La
lucha del Casino en un “limbo legal”
Es hora de llevar el acampe a Plaza de Mayo
La
lucha de los trabajadores del Casino Buenos Aires es el
conflicto más importante de la actual coyuntura. Está
enfrentando la política K de normalizar el mecanismo de los
despidos como algo propio del funcionamiento “regular”
de la economía. También desafía la expresa política
gubernamental –reafirmada por Cristina– de ir al ataque
contra los sectores independientes y de vanguardia como una
avanzada para la imposición del tramposo Pacto Social.
Por
lo que venimos señalando, no fue tan sorprendente que en el
momento de escribir estas líneas (miércoles 12/12) la
patronal haya violentado la conciliación obligatoria
dictada por el Ministerio de Trabajo, ministerio que ha
venido siendo cómplice de las movidas de los
testaferros K . 1
A
la instancia de conciliación se había llegado luego de
semanas de lucha y acampe en los accesos del Casino en
Puerto Madero, jornadas en las que el gobierno K venía
“ninguneando” esta abnegada pelea. La circunstancia fue
que la salvaje represión llevada adelante por la Prefectura
en la noche del martes 4/12, se le terminó volviendo en
contra, por lo cual al otro día acababa dictando una
conciliación.
Al
mismo tiempo, se recuperaba el acampe;
“reconquista” que fue muy justamente festejada por los y
las trabajadoras del Casino –y por todas las corrientes de
la izquierda que venimos acompañando esta dura lucha–
hasta altas horas de la noche.
La
conciliación tenía por efecto retrotraer la situación al
punto anterior al conflicto. Pero ya estaba claro –y debe
seguir estándolo– que de ninguna manera dirime la
situación de fondo de los casi 100 compañeros despedidos.
Entre la provocación y el “limbo
legal”
Como
venimos señalando, luego de semanas de pelea y acampe los jóvenes
trabajadores del Casino habían lograron imponer la
conciliación obligatoria. Sin embargo, en la mañana del miércoles
12, la conciliación se revelaba –a todos los efectos–
con pies de barro. Es decir –y al menos en parte–
como un mero operativo de manipulación. Porque hasta
ahora sólo ha servido a los efectos de sortear sin obstáculos
la asunción de Cristina K el pasado lunes 10.
Es
que la misma no ha tenido el menor efecto práctico
para impedir que, vencida su fecha de entrada en vigencia,
la empresa la haya “desacatado”. Hasta al punto de ampliar
la lista de despedidos incluyendo en ella a los máximos
representantes del Cuerpo de Delegados. Todo esto por
intermedio de una presentación legal –en el juzgado de la
jueza Servini de Cubría– hecha en común con sus perros
falderos de ALEARA y el SOMU y con la excusa de “no dejar
entrar a los violentos”.
Sin
embargo y ante lo escandaloso de la situación, luego del
mediodía y de no dignarse a recibir a los representantes de
los trabajadores, la misma Servini decretó el “cierre
del Casino”. ¿Qué significado tiene esto? A decir
verdad, NO está demasiado claro y hay que ver los alcances
“legales” de esta jugada. Porque los trabajadores han
quedado en una especie de “limbo legal” entre la
conciliación gubernamental, el cierre del Casino y los casi
100 despidos...
Si
desde el vamos estaba claro que aun con la puesta en práctica
de la conciliación el conflicto seguiría abierto, y
que una vez vencido el plazo legal inevitablemente la lucha
se reabriría, las cosas se han precipitado.
Hacer
responsable a Cristina K
A
pesar de las contradicciones que evidentemente hay y que se
tienen que aprovechar, lo que queda es que se ha puesto en
pie una Santa Alianza reaccionaria contra los
valerosos trabajadores del Casino entre el gobierno K, la
justicia, la patronal y la burocracia sindical.
Esto
es así porque son un ejemplo de enorme lucha y
abnegación contra los atropellos que acostumbran
cotidianamente a hacernos en este sistema capitalista. También
porque los compañeros que está al frente de la lucha
constituyen un Cuerpo de Delegados y un conjunto de
activistas independientes de los burócratas sindicales,
donde todo se decide por el método de la asamblea y donde
tiene una influencia importante la izquierda combativa.
Además,
todos estos elementos señalados, se conjugan con la
necesidad de Cristina K de ir preparando el terreno para la
aplicación del sucio y tramposo “pacto social” cuyo único
y excluyente objetivo será hacerle pagar a los
trabajadores el costo de un ortodoxo ajuste económico.
Ajuste del que cada vez se habla más dada la actual
coyuntura económica internacional de creciente peligro
recesivo.
Para
derrotar esta política provocadora y anti-obrera, hay que
cortar por lo sano con las maniobras del gobierno K. Hay que
buscar la manera de hacerle pagar el más alto costo político
posible. Porque es el momento de endurecer la lucha,
haciendo todo lo que esté a nuestro alcance, incluso
apelando a muy duras medidas de pelea, para que el nuevo
gobierno de Cristina K se vea ante el peligro de pagar un
enorme costo político. Un costo político que se
le haga insoportable en momentos en que recién
comienza su gestión y se empiezan a multiplicar reclamos
desde un sinnúmero de sectores sociales y políticos.
Porque la lucha del Casino se puede ganar si logramos
entender que se trata de un conflicto político de
envergadura nacional y actuamos en consecuencia.
Notas:
[1].
Todo el mundo sabe que uno de los principales accionistas
del Casino es Cristóbal López, muy vinculado a los esposos
K.
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