Socialismo o Barbarie, periódico Nº 116, 13/12/07
 

 

 

 

 

 

Historia

La Revolución Mexicana de 1910

Por Oscar Alba

El 6 de diciembre de 1914 las tropas campesinas de Emiliano Zapata y Francisco Villa entran en la ciudad de México conformando uno de los puntos culminantes de la Revolución Mexicana de principios del siglo XX. La revolución campesina en México, como todo proceso revolucionario histórico, va a estar precedida por un período en que las fuerzas políticas, económicas y sociales se enfrentarán y convulsionarán a todo el país. Presentamos lo que a nuestro parecer son los hechos y las conclusiones más relevantes de esta gran revolución. Por su extensión, se publicará en dos partes.

El Pearson´s Magazine, periódico norteamericano, publicó en marzo de 1908 una entrevista entre Porfirio Díaz, presidente de México y el periodista James Creelman realizada en el Castillo de Chapultepec, lugar de residencia de Díaz. La entrevista adquirió una gran importancia política puesto que en la misma el general Díaz planteó su decisión de dejar el gobierno al final del período presidencial. Hacia 27 años que el dictador mexicano de 78 años gobernaba México y su anuncio era más que significativo. Junto a la decisión de abandonar la presidencia, Díaz, también habló de permitir la existencia legal de partidos opositores y de la necesidad de establecer la democracia en el territorio de su país. Si bien no era la primera vez en que el dictador anunciaba su retiro, sus palabras adquirieron un gran peso político debido a la situación política por la que atravesaba México. La agitación política había ido en aumento pese a la mano dura del “porfirismo”. La organización y las huelgas en el movimiento obrero, el problema agrario y los reclamos de democratización del régimen surgían desde los distintos sectores de la sociedad mexicana.

Desarrollo económico y superexplotación

La dictadura de Porfirio Díaz había promovido cierto desarrollo capitalista en algunos sectores de la economía. En la minería, una ley promulgada por el gobierno brinda concesiones y privilegios para las inversiones en la minería. “En 1890 se hallan instaladas en el país la Mexican Cooper Company, Mexican Investmen Cooper, Camarones Cooper, Santa Luisa Cooper, Caylloma Silver Minning y Tamuel Nitrate Company. Hacia 1910, el capital extranjero controla casi todas las minas, la industria petrolera, las principales plantas eléctricas, gran parte de los ferrocarriles, varios de los principales bancos (...) establecimientos manufactureros, 172 de los 212 establecimientos comerciales y un quinto de las tierras." (1)

Mientras tanto, la estructura agraria no va a diferir de la situación que por entonces vivían los países latinoamericanos con mayor población campesina. En este sentido, el gobierno porfirista garantizó la consolidación del latifundismo y además abrió las puertas a las companías extranjeras para que se adueñaran de importantes extensiones de tierras en el norte mexicano. De esta manera el problema de la tierra se agudizó y va a ser uno de los gérmenes del proceso revolucionario mexicano.

El desarrollo capitalista en los sectores industriales y financieros y el enriquecimiento de los latifundistas y companías privadas en el campo (partes de un mismo desarrollo capitalista) se asentó en una vieja receta burguesa: la superexplotación y la represión al movimiento obrero y campesino.

Las luchas obreras

Con el auge industrial va a conformarse un importante movimiento obrero que comienza a organizarse. Así van surgir distintas agrupaciones que irán  nucleando en cooperativas, mutuales y gremios a tejedores, albañiles, ferroviarios y otros. Porfirio Díaz va a perseguir todo movimiento de sindicalización y va a prohibir la prensa anarquista y socialista por lo cual los trabajadores debían moverse con mucho cuidado. Las luchas serán fundamentalmente por mejoras salariales, reducción de la jornada laboral a 8 horas (se trabajaban de 14 a 16 horas) y mejores condiciones de trabajo. Existía un hecho que dividía a los trabajadores mexicanos de los extranjeros (fundamentalmente norteamericanos): los obreros norteamericanos eran mejor pagados y esto llevaba a  duros enfrentamientos entre los propios trabajadores.

El 1º de junio de 1906, en el Estado de Sonora, limítrofe con los EEUU y sobre el Golfo de California, estalló una huelga en las minas de cobre de la Cananea Consolidated Company Cooper, cuyo dueño era el coronel norteamericano William Greene. Los trabajadores exigieron que se redujera la jornada laboral a 8 horas, que los salarios se equipararan con los salarios de los obreros estadounidenses que trabajaban allí y el despido de los capataces más crueles. La patronal llamó a los guardias rurales y solicitó auxilio al embajador yanqui, lo que significó que llegarán soldados Rangers del estado yanqui de Arizona para reprimir a los mineros. Finalmente el movimiento huelguístico fue aplastado y sus dirigentes, Manuel Diéguez y Esteban Calderón fueron condenados a quince años de prisión.

A fines de ese año, en diciembre, los obreros textiles de Tlaxcala y Puebla salieron a luchar por el derecho a organizarse sindicalmente. “Hacía unos meses que se había constituido en Río Blanco el Gran Círculo de Obreros Libres. Su órgano periodístico, Revolución Socia, publica artículos de abierta oposición al régimen, inspirándose en los principios del partido de los Flores Magón”(2). Los círculos se extienden a otros estados como Veracruz y Oaxaca y la cámara patronal reglamenta la prohibición para sindicalizarse. Los obreros deciden salir a la huelga. Ante lo cual Díaz manda un arbitraje. En enero el  arbitraje del gobierno ordena volver al trabajo y los obreros forman piquetes para garantizar que nadie entre a trabajar y allí se produce un incidente entre obreros y dependientes de la tienda de raya. Hay un disparo y cae un obrero. “La muchedumbre se arrojó sobre la tienda y después de saquearla, la incendió. La muchedumbre indignada y rabiosa, formada por hombres, mujeres y niños, resolvió marchar a Orizaba. Mucho de ellos no volverían a sus jacales. Una fracción del 12º regimiento se había apostado en la curva de los Nogales y al aparecer la multitud los soldados dispararon sus armas, una y muchas veces. Cumplían órdenes de su jefe, el General Rosalío Martínez. No hubo aviso previo de intimidación. El saldo: 200 víctimas entre muertos y heridos.” (3) Rafael Moreno y Manuel Juárez, presidente y secretario del Gran Círculo de Obreros Libres fueron fusilados y otros dirigentes fueron enviados a los campos de trabajo forzado en el estado de Quintana Roo al sur de la península.

El movimiento huelguístico llegó al Distrito Federal en donde se registraron alrededor de 120 huelgas durante el “porfiriato” que fueron salvajemente reprimidas.

Este proceso de heroicas luchas obreras, no obstante, no podrán poner en pie una alternativa política capaz de acaudillar a los demás sectores oprimidos, fundamentalmente a los campesinos pobres y minifundistas para enfrentar al régimen de Porfirio Díaz desde una perspectiva de clase.

A fines del siglo XIX el anarquismo adquiere fuerza en sectores obreros (5) y en menor medida los socialistas.  Las publicaciones como la Comuna Mexicana y El Socialista respectivamente van a abrirse paso entre la represión y las prohibiciones del régimen y organizarán grupos de trabajadores ganando a importantes dirigentes obreros.

En 1905 se funda el Partido Liberal Mexicano que presenta un programa de reformas políticas y económicas que toman reivindicaciones obreras y en el terreno político se oponen a la dictadura de P. Díaz y propuestas de corte populista y democráticas. A diferencia de los primeros planteos del dirigente anarquista Flores Magón que planteaba sustituir la propiedad privada por la propiedad colectiva, el PLM, en su programa le asignaba a la misma una función social.

En 1908 Flores Magón organiza un movimiento revolucionario y se producen levantamientos en localidades de los estados de Coahuila, Yucatán y Chihuahua pero son aplastados por el ejército.

Una de las organizaciones que tuvo importancia fue La Casa del Obrero Mundial cuyos militantes “defendían el anarcosindicalismo como un plan que anticipaba la toma definitiva del poder por parte de los obreros por medio de una huelga general que acabaría con el capitalismo” (John M Hart, citado en “Los obreros en México, 1875-1925”). Posteriormente, en 1915, La Casa... se a va a unir a las fuerzas constitucionalistas que dirigía la burguesía y va a aportar 7000 hombres para combatir contra las guerrillas campesinas de Emiliano Zapata y Francisco Villa. El General Venustiano Carranza, líder de las fuerzas burguesas, en premio por tamaña colaboración va a romper el acuerdo y suprimirá a La Casa del Obrero Mundial.

La derrota del movimiento huelguístico y la represión a sus organizaciones en la primera década del 1900 significó la salida de la escena de la lucha de clases mexicana de la clase obrera como sujeto social del proceso revolucionario que se va desarrollar, fundamentalmente, a partir de 1910. A sangre y fuego la dictadura porfirista por un lado y con promesas de reformas de los sectores políticos burgueses, por el otro,   enchalecaron e institucionalizaron al movimiento obrero.

La confluencia del problema irresuelto de la tierra y la Reforma Agraria y la lucha por un cambio de régimen van a poner sobre el tapete a nuevos actores generando una revolución que tendrá a los campesinos pobres como protagonistas fundamentales de este proceso.


Notas:

1- Zapata. La revolución campesina en México, Silvia Cragnolino, Centro Editor de América Latina

2- Silvia Cragnolino, op. cit.

3- Silva Herzog, Breve historia de la revolución mexicana. Fondo de Cultura Económica, México, 1960

4- Zapata. La revolución campesina. S, Cragnolina

5- “El movimiento anarquista se reorganiza a fines de siglo y cuenta con figuras como Ricardo y Enrique Magón, Librado Rivero,  Praxedis Rivero y Juan Sarabia que habían comenzando actuando en los clubes liberales, creados a partir de la fundación del Círculo Liberal Ponciano Arriaga en 1899 en San Luis Potosí” (Silvia Cragnolino, op. cit.)