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Taller de Las Rojas
“La feminista que no es
socialista, carece de estrategia, el socialista que no es
feminista,
carece de profundidad”
Por Laura y Verónica
Agrupación Las Rojas
A cien años de haberse proclamado el Día Internacional de la Mujer, los
debates acerca de los avances en materia de derechos de las
mujeres no han cesado. El movimiento de mujeres ha venido
llevando a cabo una lucha incansable que le permitió
garantizarse una serie de derechos mínimos. Sin embargo, la
existencia hoy día de muertes por abortos clandestinos, los
circuitos de explotación sexual de mujeres y niñas, los
feminicidios, la falta de guarderías en los lugares de
trabajo y los bajos salarios pagados a las mujeres
trabajadoras siguen siendo una muestra clara de que el
problema de la opresión de la mujer no está resuelto.
Y todo esto mientras una mujer
presidenta, Cristina Kirchner, anuncia con bombos y
platillos que ha comenzado el “siglo de las mujeres”, a
pesar de haberse declarado varias veces contraria a la
legalización del aborto y de haberle prometido al Papa no
avanzar en nada con este derecho.
Los debates que se abren en
relación con este problema fundamental, las diferentes
posiciones adoptadas por las corrientes políticas que
intervienen en el movimiento, no hacen más que reflejar
profundas diferencias políticas, teóricas y estratégicas
acerca de la liberación de la mujer en particular y de la
transformación de la sociedad en general. Ante esta
realidad, Las Rojas creemos que para abordar en mejores
condiciones esta dura pelea y los debates que ella suscita,
tenemos la obligación de profundizar en la discusión y
elaboración teórico-política.
A partir de esto Las Rojas
llevamos a cabo nuestro taller “La
liberación de la mujer. Una cuestión ¿doméstica, sexual,
ideológica, económica, cultural, social? Una critica
marxista a los supuestos posmodernos”, que nos
permitió comenzar una seria discusión sobre la problemática
de la liberación de la mujer con las diferentes corrientes
posmarxistas y posfeministas, que tienen una fuerte
influencia en el movimiento de mujeres actual.
En el primer encuentro del
taller estudiamos la
relación existente entre la explotación capitalista y la
opresión de la mujer, donde concluimos que el sistema
capitalista necesita para su reproducción que el conjunto
de tareas domésticas (la limpieza de la casa, el cuidado de
niños y ancianos, la posibilidad de que el trabajador después
de ser explotado 12 horas al día llegue a su casa, tenga la
comida hecha y la ropa limpia para el otro día volver a
trabajar durante 12 horas más) sean realizadas de manera
gratuita y privada. Es así como la
clase capitalista se ahorra todo el gasto de reproducción
social que se realiza en la casa al no tener que
gastarlo en comedores, guarderías públicas, lavaderos públicos,
etc. Este es el rol que se le asigna a la mujer.
Para poder llevar todo esto
adelante el capitalismo se apropia de una vieja institución,
la familla monogámica, que refuerza los roles de las
mujeres como buenas madres, amante fiel, ama de casa,
construida sobre la base de la opresión de la mujer en la
familia. Es así como
la familia y el trabajo doméstico privado son uno de los
pilares fundamentales para la reproducción del sistema
social en su conjunto. Por esta razón, la lucha por la
liberación de la mujer es contra el sistema patriarcal
capitalista. Y por ello mismo, la posibilidad de la liberación
definitiva de las mujeres vendrá de la mano de la revolución
socialista. Pero es una lucha que comienza hoy, y es parte
de la lucha del conjunto de los explotados y oprimidos
contra el sistema capitalista. Por lo cual las mujeres
debemos organizarnos para pelear por nuestras
reivindicaciones y junto con los trabajadores y demás
oprimidos contra el sistema de conjunto.
Sobre la base de estos
conceptos de la tradición del materialismo histórico es
que iniciamos la discusión del segundo encuentro del taller
con las corrientes posmarxistas y posfeministas,
representadas por la obra de Judith Butler. Estas corrientes
surgieron en el contexto de la caída de la URSS y el
llamado “fin de la historia”, el posmodernismo. Son las
corrientes que suscriben la idea de que las peleas de las
mujeres, los homosexuales, los trabajadores, las minorías
étnicas son peleas fragmentarias que no tienen puntos de
unidad más que coyunturales. Es decir, parte de la idea de
que no hay un sistema mundial llamado capitalismo al que hay
que enfrentar para terminar con todas las opresiones y con
la explotación.
El posfeminismo de Judith
Butler plantea que el concepto de “mujer” es una creación
lingüística al servicio de la heterosexualidad
obligatoria. Es un producto de una economía de sentido por
la que la mujer se siente oprimida. Butler critica al
feminismo por haber creado la idea de una única mujer,
cuando en realidad es una categoría que oculta que hay
muchas mujeres que son muy distintas. Y por sobre todas las
cosas, el feminismo quedó atrapado en la dominación, al no
ver que lo realmente subversivo es romper con la norma
heterosexual. Judith Butler se considera posfeminista
precisamente porque reniega de la organización del
movimiento de mujeres como conjunto que pueda ofrecer junto
con los trabajadores una salida a los problemas de la mitad
de la humanidad que sigue siendo doblemente oprimida y
explotada. Estas teorías consideran fundamentalista todo
intento de ofrecer una salida al conjunto de los problemas
que enfrentan los explotados y oprimidos.
El taller resultó muy útil
para debatir con las concepciones teóricas que sustentan
posiciones políticas dentro del movimiento de mujeres, como
las de aquellas que consideran que no es necesario organizar
un gran movimiento de mujeres alrededor de una pelea que nos
unifique.
Como dijera Rosa Luxemburgo:
“La feminista que no es socialista, carece de estrategia.
El socialista que no es feminista, carece de
profundidad".
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