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Casino
Buenos Aires
Lecciones de una lucha en curso
La durísima lucha que están protagonizando los
trabajadores del Casino va por varias semanas. En el momento
en que está siendo redactado este artículo (mediodía del
miércoles 12/12), se está enfrentando la circunstancia de
una conciliación obligatoria que parecería no tener efecto
práctico alguno al tiempo que la empresa ha sido
“cerrada” por la jueza Servini de Cubría hasta nuevo
aviso...
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La
lucha del Casino y la izquierda
¿La conciencia vale cero?
Siendo
la del Casino un pelea tan política, y aunque parezca increíble,
desde varias corrientes de la izquierda se exhibió una
redonda negativa a ayudar en la politización de la
lucha. Parece que en su sesgado criterio demagógico y /
o sindicalista, muchas cuentan cero con el
progreso de la conciencia de la base trabajadora.
Casi se podría decir que si algo distinguió la actuación
de algunas corrientes, fue esta cerrada negativa a
proyectar el conflicto al terreno político nacional,
involucrando de lleno en el mismo al gobierno K.
¿Sindicalismo, demagogia o politización?
Cuatro hemos sido las corrientes de la izquierda que más
cotidianamente nos volcamos a esta lucha: el PO, el PTS, el
nuevo MAS y el PCR. Pero se puede decir que -en lo
fundamental- solo tres han sido los alineamientos políticos
básicos.
En el caso del PO, lo más “delicado” de su orientación
ha estado en la creencia que habría alguna manera de
“proteger” y/o “salvar” al cuerpo de delegados... independientemente
de la suerte de la lucha por la reincorporación de TODOS
los despedidos. Pero está claro que si los despidos
pasan, los delegados tendrán los días contados. Esto no ha
hecho más que ratificarse en la lista de “violentos”
presentada a estas horas por la empresa, en la que figuran a la
cabeza de la misma los más importantes miembros del
cuerpo de delegados y el activismo.
A la vez, con su habitual comportamiento sindicalista y
“autoproclamatorio”, una y otra vez desalentó la puesta
en pie de una Comisión mínimamente seria de apoyo a la lucha Esto con el ridículo argumento de que “la
coordinación se hace dentro del PO”... al tiempo que no
por esto dejaba de tener empacho en crear expectativas en
la burocracia de ALEARA!
Por su parte, el PTS y el PCR expresaron -en varias
circunstancias fundamentales-, un posicionamiento común.
Quizás un desprevenido se sorprendería como una y otra vez
algun compañero ligado a estas organizaciones han
intervenido afirmando, taxativamente, que el problema del
gobierno “no es lo principal”; o mismo, militado
porque las banderas de la izquierda “no aparecieran en
las movilizaciones”!
¿Cuál puede ser el hilo conductor de un comportamiento
de estas características? En el caso del PTS, el creer
que haciéndole el juego a los aspectos menos desarrollados
de la conciencia de los trabajadores –el mismo comportamiento
observado en FATE-, podría quizás sacar una tajada en
relación al resto de las corrientes de la izquierda.
Una orientación diferente
El nuevo MAS ha venido insistiendo en una orientación diferente.
Partiendo del punto clave que ha venido siendo el fortalecimiento
y recuperación del acampe (al que desde la juventud del
Ya Basta! venimos acompañando día y noche desde el
principio), desde el comienzo de esta lucha hemos insistido
en que la clave del conflicto es su proyección
política nacional haciendo directo responsable por la
suerte del mismo al gobierno K. Es decir, tener todo
tipo de iniciativas para sacarlo hacia fuera y aumentar
sus puntos de apoyo para transformar la pelea del Casino
en un hecho político nacional.
En síntesis: en una lucha política que solo se puede
saldar exitosamente con el ingreso de TODOS los compañeros
despedidos y con claridad política. Es decir,
contando con el desarrollo de la conciencia de la
base trabajadora y no lo contrario.
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Mientras la lucha prosigue, nos referiremos a algunas de
las enseñanzas que va dejando esta pelea y a los
debates que se han ido desatando entre las fuerzas de
izquierda que estamos participando de la misma.
Una enorme “fábrica” de juego
¿De
que hablamos cuando nos referimos al Casino Buenos Aires?
Estamos haciendo alusión a una enorme “fabrica del
juego”. ¿A qué patronal se le puede ocurrir montar
un casino con casi 3.000 trabajadores, donde la inmensa mayoría
de los mismos no superan los 25 ó 30 años? Esta realidad
generacional y esta acumulación en un solo punto de tal
cantidad de trabajadores, es uno de los elementos que
explican la enorme combatividad y voluntad de lucha de
l@s compañer@s.
Una
experiencia de organización independiente y de lucha que
comenzó en los inicios del año 2006 y que paso por tres
conflictos de creciente magnitud hasta llegar al actual, él
de mayor envergadura e importancia política. De pleno
derecho, la base trabajadora del Casino, tiene todos los
rasgos que venimos caracterizando como el ingreso a la lucha
y al proceso de reorganización de una
nueva generación
de trabajadores. [1]
Es que no todos los días se ve la suma de tanta
combatividad, espíritu de lucha y creatividad a la hora de
tomar medidas. En este sentido, el ejemplo de la
marcha “fúnebre” y el “cotillon” preparado para la
ocasión por los compañeros, fue una buena expresión de lo
que estamos señalando.
Combatividad
que se combina –también hay que decirlo- con una cierta
falta todavía de mayores elementos de politización;
aunque esta también ha venido avanzando al calor del
conflicto. Esto, no sin vencer también la resistencia
de algunas de las corrientes de la izquierda que vienen
teniendo el triste privilegio de tocar los acordes más apolíticos
de la lucha.
Es
de destacar, a la vez, la masividad y espíritu combativo de
una amplia franja de compañeros “activistas”; luchadores
que son, digamos, la avanzada de la pelea. Es así
que el Cuerpo de Delegados se puede apoyar en varias líneas
de activos compañeros que dan sustento e impulso a la
pelea.
Acampe y lucha política
Del
conflicto en curso, dos son los elementos que creemos
necesario destacar. En primer lugar, el acampe que se viene
realizando en torno al casino. Ha sido de enorme importancia
esta medida de lucha y organización, así como la disposición
a la pelea que se ha reflejado en el hecho que, a lo largo
de ya prácticamente un mes, cientos de compañeros
trabajadores se hayan dado cita en dos turnos en un
acampe-piquete que bloquea las tres puertas de acceso al
establecimiento impidiéndole a la patronal que pueda
hacerlo funcionar con un mínimo grado de normalidad.
Aquí
hay otra particularidad. La mayoría de los asistentes al
Casino son clientes; es decir, gente que va
asiduamente al mismo. A más de la “enfermedad” –y
disponibilidad de fondos- de estos jugadores empedernidos,
muchos de ellos tienen relaciones de “usuarios”
establecidas con sus trabajadores. En este sentido, la
política de los compañeros de intentar “persuadirlos”
para que no ingresaran al establecimiento -realizando piquetes
de convencimiento- ha sido otra de las experiencias
dignas de ser subrayadas.
Pero
si alrededor de la necesidad de realizar el acampe se ha
venido expresando una clara comprensión entre toda la base
trabajadora, el entendimiento no ha sido tan “lúcido” a
la hora de precisar que orientación política darle
al conflicto. Es decir, del problema de la responsabilidad
política directa del gobierno K en esta pelea.
En este punto, tallaron las distintas posiciones que
expresamos las corrientes de la izquierda. Porque
contradictoriamente con las naturales tendencias
“reivindicativas” de la base trabajadora, lo que se ha
venido revelando como la “llave” principal para evitar
que la pelea quede “sin aire”, ha sido el proyectar
la lucha al plano político nacional.
En
este sentido, desde el nuevo MAS, desde el comienzo mismo de
esta lucha caracterizamos la misma como una pelea política,
razón por la cual tendimos a coincidir con un importante
sector del activismo independiente que veía y ve la
cosa en este mismo sentido.
Las banderas
Precisamente, otra importante característica que ha tenido
esta lucha, es que se ha tratado de una pelea de “puertas
abiertas”. ¿Que queremos decir con esto? Nos interesa
subrayar que más allá de las reiteradas discusiones acerca
de si “las banderas si o las banderas no”, las mismas
características de la medida de lucha del acampe y también,
la amplitud de criterios de los trabajadores del Casino, les
ha permitido rodearse del apoyo militante de varias de
las más importantes organizaciones de la izquierda, apoyo
que en determinadas circunstancias criticas fue, a todas
luces, de fundamental importancia.
Subrayamos esto porque no todos los días ocurre lo propio.
Pero en los conflictos donde sus trabajadores se manejan de
manera independiente de los aparatos sindicales burocráticos,
esta viene siendo la norma.
Sin embargo, en muchos casos todavía pesan los
“prejuicios” que se encargan de hacer circular el
gobierno y los burócratas sindicales contra la izquierda;
izquierda que es la que –en última instancia- es la única
que se hace presente y se juega al apoyo de la lucha.
Y el carácter de puertas abiertas del acampe,
evidentemente facilitó esta tendencia, al tiempo que sirvió
(y sirve) para que toda una camada de militantes socialistas
hiciera –en muchos casos- sus primeras armas en el apoyo a
una lucha de trabajadores; y no de cualquier lucha, sino una
de las más apasionantes de los últimos meses.
Es de señalar que el referido ingreso de una nueva
generación a la lucha, es un fenómeno que tiene
alcances internacionales. En diversos artículos
de análisis respecto de la reciente ola de huelgas del
transporte contra el gobierno francés de Sarkozy se señalaba
este mismo fenómeno. Lo mismo que es un hecho la
tendencia a crecientes luchas de la clase obrera, como
las recientes huelgas ferroviarias y del transporte
en Alemania e Italia, o el desarrollo de luchas obreras
de magnitud en países tan disímiles como Rusia, Sudáfrica
y Egipto.
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