Asumió Macri: despidos y cancelación de tres festivales
Poner en pie de lucha a la comunidad artística
Por
César Rojas
Cesarrojas70@hotmail.com
Como
parte de las medidas de ajuste fiscal y “limpieza
social” que viene tomando el empresario Mauricio Macri,
flamante jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, su
secretario de Cultura anunció la cancelación de tres ya
tradicionales festivales porteños: el Festival
Internacional (artes escénicas), el de Tango y el BAFICI
(de cine independiente).
Además
del impuestazo sobre el ABL (que llegó en algunos barrios
hasta el 300%), esta última semana hubo cruces entre el
gobernador bonaerense Scioli y Macri por el tema de los
hospitales porteños. Según el empresario del PRO, en los
hospitales “debe darse prioridad a los porteños”,
restringiéndose por lo tanto la atención a la población
de la provincia de Buenos Aires que concurre a ellos, debido
al déficit y el colapso sanitario de los hospitales
provinciales.[1] Scioli salió inmediatamente al cruce
recriminándole el envío de la basura de la ciudad a los
basurales de la provincia. Más allá de esta polémica, que
continúa, y del malestar por la suba del ABL, sorprendió
la decisión de cerrar estos festivales. Aunque estas
medidas no trascendieron por los grandes medios, la noticia
apareció en medios alternativos y declaraciones por
Internet, como la carta de la directora del Festival
Internacional, G. Casabé, denunciando las violentas medidas
de desalojo de las oficinas y comunicando su renuncia ante
la conducción.
Hay
que decir que la suspensión de estos festivales que periódicamente
se realizan en Buenos Aires y que han sido caballitos de
batalla de la política “progre” de Ibarra y Telerman en
el plano cultural, significa
la pérdida de la fuente laboral de cientos de compañeros/as
que trabajan durante todo el año en su organización y
realización. También es necesario denunciar que este
trabajo se ha hecho desde hace años (con el aval del
“progresismo cultural” de Ibarra y Telerman) siempre en
las peores condiciones laborales de precariedad, de
explotación y flexibilización: “contratos basura”
que obligan a presentar facturación como monotributistas a
los compañeros, sin ninguna cobertura social ni seguro de
trabajo, etc. Estos contratos obligan muchas veces a cumplir
horarios y tareas como cualquier asalariado, pero sin
beneficios, estabilidad ni los aportes correspondientes.
Aunque
el rumbo del macrismo en política cultural es más incierto
que otros planos, está claro que lo que el recorte de
presupuesto que implica el cierre de estos Festivales es
su prioridad. Pero esto significa, como dijimos, más allá
de la pérdida de los espacios culturales para la comunidad,
la pérdida de la fuente de trabajo para cientos de compañeras/os.
Los cuales, dicho sea de paso, por la modalidad de
“contratos basura” jamás fueron admitidos por el gremio
de los trabajadores municipales, Sutecba
(Sindicato Único
de Trabajadores de la Ciudad de Buenos Aires). Este
gremio patronal dirigido hace décadas por la dupla de burócratas
de Patricio Dartarmini y Amadeo Genta, debido a la modalidad
contractual, jamás dio encuadramiento sindical a los compañeros
de los Festivales, ni acompañamiento político, ni
asesoramiento alguno. Estos compañeros/as se suman a los
20.000 trabajadores/as precarizados del Gobierno de la
Ciudad, bajo distintas modalidades de contratación, a
los que la gestión Macri debe dar respuestas.
Por
lo pronto, parece que el macrismo intentará avanzar con su
proyecto de ciudad autónoma que esté buena para
“algunos” vecinos, con policía propia y hospitales
“exclusivos” y excluyentes, calles libres de protestas
sociales y libres de personas en situación de prostitución,
como sucedió con las compañeras travestis del Rosedal de
Palermo.[2] Ante todo, en suma, un proyecto de Ciudad con
números que cierren.
Por
su parte, el “progresismo” cultural porteño, sin atinar
a nada, se rasga las vestiduras y ve en el empresario y su
errática política cultural un enterrador cuasi-fascista, y
hasta habla de
“la muerte de la cultura” bajo su administración. Para
el PRO, la de Cultura fue una de las secretarías más difíciles
para encontrar a alguien que quisiera hacerse cargo. Hubo un
primer traspié con un ignoto reaccionario que se pronunció
en “contra del arte moderno” hasta que asumió Lombardi,
su actual titular.
Creemos
que ante esta situación, los/as trabajadores/as de la
cultura debemos reaccionar de manera urgente.
Frente a la ausencia pasmosa y vergonzante de declaraciones
de las personalidades artísticas, de los grupos teatrales y
musicales, colectivos de videastas, etc., que participan año
a año en las ediciones de los Festivales, se impone la
denuncia y la movilización independiente y la
convocatoria a toda comunidad artística para la preservación
de estos puestos de trabajos en condiciones dignas y la conservación
de los espacios culturales, que, más allá de la
utilización para las campañas del progresismo, son y han
sido patrimonio de la sociedad.
Es
hora de que los que nos reivindicamos independientes en los
ámbitos del teatro, la música y el cine, opongamos a
medidas autoritarias y derechistas como ésta el repudio y
la exigencia como trabajadores de la cultura que defienden
su lugar y los espacios donde desplegamos y ejercemos
nuestra creatividad y libertad artística.
-
¡Efectivización de todos/as los trabajadores/as de los
festivales y todos los trabajadores precarizados del
Gobierno de la Ciudad!
-
¡No al cierre de los festivales!
-
¡Movilicémonos y organicemos el repudio de toda la
comunidad artística!
1-
Según estadísticas hay un porcentaje de 35% de pacientes
de la provincia de Bs As y el interior del país que
concurren a los hospitales porteños.
2-
Ver en SoB Nº 108- 17/08/07
nota sobre la discusión del Rosedal de Palermo y
travestis en situación de prostitución.
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