Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 118, 24/01/08
 

 

 

 

 

 

La pesca en la Argentina:

Un negocio con empresarios millonarios, el recurso depredado y trabajadores super explotados

La pesca en la Argentina es un negocio que reporta unos 1.000 millones de dólares anuales en exportaciones. Este negocio, que involucra a un recurso de propiedad común de todos los argentinos, está en manos de unas pocas grandes empresas que, con la complicidad de los sucesivos gobiernos han manejado el recurso a su antojo y sólo en función de mantener sus ganancias, dejando como saldo un recurso depredado y miles de trabajadores en situación de precariedad laboral.

Menem-De la Rúa-Kirchner: la continuidad comenzó hace rato…

La actual estructura económica de la pesca argentina comienza a perfilarse a partir del gobierno de Menem, esta estructura tiene varios pilares: 1) los acuerdos de pesca con la Comunidad Económica Europea que posibilitaron el ingreso de barcos en desuso y que provocaron un aumento del esfuerzo pesquero y de la depredación, 2) la sanción de la ley de Pesca en 1997; que propone privatizar el recurso pesquero, 3) la concentración de capitales; y 4) la precariedad laboral, lograda a través de la destrucción del convenio colectivo de trabajo del año 1975 y la implantación de las pseudo-cooperativas como forma de reducir los costos laborales.

Esta estructura, iniciada en la época de Menem, continuada por De la Rúa-Cavallo y profundizada bajo el gobierno K, es parte de lo que se denomina el “modelo de los ‘90”, que más allá de los discursos, sigue más vigente que nunca, tanto en la pesca, como en otros sectores claves de la economía como el petróleo, la minería, el monocultivo de soja transgénica, etc. Como ejemplo de esta continuidad, podemos recordar que el Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de Menem, quién lidero el llamado festival de permisos de pesca irregulares, fue el ex-gobernador de Buenos Aires y actual diputado kirchnerista Felipe Solá. Además, esta estructura considera que el pescado es solamente una materia prima para exportación y una fuente de dólares para los empresarios, mientras que el pescado como alimento y fuente de proteínas, permanece fuera del alcance de la gran mayoría de la población debido a que los precios se encuentran dolarizados.

Perspectivas

Finalizado el 2007 y después del conflicto de los fileteros que reclamaron por la registración laboral que sacudió al puerto y a la ciudad, las perspectivas para el 2008 no son nada positivas para los trabajadores. Ya se anunció una captura máxima de 270.000 toneladas de merluza para el año próximo, lo que implica una reducción del 20% respecto al 2007. Sin embargo, esta reducción no alcanzará para recomponer el estado crítico en que se encuentra el principal recurso pesquero y el costo de la crisis no la pagarán los empresarios sino los trabajadores que sufrirán nuevos despidos. Por eso creemos que la solución tiene que incluir:

1) el conocimiento del estado real del recurso a través de hacer públicos los informes del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) que hoy se mantienen ocultos;

2) abrir los libros de las empresas pesqueras para conocer las reales ganancias de estos pulpos;

3) sacar de servicio los barcos congeladores y elaborar todo el pescado en tierra;

4) exigir el cumplimiento del convenio que regula la actividad laboral (161/75);

5) manejo del recurso pesquero por todos los sectores de trabajadores involucrados: embarcados, fileteros, científicos y técnicos;

6) subsidios que garanticen la canasta familiar para los trabajadores desocupados o despedidos del sector;

7) se debe crear una empresa estatal de pesca que concentre los desembarques y haga un seguimiento de la materia prima;

8) las exportaciones deben quedar supeditadas al abastecimiento del mercado interno a precios controlados.

Ningún político patronal (PJ, UCR, Pulti, Baragiola, etc.) está dispuesto a llevar adelante un programa de estas características ya que los llevaría a confrontar con quienes “bancan” sus campañas políticas (los empresarios), menos aún la burocracia de la CGT, ni tampoco la CTA con su política de medias tintas, sumisión al gobierno K y de negociar miserables “indemnizaciones por despido”. Sólo la movilización masiva de todos los trabajadores del sector basada en la más amplia democracia, junto con la solidaridad de organizaciones sociales y políticas será la garantía para lograr una solución de fondo a esta situación.

mas Movimiento al Socialismo
Mar del Plata