarriles vuelvan a ser estatales, con control de los trabajadores, para evitar la metida de la mano en la lata de los funcionarios, es una respuesta política. Para eso, justamente, este Frente que se presenta a elecciones, que va a dar la pelea en octubre por esos planteos, para nosotros no debe terminar ahí, sino que nuestra propuesta es que hay que darle continuidad en un Movimiento Político de los Trabajadores, que no solamente los compañeros que hoy están peleando, sino que otros trabajadores se puedan incorporar a una organización en la que tengan un programa de independencia de clase, respuestas políticas para el conjunto de los trabajadores, denunciando el Pacto Social que se viene, peleando contra la burocracia para obtener la dirección de los sindicatos o las comisiones internas. Y de ahí la necesidad del Movimiento Político. Unificar a la vanguardia y a todos los sectores de izquierda atrás de un programa político de lucha, antipatronal, antigubernamental y antiburocrático.