Los
crímenes de la Triple A son delitos de lesa humanidad
Extradición
y cárcel común a Isabel Perón
“La resolución de la Cámara Federal,
que califica los delitos cometidos por la Triple A como crímenes
de lesa humanidad, es tal vez la más importante, política,
jurídica y éticamente desde el juicio a los integrantes de
las tres primeras juntas militares” (Rodolfo Mattarollo, Página
12, 18-03-08).
La
Cámara Federal, por la votación de dos camaristas (Freiler
y Cattani) contra uno (Farah) ha declarado los asesinatos de
la Triple A como de lesa
humanidad. Se trata de un gran
triunfo democrático que podría abrir la puerta para la
extradición,
juzgamiento y castigo de Isabel Perón y demás responsables
de los casi 2.000 asesinatos de la Triple A.
Es
que los crímenes de la Triple A ocurrieron bajo el gobierno
constitucional de Juan e Isabel Perón e involucran
tanto al peronismo como a la burocracia sindical, ambas
instituciones claves de la argentina capitalista.
¿Cómo
ha podido ocurrir este fallo que podría tener consecuencias
directas no sólo sobre milicos o policías ya retirados
hace años, sino sobre políticos y dirigentes sindicales en
plena actividad? De alguna manera, se trata como de un eco
o reflejo de la crisis del 2001. Porque a todas luces ni
Néstor ni Cristina K quieren saber nada con el desarrollo
de este posible juzgamiento.
No
hace falta más que recordar que cuando el juez Oyarbide
reabrió la causa y salió el pedido de extradición para
Isabel Perón (aún no resuelto), connotados dirigentes de
la CGT pusieron el
grito en el cielo, sacaron afiches con la consigna “No
jodan con Perón” e incluso se reunieron con Néstor
Kirchner para que
éste
les garantizase que la causa no llegaría a buen puerto.
Delitos de lesa humanidad
Sin
embargo, la causa, aun muy lentamente y luego de languidecer
a lo largo de todo el 2007, parece estar nuevamente abriéndose
paso. No sólo porque un principalísimo lugarteniente de López
Rega, Rodolfo Almirón, ha llegado extraditado de España el
martes 18, sino que esta resolución de la Cámara habilita
así el juzgamiento frente a los hechos represivos del
gobierno peronista de 1973-1976, causa
que permaneció todos estos años de “democracia”
encerrado bajo siete llaves por acuerdo expreso entre el PJ
y la UCR.
Hecho
histórico, el fallo ha sentado el precedente de reconocer
que puede haber
delitos de lesa humanidad “en el contexto de un gobierno
constitucional”. En este caso, se los señala como
parte de “un ataque generalizado o sistemático contra la
población civil” ejecutado por “una asociación ilícita
concebida en un sector del Estado con el objetivo de perseguir
clandestinamente a opositores políticos”. Pero además
tuvieron un rasgo distintivo: ocurrieron “al amparo de un
sistema de impunidad” (Página
12, 18-3-08).
Incluso
más: según los dos camaristas que votaron a favor de este
fallo, “la impunidad que permitía la multiplicación de
los crímenes se extendía a todos los poderes del Estado (…). Recuerdan un
episodio que resurge en varios testimonios: una reunión de
gabinete del 8 de agosto de 1974 en Olivos, presidida por
Isabel Perón, donde López Rega
y el comisario Alberto Villar proyectaron
diapositivas de quienes debían ser asesinados, como Ortega
Peña y Troxler, desde las estructuras paralelas” (idem).
Es
decir, la responsabilidad por este genocidio recae
enteramente, de manera probada, sobre Isabel Perón, por no señalar también la multiplicidad de
testimonios sobre reuniones
del mismo tenor tenidas con Juan Perón antes de su muerte.
Extradición ya de Isabel Perón.
Reconocimiento de todas las organizaciones querellantes en
la causa.
Castigo y cárcel común para los
responsables políticos y materiales de la Triple A
Sin embargo, más allá de la importancia de este
enorme logro democrático, está claro que si el progreso de
la causa queda en manos sólo de la Justicia nunca llegará
a buen puerto. Porque de ninguna manera el gobierno K
tiene el menor interés en que progrese (más bien todo lo
contrario), por no hablar de la abierta oposición a ella de
burócratas sindicales y empresarios en actividad, como José
Rodríguez del SMATA, entre tantos otros.
Por el contrario, de lo que se trata es de tomar el
caso con la inmensa jerarquía que tiene, haciendo el punto
de apoyo principal en el sostenimiento de la causa con la más
amplia y democrática movilización posible para lograr a
extradición de Isabel Perón y demás responsables de la
Triple A, así como su castigo.
Al mismo tiempo, también en necesario que la causa
que lleva el juez Oyarbide se abra a todos los
querellantes (personas y organizaciones) que se vieron
afectadas por los asesinatos de la Triple A, como es el caso
de nuestros compañeros del PST, organización que
reivindicamos (junto a otras corrientes políticas) como
antecesora de nuestro partido, el nuevo MAS.
Este es también un gran motivo para movilizarnos
masivamente el 24 de marzo.
|