Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 111, 05/10/07
 

 

 

 

 

 

Vergüenza nacional

Chirolita K en la ONU

Por Claudio Testa

Todavía muchos recuerdan al famoso dúo de la televisión Chasman y Chirolita. Chasman era un hábil ventrílocuo y Chirolita, su muñeco.

Un parecido show de ventrílocuo, pero nada gracioso, fue transmitido por TV desde la Asamblea General de la ONU, el pasado martes 25, con el presidente argentino en el papel de Chirolita de Bush y Olmert. El centro de su discurso estuvo dedicado a fundamentar una provocación contra Irán, para justificar –como “estado terrorista”– una muy probable guerra de EEUU e Israel.

Desde estas páginas –en el artículo sobre la “causa AMIA”, publicado en SoB Nº 92 del 23/11/06– ya analizamos los mamarrachos jurídicos y de “investigación” que se fueron montando alrededor del atentado. Ningún gobierno argentino, desde Menem hasta Kirchner, ni la justicia, ni la policía investigaron jamás nada en serio sobre este terrible episodio. Se limitaron a bailar al ritmo de la cambiante música que les tocaron los servicios de EEUU e Israel.

La “investigación” inicial se derrumbó en el primer juicio de la AMIA, que terminó con la absolución de todos los imputados y con el procesamiento del juez Galeano, que la había conducido. Se demostró que se trataba de una falsificación de cabo a rabo.

Pero, sorprendentemente, los escombros de ese primer fraude judicial no se desperdiciaron, sino que fueron “reciclados”. Con ellos se montó la segunda causa AMIA, en manos del juez Canicoba Corral y del fiscal Nisman. El expediente de esta “nueva” causa se limita a repetir los chismes sin pruebas transmitidos por la CIA y el Mossad, que además han ido variando según los cambiantes vientos del Medio Oriente.

Así, a veces se habló de la “pista siria”, de la “pista libanesa”, y finalmente de la “pista iraní”. Por supuesto, estos “despistes” fueron variando según los circunstanciales enfrentamientos de EEUU-Israel con esos estados. Pero jamás hubo una sola prueba convincente; sólo chismes.

Por supuesto, nosotros no ponemos las manos en el fuego por el régimen de Irán ni por ningún otro de Medio Oriente. Pero ése no es el problema. La cuestión es que el imperialismo está preparando una guerra, donde se habla hasta de emplear armas atómicas, y el gobierno argentino está suministrando el pretexto necesario para desatarla.