Córdoba-Río Cuarto
La Universidad al servicio de las empresas
mata
estudiantes y docentes
Por Adrián Peryam
El miércoles 5, la ciudad de Río Cuarto volvió a
ser el centro de la escena, cuando las explosiones
producidas por el trabajo con hexano en la Universidad
costaron la vida de dos personas y muchos heridos.
Todos los días vemos cómo la sed de ganancia de los
capitalistas destroza la vida de los trabajadores. Los
accidentes de trabajos son moneda corriente y la inseguridad
en los puestos de trabajo sigue y son cosa de todos los días.
Ni qué hablar de los trabajadores de la construcción que
por los ritmos acelerados que llevan en la construcción de
edificios y torres caen como moscas. Esa sed de ganancia de
los capitalistas también se traslada a los claustros
universitarios.
Una investigación sobre la forma de extraer aceite
hizo que se trabaje con un gas que es altamente inflamable.
Todo hacía prever una tragedia, la falta de control sobre
lo que se hacía y la falta de estructura en la que se
trabaja convirtieron la posibilidad en una certeza.
Las primeras versiones sobre qué es lo que se hacía
con el hexano llevaron a explicar que era un emprendimiento
financiado por la empresa del senador y recientemente electo
diputado nacional por el kirchnerismo,
Roberto Urquía, que es la Aceitera General Deheza, pero
como siempre sucede en estos casos, la prensa tapa y no se
habla más sobre los funcionarios involucrados en estos
casos y se empieza a desviar hacia otros sectores.
Este accidente revela cómo las universidades
nacionales están investigando para las empresas privadas y
éstas se ven beneficiadas porque tienen profesionales y
estudiantes calificados trabajando para ellos a cambio de
becas o pasantías rentadas, disminuyendo los costos por
mano de obra y acelerando las investigaciones para que las
empresas obtengan grandes ganancias.
Al mismo tiempo, estudiantes e investigadores
trabajan prácticamente gratis para que los grandes
empresarios sigan amasando fortunas, sin devolver nada a
cambio y sin siquiera invertir en las condiciones mínimas
de seguridad.
Ante la tragedia se empezaron a desarrollar asambleas
interclaustros en las que participan cientos de estudiantes
y docentes que debaten sobre lo que pasó.
En este contexto es necesario luchar por mejores
condiciones laborales, mejores condiciones de seguridad en
los lugares de trabajo y al mismo tiempo se vuelve a poner
de manifiesto la necesidad de transformar la educación para
que la misma esté al servicio de los trabajadores y el
pueblo y no para los grandes capitales, esto lleva de lleno
a enfrentar a la LES.
Este es el debate que debemos llevar adelante los
estudiantes universitarios, y no los debates a puerta
cerradas en los que no se discuten los proyectos de fondo,
sino que mantienen el contenido con cambios cosméticos.
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