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A
cinco años de su detención
Liberar
a Romina y conquistar el derecho al aborto
Por
César Rojas
Carne
Clasista - Contra la opresión sexual y social
Si,
como dijera Fourier hace ya más de un siglo, el grado de
emancipación de las mujeres es la medida de la emancipación
de la humanidad, el caso de Romina Tejerina da cuenta del
grado de barbarie a la que la sociedad capitalista y
patriarcal nos ha conducido. El próximo 23 de febrero se
cumplirán cinco años de su detención y posterior
enjuiciamiento que la condenara a 14 años de prisión.
Debemos prepararnos para la pelear por su libertad y
arrancarle al gobierno el derecho al aborto con la lucha en
las calles.
La
contracara del “siglo de las mujeres”
Según
los políticos capitalistas y sus propagandistas a sueldo,
éste está llamado a ser el “siglo de las mujeres” y
estaríamos presenciando el inicio del “ciclo de las
mujeres presidentas”. Pero pese a que mujeres como
Bachelet, Cristina K y otras han llegado a algunos sitios de
poder, nada parece haber cambiado para las mujeres de los
sectores populares y trabajadores; más bien, todo lo
contrario. Las miles de muertes por abortos clandestinos, la
“trata de blancas”, los circuitos de explotación sexual
de mujeres y niñas, los feminicidios, están a la orden del
día. Por ejemplo: sólo en lo que va del mes de enero de
este año se produjeron 9 muertes por violencia de género,
a manos de ex parejas o familiares de las víctimas (Clarín,
2-2-08). Pero ante esta situación, Cristina Kirchner, ex
primera dama y ahora Presidenta, nada ha hecho para mejorar
la condición de estas mujeres, como antes tampoco lo hizo Néstor
K ni sus ministros (por más
“progres” y defensores de los derechos humanos
que se presentaran).
De
hecho, la actual Presidenta, pese a los coqueteos de
aprobación hacia los derechos de las minorías sexuales, ya
juró y perjuró ante el Vaticano que no va a conceder el
derecho al aborto. Parece que a esta representante del nuevo
“siglo de las mujeres” el “progresismo” se le
termina ni bien se trata de los derechos de las mujeres, y
quiere que la opresión hacia las mujeres siga como hace
siglos. Estos cambios de pantalones por polleras suenan más
bien a “recambio de elenco” del personal del capitalismo
y sus gobiernos, o al conocido “cambiar algo, para que no
cambie nada”.
Parte
de todas esas calamidades que sufren las mujeres pobres a
las que aludíamos, es la que le toca vivir a nuestra compañera
Romina Tejerina.
Recordemos
que Romina es una adolescente humilde del interior de Jujuy
que en agosto de 2002 había sido violada por un vecino de
39 años (Pocho Vargas), quien la amenazó para que no lo
denunciara. A raíz de esa violación quedó embarazada, y
como los cientos de miles de mujeres pobres de este país,
intentó interrumpir el embarazo sin conseguirlo a través
de riesgosos métodos caseros. Seis meses después
de ocultar el embarazo y la humillación, luego de
inducirse el parto y en medio de un episodio psicótico, se
deshizo del producto monstruoso de esa relación no
consentida. A partir de ahí comienza el infierno de un
proceso judicial que no hizo más que ensañarse con ella
culpabilizándola, y que terminaría con la infame condena
de 14 años de prisión en julio de 2005, mientras se dejaba
al violador en libertad.
Por
supuesto que desde el primer momento el movimiento de
mujeres tomó la causa en sus manos y es gracias a estas
duras batallas de las compañeras que la sociedad ha
empezado a reconocer y debatir sobre el derecho al aborto
como parte del derecho de las mujeres a decidir sobre su
propio cuerpo. Tanto es así que un alto porcentaje de la
población está a favor del derecho al aborto. Se
explicita así algo que en los hechos siempre estuvo más
que claro: en la Argentina el
40% de los embarazos termina en aborto. El problema es
que estos abortos son clandestinos, y para las mujeres
pobres que no pueden pagar una clínica privada implican un
serio riesgo de muerte: el ex ministro Ginés González García
llegó a reconocer, con cifras estimativas, entre 600 y 700
muertes anuales por causa de abortos clandestinos.
La
pelea por liberar a Romina
En
la lucha por la libertad de Romina, hubo y hay aún que
pelear contra muchos escollos. Paradójicamente, uno de
ellos fue que la “Campaña nacional por el derecho al
aborto”, quiso desligar el problema de Romina del derecho
al aborto, tratándola como un caso aislado con el que había
que solidarizarse individualmente pero del había que
despegarse porque “manchaba la campaña”, al decir de
una histórica feminista referente del movimiento. Por otro
lado, la dirección de la campaña por Romina, a cargo de la
CCC-PCR, siempre
hizo seguidismo a
esta política para no romper con las feministas, ni romper
con las católicas que defendían a Romina pero no estaban a
favor del aborto. Asimismo, la CCC nunca
quiso confrontar con el gobierno para exigirle que se
haga cargo de su responsabilidad política, llevando la
orientación de la lucha por una vía estrechamente legalista y conciliadora,
producto de lo cual la campaña para liberar a Romina,
terminó limitándose a seguir los vaivenes de la causa
judicial. Es así que de tanto “conciliar” y no querer
confrontar pasaron cinco años y terminamos atados de pies y
manos, cada vez pidiendo menos, más desmovilizados y
esperando lastimosamente las instancias de la justicia
patronal. Pero quienes conocemos a esta “justicia” que
no sólo defiende a los patrones sino también los valores
patriarcales más retrógados, que naturalizan la violencia
y la opresión hacia la mujer y las minorías sexuales,
sabemos que sólo podemos confiar en nuestras fuerzas y la
lucha en las calles.
Con
este espíritu de lucha es que las compañeras de Las
Rojas (MAS-FTC), junto a las feministas de izquierda y
las independientes, empezaron a dar pasos en Córdoba en el
último Encuentro Nacional de Mujeres. Allí, acompañadas
por las minorías sexuales, las compañeras realizaron una
Asamblea y decidieron un Plan nacional de lucha por el aborto libre legal seguro y gratuito
y, ligado a esto, la libertad
de Romina Tejerina.
De
cara a la fecha en que se cumplen los cinco años de detención
de Romina, se impone redoblar los esfuerzos para realizar
una masiva movilización exigiendo al gobierno nacional la
libertad inmediata de Romina. Para esto, hay que seguir
convocando y reforzando las alianzas
estratégicas con el movimiento de minorías sexuales,
aliado “natural” en la lucha contra el patriarcado, y
demás sectores sociales, en especial con el pueblo
trabajador consciente, que desde el primer momento ha
comprendido que la lucha de género es parte de la lucha por
otro tipo de sociedad, y como tal ha abrazado como propias
las banderas del derecho al aborto y la libertad de Romina.
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Libertad inmediata a Romina Tejerina!
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Luchemos en las calles por el derecho al aborto libre,
legal, seguro y gratuito
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Hagamos efectivo el Plan de Lucha Nacional votado en Córdoba
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