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Hacia las elecciones del 28 de octubre
“Preparan
un pacto antiobrero”
Entrevistamos a Héctor “Chino” Heberling, dirigente
del nuevo MAS y candidato a vicepresidente del Frente de
Izquierda y de los Trabajadores por el Socialismo que viene
de la presentación del frente en la plata y en
Neuquén.
SoB:
¿Cómo podrías sintetizar las propuestas del Frente?
HH: Me parece que hay algunas cuestiones claras. Todos los
días los trabajadores sentimos en el bolsillo el deterioro
creciente de los salarios. El famoso tope del 16% que
acordaron el gobierno, los empresarios y la CGT-CTA era
–supuestamente– para mejorar el poder adquisitivo de
2006. Bueno, todo eso fue una verdadera estafa, no sólo no
se mejoró sino que en el primer semestre de este año la
inflación real ya se comió ese 16%, que en muchos gremios
fue en cuotas y todavía no se terminó de cobrar.
Ante
esta realidad, los candidatos patronales dan todas las
mismas respuestas: hay que ajustar la economía, hay que
“sincerar las variables”. Hay matices entre ellos, pero
básicamente quieren hacer lo mismo. Macri hizo toda su
campaña electoral de la capital diciendo que no iba a subir
los impuestos, y ya tiene un récord: no asumió y tiene
listo el tarifazo del ABL. Pero Cristina no propone nada
distinto, porque el
pacto social va a
ser la forma de aplicar el ajuste, y
al que lo cuestione se le van a tirar todos encima
empezando por el propio gobierno, siguiendo por los
empresarios y culminando con la burocracia sindical en todas
sus variantes. Entonces, la primera idea que queremos
transmitir es advertir a todos los trabajadores que el pacto
social que preparan es un pacto antiobrero y que vamos a
tener que enfrentarlo.
Otro
de nuestros ejes es la necesidad
de que, justamente para poder enfrentar mejor lo que se
viene, los
trabajadores den pasos hacia su independencia política.
Para eso se necesita, por un lado, claras definiciones
respecto del gobierno de Néstor, de Cristina o de cualquier
variante patronal. Por el otro, el más amplio criterio de
unidad de los trabajadores para que formen su propia
herramienta política, que para nosotros puede ser un
movimiento político amplio que dé cabida a agrupaciones
obreras, listas, grupos de activistas y también corrientes
políticas. El Frente de Izquierda y de los Trabajadores por
el Socialismo no eso, por supuesto, pero consideramos que es
un paso que puede ser útil en ese sentido si se le da
continuidad.
SoB:
¿Por qué pensás que el gobierno está atacando a la
vanguardia independiente?
HH:
Los ataques del gobierno a la vanguardia, llámese INDEC,
Hospital Francés o subtes, por poner los lugares más
importantes, están en regla o en coincidencia con todas las
declaraciones y las actitudes que ha tomado la candidata
Cristina K cuando a todos los lugares que concurre, que se
reúne con empresarios de los grandes grupos económicos del
país y del exterior, prometiéndoles normalizar el país y
que la Argentina sea un lugar donde las inversiones estén
seguras jurídicamente, incluso está el famoso dicho:
“hacer plata no es un pecado”. En el trasfondo de esas
opiniones y conversaciones con los empresarios, está el
compromiso del gobierno de
disciplinar a los sectores de trabajadores que en los últimos
años han peleado y han conseguido conquistas, en forma
independiente de la burocracia y que han llegado a organizar
y a dirigir sectores importantes del movimiento de
trabajadores. En ese sentido, podemos hablar de un lugar
como el Hospital Francés donde, al mandar la Gendarmería
lo que buscan es el control del lugar de trabajo, un
problema que tiene el gobierno en esos lugares: que
no controla política, ni físicamente. Entonces se
transforma para él una condición muy importante tener el
control para, de alguna manera, evitar más desbordes. O
sea, controlar, disciplinar a esos trabajadores, delegados,
a sus asambleas democráticas, pasa a ser una cosa de primer
orden. En el mismo sentido es lo que pasa en el subte. Desde
hace un mes se ha dado una
campaña feroz contra los delegados, teniendo en cuenta
que es un lugar estratégico, el transporte de la Ciudad de
Buenos Aires que mueve un millón y medio de personas por día
y los ataques son justamente en íntima combinación con la
burocracia de la UTA y la empresa Metrovías porque quieren
seguir ganando millones de pesos sin que nadie los moleste.
En este caso, la piedra del zapato son los delegados y
trabajadores que vienen denunciando todas las
irregularidades que se producen dentro del subte a nivel de
los subsidios que no se utilizan para lo que corresponde. En
definitiva, lo que está en discusión, es ¿quién controla
el subte? Para seguir haciendo todos los negociados que
vinieron haciendo durante estos años, tienen que, de alguna
manera, eliminar a esa organización que han conseguido los
trabajadores. Hoy, para sacar a los delegados, pero mañana
para atacar sus conquistas como las 6 horas, el nivel
salarial. Y más en perspectiva, ellos ya estaban por largar
la lucha por el 82%, porque hay un montón de compañeros en
edad de jubilarse. También detrás está el tema de sacar
la insalubridad. Todos estos ataques tienen que ver con eso:
con disciplinar a estos sectores de trabajadores que han
sido importantes en los últimos tiempos.
SoB:
¿Pensás que se está viviendo una situación defensiva,
entonces?
HH:
Hay un debate en la vanguardia de cuál es el motivo de
estos ensañamientos y cuál es la situación actual en
relación al gobierno. Y eso hay que tenerlo claro, porque
podemos caer en que todo lo que se ven son ataques, como que
la cosa ya está medio decidida para un lado. “Nos atacan,
nos atacan, mucho no se puede hacer”. Nosotros tenemos una
visión distinta. Empezando por el primer tema: todas estas
experiencias de vanguardia ninguna
ha sido derrotada, sino que se mantienen y se vuelven a
refrendar cada vez que hay elección de delegados. Se
han obtenido conquistas, en algún caso hubo algún empate,
o sea, que si hay ataques es porque hay un lugar que ocupan,
de importancia, que molestan a los planes futuros del
gobierno.
No
es que hay una situación que nos pasan por encima. Los ataques, los intentos de represión y demás tienen que ver con
eso: con una posición ganada y que el
gobierno intenta avanzar sobre esa posición, pero no es
que estamos totalmente a la defensiva.
Hasta ahora, podemos decir que a nivel de todo el país
la pelea está
abierta. ¿Qué quiere decir? Que hay posibilidades de
enfrentar estos ataques y ganar, mantener las posiciones que
se han conquistado. Uno de esos ejemplos es
Santa Cruz. Una provincia que hasta hace pocos años
no pasaba nada, que era dominada por el “virreinato”
kirchnerista, ya a partir del año pasado empezó a cambiar
la situación con la rebelión de los compañeros de UOCRA
que querían pasar a petroleros. Este año volvieron a
saltar los petroleros, se extendió hacia los estatales,
principalmente los docentes y la pelea sigue. Ahí hay que
hacer la figura siguiente: si no pasa nada, no reprimen,
porque no hay nada que poner “en caja”. Los ataques, la
represión vienen a partir de que hay una situación de
lucha, donde sectores de trabajadores salen a pelear.
La pelea hay que darla y hay posibilidades de ganarla.
SoB:
¿Cómo ves que hay que organizarse para esta situación?
HH:
Nosotros ya dijimos al comenzar el año 2007 que íbamos a
luchas duras en relación a uno de los temas que eran las
paritarias y la imposición del techo salarial. Las luchas
fueron muy duras. La política del gobierno ya “a tono”
con normalizar los sectores “díscolos”. En ese sentido,
la respuesta para esta situación es la unidad de todos los
sectores de vanguardia, de luchadores que están afectados
por estos temas y por la vanguardia en general, no solamente
por los que están en conflicto. En este caso, el subte lo más
probable es que salga a una pelea para defender su
organización y sus conquistas y todos los delegados, las
internas combativas, los partidos de izquierda y los
movimientos sociales que no coptó el gobierno, tenemos que
estar todos juntos defendiendo esas posiciones conquistadas
por la vanguardia.
Y la pelea es contra el gobierno. Hay sectores de
luchadores que le escapan a definirse en una pelea política,
cuando es evidente, hace rato que está claro que todas las luchas se
enfrentan al gobierno, justamente, de ¿dónde vienen los
ataques? Entonces, preparar a los compañeros de cada lugar
de trabajo, explicando la situación actual y próxima después
de las elecciones, es ir abriendo el paraguas para las
futuras embestidas del gobierno. Entonces, tener preparados
a los compañeros para, cuando salgan a pelear, sepan a qué
se enfrentan. Y para eso hay que salir organizadamente. El
tema de la lucha por lugar, por sector, es importante, pero
cuando uno quiere avanzar o, como mínimo, mantener lo que
ya se conquistó, tiene que apoyarse en otros sectores
porque justamente, si nos agarran de a uno, es más fácil
que nos pasen por encima.
SoB:
En la vanguardia este Frente despertó simpatía, pero también
se preguntan: “después de las elecciones, ¿cómo
sigue?”
HH:
Desde el nuevo MAS justamente lo que vemos es que es una
necesidad imperiosa, aparte de pelear por las cuestiones
reivindicativas y defenderse del gobierno y la burocracia,
para tener presencia política en el país, no hay manera de
dar esa pelea si no es con una perspectiva política. Para
ir al ejemplo del subte: los compañeros están planteando
las deficiencias de Metrovías en el manejo de los
subsidios y demás. Y eso lo denuncian frente a la opinión
pública. Pero hay que dar un paso más: hay
que dar una respuesta política al conjunto de los
trabajadores, de que si con esta situación no estamos
de acuerdo, lo impugnamos, ¿qué es lo que habría que
hacer? Eso es lo que no se dice al usuario del subte, que
son en su gran mayoría trabajadores. Las privatizadas
fueron un desastre y no hay ninguna mejora en el servicio,
¿qué es lo que habría que hacer? Desde ese punto de
vista, plantear que se tienen que ir los concesionarios privados y que el subte
y todos los ferrocarriles vuelvan a ser estatales, con
control de los trabajadores, para evitar la metida de la
mano en la lata de los funcionarios, es una respuesta política.
Para eso, justamente, este Frente que se presenta a
elecciones, que va a dar la pelea en octubre por esos
planteos, para nosotros no debe terminar ahí, sino que
nuestra propuesta es que hay
que darle continuidad en un Movimiento Político de los
Trabajadores, que no solamente los compañeros que hoy
están peleando, sino que otros trabajadores se puedan
incorporar a una organización en la que tengan un programa
de independencia de clase, respuestas políticas para el
conjunto de los trabajadores, denunciando el Pacto Social
que se viene, peleando contra la burocracia para obtener la
dirección de los sindicatos o las comisiones internas. Y de
ahí la necesidad del Movimiento Político. Unificar a la
vanguardia y a todos los sectores de izquierda atrás de un
programa político de lucha, antipatronal, antigubernamental
y antiburocrático.
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