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Universidad de Mar del Plata
Ni
Pérez ni Garamendy, ni ahora ni nunca
Ya
Basta! – Mar del Plata
En
la Universidad Nacional de Mar del Plata se abrió un
proceso de debate y discusión alrededor de la elección de
rector y de los dos candidatos que se presentaron. Tanto
Juan Garamendy (ex decano de Arquitectura) como Daniel Pérez
(ex decano de Económicas) vienen del peronismo; los dos son
parte de las camarillas que vienen gobernando la universidad
hace años y los dos, en sus gestiones como decanos, han
sido fieles aplicadores de la LES al haberse dedicado a
“gestionar la miseria” presupuestaria y haber salido a
buscar nuevas fuentes de financiamiento (ya sea mediante
posgrados pagos, convenios con empresas, aranceles
encubiertos, etc). Ninguno
de los dos viene a otra cosa más que a profundizar la
implementación de la LES o la próxima reforma cosmética
que pretende llevar adelante durante este año el gobierno
de Cristina. Es más, como bien dicen los compañeros no
docentes de APU, uno de ellos es declaradamente kirchnerista
y el otro fue cómplice del escandaloso autoaumento de los
sueldos de las autoridades en medio de la gloriosa lucha no
docente del 2005. Estos son los candidatos a rector que
tenemos; con ninguno de ellos puede venir la solución a la
crisis de la universidad, sino que, por el contrario, ésta
se profundizará.
En
ese marco, el primer
llamado a Asamblea fue el 14 de marzo, totalmente a espaldas
de los estudiantes, ya que prácticamente en ninguna de
las facultades habían empezado las clases. Como ninguno de
los candidatos tenía garantizados los votos necesarios para
ganar, se pasó a un cuarto intermedio para un mes después
(con la complacencia de algunas agrupaciones estudiantiles como Cauces de
Económicas o la CEPA, que presentaron directamente esa
moción de cuarto intermedio a gusto y piacere de los
candidatos). En ese entonces, nuestra posición fue que
presentándose a la Asamblea a dar quórum no significaba más
que legitimarla, ya que por su composición era
profundamente antidemocrática. Ya en ese entonces planteábamos
que, por el contrario, lo que había que hacer era
repudiarla y no depositar ninguna confianza en ella.
El rol de la CEPA
En
el mes que pasó llamamos a las agrupaciones y estudiantes
con quienes compartíamos esta posición a conformar un
bloque que diera una pelea por no dejar que sesionara la
reaccionaria Asamblea y para luchar por la democratización
real de los órganos de cogobierno. En la semana previa se
realizaron asambleas en algunas facultades (Psicología,
Exactas, Económicas, Salud y Humanidades) de donde salieron
mandatos y resoluciones a llevar a la Asamblea
Universitaria. En
Humanidades (la facultad más movilizada y politizada) se
resolvió que el mandato era no votar a ninguno de los
candidatos. “Ni Pérez ni Garamendy, ni ahora ni nunca”
fue la consigna. Esta
posición no fue compartida por la CEPA, que en
Humanidades planteaba que había que abrir el debate con los
candidatos y que no se podía cerrar la posibilidad de votar
a alguno de ellos, mientras en
la asamblea de Económicas su militante votaba abiertamente
junto con Cauces dar el voto al candidato Pérez, lo que
representa un escándalo. Esto no hace más que demostrar
que la política general de la CEPA es traicionar las luchas
votando decanos K, como pasó en La Plata en Bellas Artes,
en Arquitectura en la UBA y en Derecho en el Comahue. Para
ellos todo se circunscribe a presentar un pliego de
reivindicaciones que, de ser aprobado por alguno de los
candidatos a rector, los lleva a votarlo. Lamentablemente,
algunas corrientes como el PO, Liberación o el Darío
Santillán mantienen alianzas oportunistas con la
CEPA-Cauces y su candidato Pérez, en vez de delimitarse
claramente.
Los estudiantes toman la palabra
Al contrario de lo que pretendía la CEPA, lo que se impuso
esta vez por abrumadora mayoría fue no depositar ni un
gramo de confianza en la Asamblea Universitaria, no dejar
que sesione normalmente, que los representantes
estudiantiles lean los pliegos de reivindicaciones votados
en cada asamblea por facultad e interrumpir inmediatamente
la sesión.
Y eso fue lo que pasó el martes 15. En el marco de una
crisis institucional muy grande, donde ninguno de los
candidatos consigue los votos suficientes a pesar de todas
las promesas de cargos y donde públicamente algunos asambleístas
plantean no votar por ninguno, se intentó realizar la
Asamblea. Pero no pudieron a raíz de la movilización de
los estudiantes, que tomamos el Aula Magna impidiendo que
sesione y vote a alguno de los candidatos.
Este
proceso de lucha continúa el 24 de abril movilizando a la
sesión de Consejo Superior para entregar el petitorio
votado en Asamblea y exigir que se cumplan todas las
demandas. Este pliego de reivindicaciones incluye la demanda
de construcción del comedor, becas, guardería, eliminación
de todos los aranceles, de los cursos de ingresos
eliminatorios, de la exigencia de boleto universitario y
sobre todo de la
democratización de los órganos de cogobierno.
Desde el Ya Basta! sostenemos que ninguno de los dos
candidatos a rector nos va a dar estas reivindicaciones y
que no tenemos que depositar confianza en ellos. Para luchar contra las
camarillas tenemos que movilizar a los estudiantes en un
proceso que termine tirando por los aires este régimen
antidemocrático. Sostenemos que la única manera de
eliminar efectivamente las camarillas reaccionarias y
construir una universidad al servicio de los trabajadores y
el pueblo y no al servicio de las empresas es con elección
directa de todas las autoridades (ya sea rector, decano
o director de los departamentos por carrera), con
claustro único docente (es decir, que voten todos los
docentes, no solamente los titulares concursados), con
mayoría estudiantil y con voz y voto para el claustro no
docente. Para ello es imperioso organizar comisiones de
debate con todos los estudiantes que sirvan para movilizar
al conjunto del movimiento estudiantil, ya que hasta ahora
éste ha venido siendo un proceso de vanguardia; numerosa, sí,
pero vanguardia al fin. Desde el Ya Basta! llamamos a todos
los estudiantes a luchar para que no se vote ningún rector,
ya que ambos representan el proyecto K de mayor elitización
de las universidades.
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