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La Plata: el anuncio de una nueva carrera hizo estallar la
furia estudiantil
Se despierta Bellas Artes
Por Ernesto (Bellas Artes)
De pronto, toda una carrera alzada. Sin que nadie lo
predijera. De pronto, luego de tres años de absoluta parálisis
política, en una semana hubo tres asambleas de Música de más
de 150 personas, una sesión de Consejo Académico colmada
de estudiantes furibundos con la gestión y el Centro de
Estudiantes (CEBA), y una asamblea interclaustro de clara
confrontación entre los estudiantes y la gestión,
instalando un proceso que ya contagió a otras carreras y
abre la perspectiva de una lucha unificada de toda la
facultad brotada de activismo.
El disparador fue una noticia aparentemente progresiva: la
gestión anunciaba la apertura de una carrera de música
popular para el 2008, algo inédito en las universidades públicas.
El Centro de Estudiantes, o mejor dicho, los representantes
estudiantiles del decano Belinche (un frente entre CEPA, MST
y Forjarte, agrupación peronista del decano), dieron el
lunes 24 una “charla” sobre la nueva carrera, de la que
se enteraron menos de 10 personas, para que el tema pasara
de incógnito por el claustro estudiantil hacia su aprobación
en Consejo Académico y luego presentarlo en las cercanas
elecciones como “triunfo histórico” obtenido por “el
protagonismo estudiantil” y lavarle la cara a un Centro
bastante quemado por su franca fusión con la gestión de la
facultad y por su inexistencia entre los estudiantes.
Pero esto que parecía un avance, un éxito, se encontró
con que los pocos asistentes a la charla tenían más de una
duda acerca del proyecto y dejaron pintados a los del CEBA,
que no podían justificar que tamaño proyecto no hubiera
sido discutido por nadie y pretendiera ser aprobado el
viernes de esa semana. Los diez estudiantes que estábamos
decidimos llamar a una asamblea para el jueves y discutir la
situación. El martes a la tarde nos enteramos de que la
gestión, al haberse enterado de nuestra asamblea, adelantó
la sesión para el miércoles a las 8, lo que nos dejaba
desarmados y sin oportunidad de discutir. Los militantes
empezamos a convocar por las aulas al Consejo Académico, y
nos cruzamos con estudiantes independientes que ya estaban
convocando para reunirse esa misma tarde y charlar un poco
antes de la sesión. A la media hora había 150 personas en
el patio de la Facultad, algunos de ellos docentes jóvenes
ad honorem que habían levantado sus cátedras para asistir.
El clima era de bronca y de fervor. Todos los estudiantes
sentían que lo de música popular olía mal, y sospechaban
que de alguna forma los estaban cagando.
El hecho es que la gestión, y junto a ella el CEBA, se
fueron desgastando a lo largo de este año. La gestión,
porque el decano Belinche es muy progre y muy gracioso, pero
a esta altura ya no “chamuya” a nadie, porque habla y
habla pero todos seguimos cursando en el mismo estado
calamitoso de siempre. El CEBA, porque en su fusión política
con la gestión perdió todo contacto con los estudiantes y
toda iniciativa propia, quedando reducido a un mero órgano
de propaganda de las autoridades, sin siquiera un buen
chamuyador para hacerle frente al trotskismo, que es muy
fuerte en la facultad. Y el proceso de lucha por
democratización del cuatrimestre pasado también dejó su
huella: Belinche fue a reelegir a Aspiazu al campo entre
policías a espaldas de los estudiantes, y el CEBA trató
por todos los medios de salvarlo del repudio general que el
Ya Basta! (valga el orgullo) orientó, con la moción que
llevó a la movilización de una asamblea general al
decanato y dejando al decano hecho un trapo.
Por todo esto los estudiantes no le creyeron una palabra a
la gestión, y en la asamblea hubo burlas generales hacia el
CEBA, que no podía creer su desgracia. Resolvimos ir en
masa al Consejo Académico para impedir la apertura de la
carrera hasta que no hubiera jornadas de discusión
resolutivas. Quedó en evidencia que el estudiantado está
muy caliente con las condiciones en que estudia, que ya no
se banca al decano ni a la Unite, y que tiene unas ganas de
luchar que hacen temblar al progresismo.
Al Consejo Académico fueron 100 estudiantes independientes
que reclamaron participación en las decisiones, y varios
profesores que demolieron los argumentos de papel del
decano. La sesión duró cuatro acaloradas horas con
provocaciones tanto de la gestión como de la CEPA, valga la
redundancia, y al final el consejo votó en contra del
mandato de la asamblea estudiantil, aprobando la carrera,
pero “condicionando su apertura a una jornada
interclaustros el viernes”. De inmediato nos reunimos los
estudiantes con más bronca todavía y resolvimos llamar a
nueva asamblea al día siguiente. Otra vez más de 100
personas discutimos la situación, que empezaba a tornarse
confusa. ¿Queríamos o no queríamos que se abriera música
popular? Es que la gestión metió sus fichas, intentando
corrernos el eje de la discusión, que desde el principio
fue para todos la crisis económica en la que se pretende
instalar una nueva carrera y la forma antidemocrática de su
aplicación. Pese a la confusión, logramos que la asamblea
aprobara la exigencia de una discusión integral, no de la
carrera aislada sino de todas las carreras de Música.
Vale decir que desde el consejo académico, cada profesor
ligado a Belinche (son muchos) se dedicó mañana y tarde a
bajar línea, tanto en las clases como en los pasillos y en
la puerta para confundirnos a todos. La interclaustro la
abrió Belinche con un monólogo de media hora y la manejó
el secretario académico, ex presidente del CEBA por Unite.
Los estudiantes fuimos con todo, pero la gestión se desvivió
en maniobras para desviar y trabar la discusión,
interrumpir nuestras intervenciones y cambiar la lista de
oradores a su conveniencia. Al final, luego de un nuevo monólogo
más que emotivo del decano, levantaron la jornada hasta el
miércoles 10. Los estudiantes resolvimos llamar a una
asamblea para el jueves 4.
Si algo quedó claro, además de la defunción del Centro
de Estudiantes en Música, es que la gestión quedó muy
golpeada por el levantamiento estudiantil, y que se la está
jugando a liquidarlo con consignas populistas y ataque
constante a los militantes. Pero, sobre todo, quedó claro
que a un gran número de estudiantes no los pudo confundir
ni quebrar, a los que confrontaron cara a cara con las
autoridades denunciando sus maniobras de chantaje y su
indiferencia antes sus verdaderos intereses. Esa es la clave
para profundizar este proceso abierto: los compañeros
siguen con ganas de luchar.
Desde el Ya Basta! empezamos a trabajar de inmediato para
clarificar la discusión con los activistas independientes
de cara a la próxima asamblea. Es decir: no
se puede hablar de la apertura de una nueva carrera si
primero no se discute nuestro presupuesto actual, y la
manera en que este presupuesto se aplica. ¿Hay plata para
una nueva carrera? ¡Entonces que la usen para afinar los
pianos, para arreglar equipos, comprar instrumentos,
acustizar aulas, pagar salarios, no
para otra carrera precarizada. ¡Nosotros queremos
decidir en qué se usan los fondos! ¿Sólo hay fondos si se
abre una carrera? ¡Entonces Belinche no lucha por los
estudiantes y sus reivindicaciones, sino por su nueva
quintita, y no tiene idea de cuáles son nuestras
necesidades! ¿Quiere que “entre el pueblo a la
facultad”? El pueblo no se va porque no hay música
popular, se va porque no hay un carajo en la facultad, ¡entonces
luchemos por eso! ¡Jornada de lucha por aumento de
presupuesto, con cortes de calle, integrando a todas las
carreras y al bachillerato! ¡Que Belinche baje a luchar a
la calle si quiere al pueblo en la universidad!
Cada vez es más evidente que el problema central nos
atraviesa a todos por igual, tanto a Música como a Plástica,
Cine o Diseño… Cada carrera tuvo su mini proceso, aislado
por los tres edificios y por la falta de una política
clara. Es hora de unificarlos. Música, la única carrera
que no se había movido para nada, la carrera fuerte del
decano, resultó ser la más explosiva. Desde Música, con
este caudal de compañeros combativos proyectaremos una
lucha conjunta que reactive a todas las carreras y las haga
luchar como tanto vienen deseando desde las aulas hechas
mierda. Y en esa lucha una conclusión se caerá de madura:
es hora de recuperar el Centro de Estudiantes para los
estudiantes.
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