Nuevo escenario para la lucha de Mafissa
Bajo la crisis política, la lucha obrera arrancó la
conciliación obligatoria
Corresponsal
La crisis política que se le abrió al gobierno con el conflicto del
campo aceleró la dinámica de la lucha de los obreros de
Mafissa, que le arrancaron al Ministerio de Trabajo de la
provincia el dictado de una conciliación obligatoria que
intima a la patronal a retrotraer la situación al 26 de
noviembre. Es decir, a poner en marcha la fábrica con los
despedidos y suspendidos adentro, por el lapso en que se
extiende la conciliación.
El paso adelante se logró en una jornada en que las mujeres de los
trabajadores se encadenaron en la puerta del ministerio
mientras un grupo de trabajadores junto al PTS, el MAS y
estudiantes de trabajo social cortábamos la calle. El mismo
ministerio que ni siquiera se dignaba a enviar un
representante para fiscalizar las asambleas en la fábrica
cedió a la presión, pateando para más adelante la
resolución del conflicto. En la edición del pasado domingo
30 de marzo del diario El Día se grafica al citar fuentes
del propio gobierno que admiten que "todos los asuntos
institucionales y partidarios han quedado postergados por la
crisis desatada por el campo".
Sin embargo, la patronal no dio el brazo a torcer y no acató la
conciliación obligatoria. La burocracia de la AOT en una
nueva demostración de su carácter abierta y descaradamente
patronal siguió adelante con su ataque contra la lucha. A
dos días de haberse conseguido la conciliación, salió con
bombos y platillos a anunciar que se había removido a los
delegados de Mafissa, tras una asamblea sin quórum
realizada en su sede central a 70 kilómetros de la fábrica.
Al cierre de esta edición, estaba prevista una audiencia en el marco
de la conciliación obligatoria y se realizaba una marcha al
Ministerio de Trabajo de los obreros, sus familias y las
distintas organizaciones sociales y políticas que apoyamos
la lucha exigiendo al gobierno que haga cumplir a Curi la
conciliación con todos adentro y que reconozca a la comisión
interna como interlocutor de los trabajadores.
Apuntar
a la responsabilidad del gobierno
Con el desgaste de más de 4 meses de lucha, la burocracia logró hacer
pie en un sector de la base con un discurso (y una práctica)
abiertamente pro patronal, planteando que la salida es
agachar la cabeza y resignarse a que "contra Curi no se
puede", reforzado con el préstamo de las instalaciones
del sindicato para que la patronal pagara en dos
oportunidades 400 pesos a los suspendidos que "no van a
la toma".
Con la toma y las distintas iniciativas para rodearse de solidaridad,
los trabajadores en lucha resisten. Nos parece que es la
hora de aprovechar la crisis política abierta para ir a
fondo: exigirle al gobierno que le haga cumplir a Curi la
puesta ya en
marcha de la fábrica. Si no cumple, ir con todo por la
provincialización de la fábrica, con el control de los
trabajadores. A la propuesta derrotista de la burocracia de
"aceptar" los despidos, hay que contraponer la
firme decisión de volver a trabajar con todos adentro y con
una política clara: que el estado provincial se haga cargo
de los reclamos y necesidades de los trabajadores de
Mafissa.
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