Elecciones presidenciales en
Paraguay
Ni Ovelar, ni Oviedo, Ni Lugo
Presentamos
la “Declaración de la Iniciativa por un Movimiento
Socialista de las y los Trabajadores (MST)” [1] en la que
están integrados los compañeros de nuestra corriente SOB
en el Paraguay. La declaración expresa la toma de posición
del MST acerca de las históricas elecciones del próximo
domingo 20 de abril en las cuales, el Partido Colorado podría
perder el gobierno luego de casi 70 años.
La
declaración define que a pesar de las perspectivas ciertas
que Fernando Lugo desbanque al Partido Colorado, no se lo
puede llamar a votar siquiera críticamente debido a los
claros límites burgueses que expresa su proyecto, más allá
de todo lo “progresista” que se pueda mostrar.
Por
estos motivos, los compañeros están llamando a la abstención
para el día 20, al tiempo que en la declaración
desarrollan un amplio e interesante análisis de la crítica
situación política del país hermano, y de los debates
desarrollados en el activismo y la izquierda. (SoB)
Declaración de la Iniciativa por un
Movimiento Socialista de las y los Trabajadores (MST)
Asunción,
abril de 2008
Introducción
A
nadie escapa la importancia que tienen los próximos
comicios del 20 de abril para los intereses del movimiento
de masas en general y la vanguardia de luchadores en
particular. Pensamos que estas elecciones adquieren su
significación especial por la presencia de dos factores
centrales que configuran a estas elecciones generales.
El
primero de ellos es la posibilidad cierta de la caída del
poder, acompañado de un quiebre gradual pero insostenible,
del partido estado gobernante por seis décadas en el
Paraguay, la ANR – Partido Colorado. Las terribles
contradicciones en su propio seno, producto de la
descomposición del modelo iniciado y sostenido por los 35 años
de la dictadura de Alfredo Stroessner, las luchas intestinas
sectoriales o fraccionales al interior del mismo para
definir cual es el sector o bien los sectores que controlan
el aparato estatal, varios de ellos vinculados a la narco
mafia, han iniciado la putrefacción del actual régimen
desde sus entrañas.
Paralelamente,
el terrible callejón sin salida al que han conducido al país
provocando una verdadera hecatombe económica y social, ha
generado las condiciones para que en la conciencia de miles
de trabajadores, campesinos pobres y el conjunto de los
explotados de este país, se despierte el rechazo y la
repulsa hacia los principales sostenes políticos de la
explotación y la barbarie capitalista en Paraguay.
El
otro factor, lo constituye sin lugar a dudas el papel
desempeñado por las organizaciones sociales y las
organizaciones políticas de izquierda en este proceso en
particular, con diferencias tanto en lo cualitativo y
cuantitativo a los otros procesos electorales similares
realizados en el periodo post dictadura nombrado falazmente
como el de “la transición democrática”.
En
lo cualitativo centralmente, porque hasta el momento,
organizaciones políticas y sociales que se reivindican de
izquierda y socialistas, muchas de ellas integradas por
compañeros con una larga trayectoria de lucha, no han
tenido la posibilidad cierta de formar parte del aparato
estatal, ya sea a través de la participación parlamentaria
o bien formando parte del mismo gobierno, como en
ministerios, entes, etc.
Esta
posibilidad implicó una muy dura y necesaria controversia
al interior de la vanguardia de luchadores, con encendidos y
enriquecedores debates estratégicos y tácticos, teórico
políticos e incluso de índole principista. Al mismo
tiempo, como condimento, nunca antes la izquierda se
presenta electoralmente con tantas variantes y diversidad de
propuestas, y con un claro destaque en los medios de prensa
masivos, lo que constituye una inusitada difusión de las
mismas.
Teniendo
en cuenta estos factores y la necesidad de asumir una posición
política al respecto y contribuir al debate, el MST acerca
sus posiciones a la vanguardia de luchadores y el movimiento
de trabajadores en general.
Sobre
Fernando Lugo
Podemos
citar y hablar detenidamente de todos los presidenciables
con sus respectivos proyectos, pero Fernando Lugo es de
lejos el candidato que más chance tiene de ganar este 20 de
abril. Aunque no se puede descartar una eventual victoria
colorada por lo que significa tener a todo el aparato del
estado como ventaja, las tendencias no refuerzan hasta ahora
esa posibilidad.
Por
eso vamos a centrarnos en la figura de Lugo y en lo que un
futuro gobierno suyo puede significar. En ese sentido, el 11
de marzo pasado tuvimos la mejor muestra de lo que la misma
significa en cuanto a “proyecto país”. Esa noche, en un
muy promocionado debate con los miembros de la Asociación
Rural del Paraguay (ARP), los distintos candidatos
presidenciales incluyendo a Fernando Lugo, ponían todo su
esfuerzo en conquistar las simpatías de los terratenientes
ganaderos, prometiendo -todos sin excepción- mano dura
contra las invasiones de tierra y el abigeato, etc.
Garantizando por sobre cualquier cosa, seguridad para la
“propiedad privada” del sector más conservador y oligárquico
de la burguesía local.
Al
mismo tiempo la Alianza Patriótica Socialista,
reunió en la plaza de la democracia a unas dos mil
personas, integradas en su mayoría por militantes de
organizaciones campesinas. De los cuales muchos de ellos están
actualmente en lucha mediante la ocupación de latifundios y
más de uno tiene encima una imputación de parte de la
fiscalía gubernista o algún familiar muerto a manos de las
bandas paramilitares pagadas por el otro sector reunido para
el citado debate presidencial.
Sin
embargo, a pesar de que muchos de estos combativos
campesinos estaban esperando ver a su candidato, Fernando
Lugo, desde muy tempranas horas, los mismos se quedaron con
las ganas ya que el mismo no fue al acto en la plaza y
prefirió quedarse a departir con los asociados de la ARP.
Este
pequeño episodio, además de pintarnos cual es el sector
para el cual Fernando Lugo gobernará posiblemente estos
cinco años, nos da también una idea de como será su
relación con las organizaciones del movimiento popular y de
trabajadores.
Pero
proponiendo un cambio de perspectiva, nos preguntamos si
seguirá siendo esta la conducta que seguirá gran parte del
movimiento popular con respecto a Fernando Lugo. El de una
espera larga, demasiado paciente, innecesaria y si se quiere
hasta muy candorosa…
El
movimiento, la vanguardia y el gobierno luguista
Se
ha discutido mucho sobre el tema, pero vale la pena recordar
que la Alianza Patriótica Para el Cambio no es ni siquiera
una alianza de tipo frente popular, sino más bien una
alianza política burguesa clásica. Digamos que
“progresista” a lo sumo, a pesar de tener como ejes
centrales a dos partidos que se reclaman de izquierda y
representantes de los intereses de la clase trabajadora.
En esto, insistimos, se parecen más a Kitchner y Lula que a
los Evo o Chávez.
También,
correctamente, se tiene claro que el mismo Lugo no es de
izquierda.
Pero aún así, amplios sectores de masas tienen la
esperanza de que su triunfo pueda dar al movimiento popular
la posibilidad de tomar un respiro (principalmente el sector
campesino), reorganizarse y avanzar en una especie de
“primavera democrática”.
Pero
esencialmente, pocos están planteando el problema clave de
como queda, como se ubica, el movimiento en sí ante un
posible gobierno Luguista.
Si
Lugo resultare electo lo más probable es que el mismo
cumpla su promesa electoral de llamar a una mesa de
“Reconciliación Nacional”. Y junto a las organizaciones
sociales y políticas luguistas, en especial las que se
dicen socialistas como el P-MAS y TEKOJOJA, llamen a un
pacto social en defensa de la gobernabilidad y en apoyo al
presidente, para luego sentarse consecuentemente y sin
complejos a negociar con los sectores más reaccionarios
incluyendo a los propios colorados, previendo los posibles
“ataques de la
derecha pro imperialista”. A los gremios obreros,
campesinos y estudiantiles, seguidamente se los inste a
respetar la paz social, dando tiempo para que el presidente
firme tal o cual decreto paralizándolos de hecho. Y esto no
es futurología, es de esperarse por simple analogía con
los procesos parecidos llevados adelante recientemente en
varios países de la región.
Pues
bien, en este sentido claro está que solo el movimiento de
trabajadores y el campesinado pobre puede hablar por si
mismo. Pero aunque no descartamos lo de la posibilidad de un
posible ascenso por lo de la oportunidad de “hacer leña
del árbol caído”, no es menos cierta la fragmentación y
la desmovilización actual del movimiento sumado al factor
del oportunismo electoral: el todo vale con tal de ocupar
cargos en el estado. Factor que en estos momentos está
causando verdaderos estragos políticos al interior de la
vanguardia.
No vemos que los movimientos, partidos e individuos que hoy
están en este cause mañana asuman una posición política
independiente, antes bien es más factible que terminen
siendo TOTALMENTE sumisos al próximo gobierno.
El
Bloque Social y Popular, un proyecto de independencia de
clase malogrado
El
Bloque Social y Popular surgió en enero del año pasado,
producto de una lenta recomposición que se venía gestando
en el movimiento popular. Emergió como un esfuerzo de
constituir un frente único entre varias organizaciones,
sentar las bases de un proyecto socio-político de la clase
trabajadora y los sectores populares para constituirse en
una alternativa independiente de todos los partidos políticos
del régimen. Surgió, además, como un espacio de
coordinación de las luchas populares.
En
ese marco la tarea central, lo estratégico, era construir
el Bloque Social y Popular aprovechando la actual coyuntura
nacional de ruptura de amplios sectores de la población con
las cúpulas de los partidos patronales que están
totalmente desacreditados, tanto del oficialismo colorado
como el de los “falsos opositores” de lo que fue la
Concertación. Ampliar sus bases, llamando a todas las
organizaciones del movimiento obrero, campesino y
estudiantil, que por tal o cual motivo aun no se estaban
integrando, hasta que se constituyese en el organismo
central de coordinación de las luchas de los trabajadores y
el conjunto de los explotados que se estaba necesitando.
En ese marco, llamar a un diálogo entre el Bloque Social y Popular y la Alianza Patriótica
Socialista para la conformación de un Frente Único de los
trabajadores era la gran tarea impuesta al movimiento. Las
presiones electoralistas, fortísimas desde el vamos, solo
podían contrarrestarse poniendo de nuevo en pie un
reagrupamiento que articule la lucha cotidiana ocupando el
lugar dejado por el Frente Nacional de Lucha por la Soberanía
y la Vida.
La
consolidación del Bloque Social como un instrumento político
independiente de los trabajadores era indispensable para
llevar al proceso consecuentemente hacia la izquierda,
incluso en lo electoral. Por más radical que resultase el
discurso del “candidato”, ello no serviría de mucho sin
el fortalecimiento de una organización que canalice y
potencie el proceso, ya de por si contradictorio por ser
amplio y heterogéneo, que no quede enredado en el
electoralismo y que concrete realmente esa ruptura con la
burguesía en la lucha cotidiana.
Lamentablemente,
las presiones electoralistas jugaron una mala pasada a este
germen de herramienta política independiente de los
trabajadores. Lentamente los partidos y la dirigencia de las
centrales, fuertemente “pro luguistas” fueron
transformando el carácter del mismo, en el de un aparato
electoralista.
En
una plenaria realizada en el mes de agosto del año pasado,
la dirección del Bloque Social y Popular integrada
principalmente por el P-MAS, el movimiento TEKOJOJA, y
representantes de la Coordinadora Sindical, decretaron la
muerte del mismo como herramienta
política clasista e independiente de los trabajadores y el
conjunto de los explotados,
al aprobar la coalición con partidos sostenes del régimen,
como el PLRA, País Solidario, etc. en la denominada
“Alianza Patriótica para el Cambio”, todo esto en el
marco de un apoyo incondicional a la candidatura de Fernando
Lugo por parte de estos sectores del movimiento.
La
gran contradicción, aún vigente, en la que se encuentran
las organizaciones citadas consiste en que organizaciones
autodenominadas socialistas y de izquierda no pueden
plantear, bajo ningún pretexto creíble, la construcción
de una alternativa distinta a favor de un verdadero cambio
social, con quienes son la contrapartida política del régimen
de la burocracia corrupta del Partido Colorado.
Ante
el fracaso de un Frente Clasista
En
vistas al fracaso del Bloque Social, el Agrupamiento por el
Socialismo hoy integrante del MST, decidió retirarse del
mismo conjuntamente con el Partido de los Trabajadores y el Partido Humanista.
Aunque
básicamente las tres organizaciones tenían el mismo análisis
de la crisis suscitada al interior del Bloque Social, y a
pesar de llevarse a cabo varias reuniones a fin de encarar,
incluso antes de la salida, una lucha como fracción de
izquierda al interior del mismo para sostener la herramienta
independiente, no se pudo avanzar mucho en la construcción
de un frente clasista post Bloque Social.
Lastimosamente
los compañeros del PT se negaron sistemáticamente a
avanzar sobre los acuerdos, si es que los hubo, existentes.
Antes bien, haciendo gala de un amor exagerado por la
construcción de su propio aparato partidario, dejaron de
lado cualquier muestra de buena voluntad política para
sacar adelante un frente electoral clasista e independiente.
Actitud que finalmente derivó en la presentación de
candidaturas propias y exclusivas de los compañeros, que
aunque podamos admitir se presentan como independientes y críticas
a su manera, carecen absolutamente de representatividad
alguna. Por razones que desconocemos, el Partido Humanista
terminó por su lado el dialogo con el PT y acaba también
presentando candidaturas propias. Hoy ambas opciones
electorales son dificultosamente visibles incluso para la
vanguardia. Estamos seguros de que hubiese sido muy
diferente, si sumábamos nuestros muchos y fragmentados
esfuerzos.
En
este marco y en vistas de que lastimosamente hoy el
Movimiento Socialista de las y los Trabajadores no forma
parte de ningún frente clasista,
reiteramos que nosotros no pensamos que la simple
“alternancia” o cualquier candidato pueden por sí
solos, sin la construcción de un instrumento político
independiente amplio y fortalecido del movimiento de masas
que sostenga y organice la lucha, llevar adelante ningún
cambio radical a favor de la clase trabajadora y el
campesinado pobre.
Consideramos
un hecho muy progresivo la posibilidad cierta de la caída
del Partido Colorado (eje del régimen) a través de la
candidatura de Lugo. Y reconocemos también que Lugo es
“el candidato” de amplios sectores de masas que rompen,
(fenómeno muy progresivo), con los partidos patronales.
Pero siendo consecuentes con los análisis y la
caracterización hecha no podemos llamar a votarlo ni críticamente,
en todo caso reconocemos que el movimiento lo va a votar, aún
ante la perspectiva moderadamente “progresista” que
tiene el propio Lugo, y no la anticapitalista y de
independencia de clase que estamos necesitando los
trabajadores. Ante lo cual vemos que es imperioso advertir
que Fernando Lugo por sí solo no va solucionar los
problemas de fondo y estructurales que sufrimos los
trabajadores. Antes bien, lo más probable es que atado de
pies y manos a un partido oligárquico, de la misma calaña
que el Colorado, y ante la ausencia y el vacío creado por
la falta de un frente real de luchas que represente al
conjunto del movimiento de masas, termine defraudando las
inmensas expectativas que genera.
Exijamos
a Lugo una Constituyente Soberana y Popular
Por
todo lo dicho, el MST llama a aquellos sectores del
movimiento que de una u otra forma sostienen una actitud crítica
hacia Lugo, a converger y reorganizarnos en un frente
independiente y clasista de oposición al futuro gobierno,
que por más progresista que sea evidentemente no es un
gobierno de los trabajadores y el conjunto de los
explotados. Se impone este reagrupamiento para relanzar la
construcción de un frente único de luchas que exija a
Lugo, entre otras reivindicaciones urgentes para los
trabajadores, una Asamblea Nacional Constituyente
soberana y popular. Para que desde todas las organizaciones
políticas y sociales llevemos una discusión integral
acerca de toda la organización política y social del
Paraguay, la que necesariamente pondría en cuestión no
solo al actual régimen de la podredumbre del Partido
Colorado, sino a la propia sociedad paraguaya capitalista
como tal.
Esta
Constituyente realmente transformadora solo podría ser
convocada, no por las actuales instituciones -patronales-
que siempre han cocinado pactos espurios y anti populares
entre cuatro paredes, sino desde las organizaciones
independientes de los trabajadores de la ciudad y el campo.
Solo
esta Constituyente puede garantizar el cambio que los
trabajadores están esperando, un cambio de régimen como el
inicio de un cambio radical de las estructuras económicas y
sociales hoy al servicio de los privilegios de una ínfima
minoría.
Debemos
exigir a Fernando Lugo que la asuma como eje central de su
gobierno en contraste a la mentada propuesta de “mesa de
reconciliación nacional”. Una Constituyente donde se
discuta como barrer a la corrupción y al narcotráfico. Una
Constituyente que garantice la reforma agraria integral bajo
control de las organizaciones campesinas. Una constituyente
que asegure un plan de obras públicas y la industrialización
del país para generar empleos genuinos.
Ante
un posible fraude: ¡todos
a las calles!
Sin
embargo a pesar de que la derrota colorada parece
inevitable, debemos tener en cuenta que los mismos, ante la
pérdida del control del aparato estatal y la consecuente
reducción de sus privilegios, no dudarán en tomar
cualquier medida con tal de evitarlo.
Es
por eso que el fraude masivo no es un temor infundado, y
ante la posibilidad del mismo todo el movimiento de masas
debe estar atento y preparado para salir a las calles y
reclamar la conquista que significa el respeto a los
resultados de las votaciones.
Los
defensores de los privilegios están acostumbrados a
defender a capa y espada las formalidades de la democracia
representativa, pero cuando la misma no refleja sus deseos
ni sirve para legitimar su dominación, no dudan un instante
en patear el tablero y recurrir a otros métodos más
violentos.
Solo
el estado de movilización permanente va a garantizar
el respeto de los resultados, aparte del control meticuloso
durante las elecciones. No podemos confiar bajo ningún
sentido en los “aparatos antifraude” como el de los
liberales por ejemplo, ya que los mismos están
acostumbrados a transar con los colorados y aceptar
mansamente los resultados fraguados.
El lanzamiento de la iniciativa por la conformación del
Movimiento Socialista de las y los Trabajadores es producto de la
convergencia de dos grupos fundacionales socialistas; el
Agrupamiento por el Socialismo y el Círculo Socialista,
los cuales junto a compañeros que se han venido
integrando como individualidades proponen a la
vanguardia un espacio político de lucha. La democracia
obrera, el clasismo y el socialismo, son las bases bien
firmes sobre las cuales compañeros provenientes del
movimiento obrero y estudiantil iniciamos esta tarea.
Alianza electoral entre los Partidos Comunista,
Convergencia Popular Socialista, Unidad Popular y una
Coordinadora Indígena Campesina.
La Alianza Patriótica por el Cambio, es un frente de
varias organizaciones, pero de las cuales destacan el
PLRA (Partido Liberal Radical Autentico) uno de los dos
partidos conservadores ejes del bipartidismo y otros dos
que se reclaman socialistas: el Partido Movimiento al
Socialismo y el Movimiento Tekojoja.
Sobre este punto el mismo se definió como seguidor de
la política “Social de la Iglesia”. Sin dudas la
definición de Lugo como la del “cura rojo” se debe
al esfuerzo del Nicanorismo por desprestigiarlo más que
a otra cosa. Es importante recalcar esto porque no solo
organizaciones locales tienen esta falsa apreciación,
también por ejemplo el MST argentino en un artículo
reciente lo define como la figura que “encarna la propuesta del socialismo del siglo XXI”. Alfredo Miñarro,
Vientos de Cambio. http://www.mst.org.ar
Por ejemplo la Alianza Patriótica Socialista, que inició
el proceso electoral con la posición del voto crítico,
llega en este tramo final de las elecciones con la del
voto acrítico. Dejando de lado cualquier intento de
discurso independiente o clasista con frases como
“Salvemos a la ANR de los corruptos. Elegí Lista 33.
Lugo Pdte” sic. ¿¿??
Frente único de luchas, en el cual estuvieron
aglutinados casi todas las organizaciones del movimiento
popular, y que tuvo como principal logro detener
mediante movilizaciones masivas la privatización de las
empresas estatales de servicios básicos en el 2001.
En los actos proselitistas llevados adelante por la
Alianza Patriótica para el Cambio resulta realmente patético
para cualquier conocedor de la política local, ver por
ejemplo a miembros y militantes de partidos
pertenecientes al movimiento y autodenominados de
izquierda como el P-Mas o Tekojoja, compartir
alegremente la fiesta con personajes realmente funestos
para los trabajadores, en especial los dirigentes del
PLRA.
Organización integrante de la LITCI.
Tratamos de llegar a un consenso interno con el fin de
apoyar a alguna lista de las varias que se presentan en
el espectro de la izquierda, especialmente con los compañeros
de las Listas 33 y 12, - fundamentalmente por ser listas
compuestas por compañeros luchadores - lamentablemente
no pudimos llegar al citado consenso.
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