Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 115, 29/11/07
 

 

 

 

 

 

Habla una trabajadora del Casino

“Somos tres veces explotadas: por mujeres,
por madres y por trabajadoras”

La marcha del 23 por el Día internacional contra la violencia hacia las mujeres tuvo la participación destacada de las compañeras en lucha. Luego de la marcha hablamos con Olga, una joven trabajadora del Casino.

SoB: ¿Cómo ves el conflicto?

O.: Vemos que es un conflicto duro, con mucha paciencia de los compañeros. Creo que a medida que pasan los días se está remarcando la importancia de esta lucha, sobre todo porque ellos saben que de alguna manera somos la “cabeza” para darle valor al resto de la clase, por eso vinieron a pegarnos. Justamente hoy estaba mirando una foto de la segunda marcha que realizamos por la reducción de la jornada, y ese mismo día, cuando nos enteramos de que los compañeros del INDEC estaban en conflicto, fuimos y nos solidarizamos. Creo que ese fue el último palo que ellos recibieron, y ahí largaron el intento de que no sigamos ejerciendo la solidaridad entre la clase trabajadora, sobre todo porque en la misma semana enviamos compañeros a Mar del Plata al conflicto del pescado; entonces creo que ellos veían que podíamos ser el eje de todos los trabajadores, o al menos de un sector.

SoB: ¿Qué te pareció la marcha del viernes por el día de la no violencia hacia la mujer?

O.: Primero me emocioné mucho, porque estábamos ahí con un grupo de compañeras y compañeros del Casino y sentir que toda la gente estaba absolutamente interiorizada de lo que nos sucedía fue fuerte, porque también nos encontramos con compañeras con las que en su momento también nos habíamos solidarizado, y fue mucho más fuerte ver tantas mujeres en la calle bajo una misma consigna de lucha. Me parece que día a día eso se va sintiendo y me pareció muy positivo, y no fue casualidad que aparezca ese recital en esa oportunidad; fue muy emocionante, me parece que se nota que la conciencia va creciendo y se nota en la cantidad de compañeras que se van sumando.

SoB: ¿Cómo ves la pelea que tienen ustedes por las compañeras que pierden sus embarazos, y la lucha por el derecho al aborto?

O: En el marco de que estamos luchando por la reincorporación de nuestros compañeros, que lo único que hicieron fue defendernos, no solamente de la patota, sino que también estaban ayudándonos a organizarnos para defender la vida de nuestros hijos y la vida de nosotras mismas. En ese marco nos solidarizamos, porque el Estado no protege a la mujer que quiere ser madre y tampoco a la que no quiere serlo.

El Estado no da educación sexual, no pone a disposición los anticonceptivos y mucho menos la posibilidad de un aborto legal y gratuito, y al mismo tiempo les da la vía libre a los patrones para que puedan hacer de la vida de nuestros hijos lo que quieran; con nacimientos prematuros o abortos espontáneos, por las largas jornadas de trabajo, que era lo que estaba sucediendo con todas nosotras.

SoB: ¿Nos podés contar un poquito más sobre eso?

O: Yo personalmente tuve una situación así, no me avergüenzo porque son muchos los compañeros que saben que hace dos años perdí un embarazo entrando al cuarto mes. Uno al principio piensa que es porque es madre primeriza y los médicos llegan a decirte eso, pero cuando mirás a tu alrededor ves que tus compañeras tienen el mismo problema y a veces en el segundo embarazo, y recién en el tercer embarazo tienen la posibilidad de conservar su bebé, pero después con investigación te vas dando cuenta que es por estar tantas horas paradas, por rozar tus caderas con zonas duras, por la contaminación ambiental a que estamos expuestas y todas las condiciones que hacen a la larga jornada de laburo que una tiene. A nosotras, si bien el año pasado logramos tener un poco más de descanso, eso no nos garantiza que no estemos más de hora y media en la mesa si el jefe se equivoca, además del hostigamiento y la violencia que a veces ejercen nuestros jefes con nosotros. También estamos expuestos a una clase de público que, en su gran mayoría, su patología no pasa sólo por jugar sino por maltratar a la persona que está enfrente.

Esto que te cuento de lo que sufrimos las trabajadoras del Casino es lo que les pasa a las mujeres en todos los ámbitos: somos tres veces explotadas, primero por ser mujer, por ser madre y por ser trabajadora.

SoB: Se notó en la marcha la fuerza que tienen.

O: De hecho, durante el primer ataque que sufrimos de la patota, el 11 de junio, los jefes se encargaron de que quienes estábamos abajo fuéramos todas mujeres. La primera en cobrar en esa oportunidad fui yo; nadie dudó en salir a defenderse, pero fue de las mujeres de quien los patoteros se llevaron más recuerdos. Eso marca la fortaleza que hay. De todas maneras, una de las cosas que me quedó muy grabada y el orgullo que siento de ser parte de este conjunto de mujeres es que el 5 de junio, cuando nos golpearon, cuando sufrimos la represión de la policía frente al Ministerio de Alem, fue ver que había muchas compañeras con sus bebés y muchas de ellas dejaban a sus chicos con otra compañera en un hall del edificio y salían a defender a sus compañeros. Eso marcó la solidaridad y ese lazo que se formó entre compañeros: ninguna de ellas dudó en dejar al hijo en custodia con otra compañera y salir a defender a los compañeros que estaban siendo fuertemente reprimidos. Eso me llenó de orgullo y te llena de fuerzas para seguir adelante.