La
Plata: la lucha de Mafissa en un momento difícil
Para acorralar a Curi hay que apuntarle a Scioli
La gran lucha
que desde 2005 vienen dando los obreros de Mafissa se
encuentra frente a una parada decisiva: al cierre de esta
edición se cumplían dos semanas de lock out total de la
empresa con 103 despedidos y la suspensión sin goce de
sueldo del resto de los trabajadores. Ahora más que nunca
queda claro que la lucha se enfrenta a una alianza entre el
gobierno, la patronal y la burocracia de la AOT.
Legalmente,
el gobierno de Scioli tiene todos los elementos para
denunciar el lock out y obligar al dueño, Curi, a que ponga
a producir la fábrica con todos adentro. Sin embargo, su
respuesta, en una reunión en Casa de Gobierno con la comisión
interna, fue decir por boca de un funcionario de segunda línea
que “todavía no habían leído el expediente”. Una
verdadera tomada de pelo. Ante el lock out de 42 días
realizado el año pasado, Solá también se había rehusado
a sancionar a la patronal.
A
su vez, la burocracia nacional de la AOT volvió a aparecer
junto a los viejos delegados con una política clara después
de varios meses de ausencia: “Las cosas no se consiguen
luchando sino charlando con el gobierno nacional y
provincial”. La AOT fue derrotada en una asamblea en la
que trató de que no participen los despedidos y de que se
vote con urna y no a mano alzada, para diluir al activismo.
Sin embargo, consiguió que a algunas
acciones de Mafissa “no se pueda ir con las
banderas rojas” de los que acompañamos desde el primer día
y siempre respetamos las decisiones de las asambleas.
La
burocracia visita a los compañeros casa por casa a hacer su
política funcional a la empresa y a su gobierno amigo: les
pide que se pronuncien contra la lucha y la interna, y que
eso les garantiza que ellos van a volver a trabajar.
Poner en el centro la responsabilidad del gobierno
A
más de dos meses de los despidos y dos semanas de lock out
total, es imprescindible dar en el blanco en cómo enfocar
la pelea de los trabajadores de Mafissa, que ya es un
ejemplo de lucha y constancia para toda la región. Nos
parece que hay que apuntar todos los cañones al gobierno de
Scioli para responsabilizarlo de que haya una fábrica
parada en un país que no está en condiciones de darse esos
lujos, y más de 500 trabajadores con su fuente de trabajo
en riesgo. Exigirle que decrete ya que se ponga en marcha la
fábrica con todos adentro, y mostrarse firmes en que de no
ser así se están dando pasos para imponer la
provincialización de la fábrica bajo el control de los
obreros.
Algunos
compañeros sostienen que como Scioli acaba de ganar las
elecciones con muchos votos, apuntarle a él es ir por el
camino más difícil y nos chocaríamos contra la pared. No
desconocemos el triunfo de Kristina y Scioli ni la
expectativa que despiertan en muchos trabajadores y la
población en general. Tienen esperanzas porque identifican
al gobierno con que hoy hay más trabajo que en el pico de
la crisis en el 2001 y 2002. Pero si los volantes, las
pintadas, afiches, los cantitos y las movilizaciones
muestran que el gobierno es cómplice de un patrón que
tiene cerrada una fábrica y juega con los puestos de
trabajo, eso puede generarle un desgaste al gobierno,
marcarle la cancha.
Desenmascarar
el doble discurso le hace daño al gobierno: cuando los
trabajadores del Hospital Francés lograron demostrar ante
la población que el gobierno les mandó una patota para
derrotar la lucha contra el vaciamiento, se logró dar
vuelta una pelea que venía muy aislada y se consiguió la
nacionalización del hospital. Que el gobierno esté fuerte
no quiere decir que no le entren balas. Entonces, hacer
responsable al “productivo” Scioli ante todo Olmos y La
Plata de que se paren máquinas y gente se quede sin trabajo
no le resulta indiferente. Y, digámoslo una vez más, es
Scioli el que tiene la llave para apretar a Curi, algo que sólo
se puede hacer poniendo en el centro la denuncia de que
permitió a la empresa llegar muy lejos y la exigencia de
que se resuelva de una vez.
Las medidas de lucha
La
política de luchar por la fábrica funcionando con todos
adentro –con Curi si se sanciona ya el lock out, o sin
Curi, pasando al estado provincial con control obrero–
tendría más fuerza con la ocupación de la fábrica. En
los últimos meses, muchos compañeros sacaron la conclusión
de que “Curi quiere que tomemos la fábrica porque eso nos
dejaría en la ilegalidad y le sería más fácil
derrotarnos”. Entendemos que no se quieran dejar flancos,
pero el conflicto está en un punto límite y se hace
necesario tomar una medida que realmente haga que Curi evalúe
volver a trabajar con todos adentro porque corre el riesgo
de quedarse sin la fábrica.
También
existe la legítima preocupación de ser desalojados por la
fuerza. Si la toma cuenta con la participación activa de un
sector importante de compañeros, lo van a tener que pensar
dos veces, porque si se les va la mano con la represión se
puede dar vuelta la tortilla. No hace muchos años, Duhalde
vio al movimiento piquetero aislado, pero las dos muertes en
el puente Pueyrredón llevaron a que gente, que no tenía
simpatía por los piqueteros, repudiara a Duhalde por la
sangre derramada. Y Duhalde cayó. Además, los problemas de
represión son muy sentidos en La Plata, donde López sigue
desaparecido. Y encima ya está cerca el 24 de marzo.
Entonces, no le es tan fácil al gobierno y la Justicia
desalojar una fábrica tomada por obreros bien plantados.
¡Viva la lucha de los obreros de Mafissa!
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